CUANDO EXCLUYES A DIOS. Lunes XXIX semana del Tiempo Ordinario, ciclo B (Lc 12,13-21)

Reflexión breve del evangelio del día.
Por: H. Jesús Alberto Salazar Brenes, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Enséñame, Señor, a vivir como lo haces Tú, a ser desprendido, generoso y poner mis ojos en los tesoros del cielo más que en los de este mundo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Pero Jesús le contestó: "Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?".
Y dirigiéndose a la multitud, dijo: "Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea".
Después les propuso ésta parábola: "Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: '¿Qué haré, porque no tengo ya en donde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: '¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?'. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy la Iglesia nos invita a volver nuestra mirada hacia la vida de un gran santo de nuestro tiempo, san Juan Pablo II. Él fue un hombre que hizo vida el Evangelio que meditamos hoy. Su vida fue un completo donarse a sí mismo, desgastarse por la gente por amor a Cristo, enseñando que la mayor riqueza es el dar amor verdadero con una mirada llena de pureza.
Jesús nos enseña a vivir el verdadero sentido de la pobreza como cristianos. Todos estamos llamados a vivir la pobreza evangélica que consiste en vivir desprendidos de los bienes de este mundo y de nosotros mismos, porque nuestro mayor tesoro es el cielo y hacia allá vamos para el encuentro definitivo con nuestro amor. El vivir de cara a Dios y con la esperanza puesta en las riquezas del Cielo es para nosotros fuente de libertad y paz interior.
Si hoy fuera el último día de tu vida y Dios te llamara a su presencia, ¿dónde estaría tu tesoro? ¿Cuáles serían las riquezas que has acumulado? La Palabra hoy te invita a hacer un alto y poner la mirada de tu corazón sobre lo verdaderamente importante. Desde hoy puedes acumular riquezas con tu caridad ingeniosa con el prójimo, con tu sonrisa sincera y amable, ayudando a consolar a quien lo necesita, demostrándole a tu familia cuánto la quieres, haciendo de tu vida Evangelio. La verdadera riqueza está en el intentar amar como Dios nos ha amado. Pidamos a María poder decir como san Juan Pablo II Todo es tuyo para que ella nos conduzca por el camino seguro hacia la santidad.
Sabemos que el amor es lo que Dios sueña para nosotros y para toda la familia humana. Por favor, no lo olvidéis nunca. Dios tiene un sueño para nosotros y nos pide que lo hagamos nuestro. No tengáis miedo de ese sueño. Soñad a lo grande. Custodiadlo como un tesoro y soñadlo juntos cada día de nuevo. Así, seréis capaces de sosteneros mutuamente con esperanza, con fuerza, y con el perdón en los momentos en los que el camino se hace arduo y resulta difícil recorrerlo.
(Discurso de S.S. Francisco, 25 de agosto de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy dedicaré un poco de tiempo a ayudar, con mucho amor, a alguien necesitado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
_”Verbum Spei”_
_”Palabra de Esperanza”_
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*29° Domingo Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Marcos 10, 35-45*
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No saben lo que piden, ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarlos con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y los bautizaré con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Ustedes, nada de eso: el que quiera ser grande, sea nuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»
*Reflexión*
Hay muchos que sólo se sienten bien cuando se sienten poderosos, cuando los demás les rodean llenos de admiración y envidia. Se creen muy seguros. Tienen poder y dinero. Y piensan que no les hace falta nada más en la vida.
Jesús renunció a todo poder para hacerse servidor de todos los hombres y mujeres. Hasta dar la vida por nuestra salvación. Hasta ese punto se hizo nuestro siervo, nuestro esclavo. Jesús se pone de modelo para sus apóstoles: el que quiera ser grande o ser el primero entre ellos, tiene que ser el servidor de todos. Sólo así los apóstoles se terminarán pareciendo al Hijo del Hombre, a Jesús, que no vino al mundo para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por todos. No se contentó con decir hermosas palabras. Salió a los caminos, entró en los pueblos, se encontró con los enfermos, les dio palabras de aliento y esperanza, compartió sus dolores. Al final de su vida, lavó los pies a sus discípulos, para dejarles bien claro que su vocación era el servicio, pasar la vida dedicado al bienestar de los demás y no a que los demás le hiciesen sentir bien a él.
Jesús no se aprovechó de nadie sino que se acercó a los que sufrían y les dio todo lo que tenía. Jesús renunció al poder y a la autoridad para encontrarse de tú a tú con cada uno de nosotros y hablarnos del amor que Dios nos tiene.
*Oración*
Señor Jesús, quiero ser un fiel y humilde discípulo tuyo, enséñame a ser servidor de todos. Ayúdanos a convertirnos en siervos, los unos de los otros, junto con el Siervo de todos, Jesucristo nuestro Señor. Amén.
*Acción*
Si queremos ser felices más vale que nos empecemos a preocupar por el bienestar y la felicidad de los que nos rodean, porque sólo con ellos seremos nosotros felices.
_”Nuntium Verbi Dei”_
_“Mensaje de la palabra de Dios”_