
Marta y María, protagonistas del Evangelio de hoy, nos enseñan cómo debe vivirse la vida del cristiano, “el enamorado” del Señor: “Son dos hermanas que, con su modo de actuar”, explicó el Papa en su homilía, “nos enseñan cómo debe ir adelante la vida del cristiano”. “María escuchaba al Señor”, mientras Marta estaba “distraída”, porque se estaba ocupando de los distintos servicios. He aquí Marta, que es una de esas mujeres “fuertes” – reafirmó Francisco – también capaz de reprochar al Señor por no haber estado presente en la hora de la muerte de su hermano Lázaro. Sabe “ir adelante”, es valerosa – observó el Pontífice – pero carente de “contemplación”, incapaz de “perder el tiempo mirando al Señor”:
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