10/22/17

11:31 a.m.
El no dudó de la promesa de Dios, por falta de fe, sino al contrario, fortalecido por esa fe, glorificó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación. Pero cuando dice la Escritura: Dios tuvo en cuenta su fe, no se refiere únicamente a Abraham, sino también a nosotros, que tenemos fe en aquel que resucitó a nuestro Señor Jesús, el cual fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.

11:31 a.m.
Nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas. Para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, Se acordó del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida.

11:31 a.m.
En aquel tiempo: Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".

11:31 a.m.
     Los cristianos cooperen gustosamente y de corazón en la edificación del orden internacional con la observancia auténtica de las legítimas libertades y la amistosa fraternidad con todos, tanto más cuanto que la mayor parte de la humanidad sufre todavía tan grandes necesidades, que con razón puede decirse que es el propio Cristo quien en los pobres levanta su voz para despertar la caridad de sus discípulos. Que no sirva de escándalo a la humanidad el que algunos países, generalmente los que tienen una población cristiana sensiblemente mayoritaria, disfrutan de la opulencia, mientras otros se ven privados de lo necesario para la vida y viven atormentados por el hambre, las enfermedades y toda clase de miserias. El espíritu de pobreza y de caridad son gloria y testimonio de la Iglesia de Cristo. Merecen, pues, alabanza y ayuda aquellos cristianos, en especial jóvenes, que se ofrecen voluntariamente para auxiliar a los demás hombres y pueblos... Es éste el motivo de la absolutamente necesaria presencia de la Iglesia en la comunidad de los pueblos para fomentar e incrementar la cooperación de todos, y ello tanto por sus instituciones públicas como por la plena y sincera colaboración de los cristianos, inspirada pura y exclusivamente por el deseo de servir a todos. En esta materia préstese especial cuidado a la formación de la juventud tanto en la educación religiosa como en la civil... Es de desear, finalmente, que los católicos, para ejercer como es debido su función en la comunidad internacional, procuren cooperar activa y positivamente con los hermanos separados que juntamente con ellos practican la caridad evangélica, y también con todos los hombres que tienen sed de auténtica paz.

3:49 a.m.

Por: H. Adrián Olvera, L.C. | Fuente: missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Sólo bajo la mirada de Dios soy lo que soy…

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21

En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo.

Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: "Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?".

Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó: "Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Ensénenme la moneda del tributo". Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?" Le respondieron: "Del César". Y Jesús concluyó: "Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

La sinceridad no tiene su fundamento en aquello que se dice, sino en aquello que se lleva en el corazón.

Muchas veces podemos vivir sabiendo lo que es correcto. Incluso podemos no sólo vivir sabiéndolo sino también proclamándolo y, ante los demás, pareceremos confiables, honrados, buenas personas… personas sinceras.

Jesús va más allá. Él conoce lo más profundo de nuestro corazón. Él sabe el porqué de nuestras acciones, de nuestros pensamientos, de nuestras palabras… de todo. Al "César" lo podremos engañar, pero a Dios jamás.

Aquí radica la verdadera libertad entre aquel que vive para los hombres de aquel que vive para Dios. El primero intentará, siempre que pueda, "tentar" a Dios; el segundo, sabiendo que Dios conoce lo más profundo de su corazón, encontrará la verdadera paz, la verdadera libertad… dando al César lo que es del César y a Dios lo que sólo es de Dios.

Jesús, conociendo su hipocresía, dice claramente: "¿por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea". He aquí el método de Jesús: siempre a los hipócritas y a los ideológicos responde con la realidad. La realidad es así, todo lo demás es hipocresía o ideología. Por ello Jesús dice: "traedme un denario". Quiere efectivamente mostrar la realidad y responder con sabiduría: lo del César, devolvédselo al César -la realidad era que el denario tenía la imagen del César- y lo de Dios, a Dios.
(Homilía de S.S. Francisco, de 6 de junio de 2017, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Antes de finalizar la jornada, haré un breve examen de conciencia pidiendo al Espíritu Santo luz para descubrir la raíz de mis acciones a lo largo del día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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2:22 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                *”Verbum Spei”*

         _”Palabra de Esperanza”_

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*29° Domingo Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 22 15-21*
En aquel tiempo se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús con preguntas insidiosas en algo de que pudieran acusarlo.

Le enviaron pues a algunos de sus secuaces junto con algunos del partido de Herodes para que le dijeran: «Maestro sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios y que nada te arredra porque no buscas el favor de nadie. Dinos pues qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?».

Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones les contestó: «Hipócritas ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo». Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Y Jesús concluyó: «Den pues al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

*Reflexión*

Jesús no es definitivamente un reformador ni un psicólogo, sino un profeta que nos invita a saltar del nivel de lo práctico al de lo esencial de las necesidades del alma. Él, como dice este evangelio, no juzga por la apariencia, sino por la verdad de nuestro corazón. 

Hoy, se nos presenta esta enseñanza: hay que dar a Dios lo que es de Dios, y hay que dar al César lo que es del César. Hay que cumplir con los deberes cívicos. Jesús mismo pagó el tributo, aunque por su condición soberana no tenía obligación de hacerlo. Jesucristo establece la independencia y separación de los dos poderes, el civil y el religioso. A Dios lo que es de Dios: la adoración rendida, la entrega generosa, la obediencia fiel a su Ley, el amor sobre todas las cosas.

Conforme a esta doctrina no es admisible mezclar lo político con lo religioso. No se puede comprometer a la Iglesia en banderías humanas, no se la puede vincular a ningún partido. La misión de la Iglesia es espiritual y trascendente, no material ni meramente humana. Intentar otra cosa es traicionar a Cristo y destruir su Iglesia.
*Oración:*

Señor Jesús, que reine la justicia en nuestro mundo y en nuestras vidas sea la misericordia, el “dar a cada uno en función de lo que necesita” sin envidias ni rencores. Amén.
*Acción:*

Hoy, en este día del Domund, nuestros ojos no solamente observan y se conforman con la realidad en la que vivimos, creemos y expresamos nuestra fe; eso sería muy poco

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      *”Nuntium Verbi Dei”*

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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