22° Domingo Tiempo Ordinario

*“Verbum Spei”*
_“Palabra de Esperanza”_
https://m.facebook.com/Parroquiasrcalvario
*22° Domingo Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Mateo 16 21-27*
En aquel tiempo comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho por parte de los ancianos de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo diciéndole: «No lo permita Dios Señor. Eso no te puede suceder a ti». Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: «¡Apártate de mí Satanás y no intentes hacerme tropezar en mi camino porque tu modo de pensar no es el de Dios sino el de los hombres!»
Luego Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir conmigo que renuncie a sí mismo que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre en compañía de sus ángeles y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras».
*Reflexión:*
Hoy Jesús anuncia a los discípulos que tenía que subir a Jerusalén y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho hasta matarlo, pero al tercer día resucitaría. Pedro, que poco antes había confesado su fe en Jesús como Hijo de Dios vivo, se niega a aceptar la posibilidad de la muerte violenta de Jesús.
El que quiera ser discípulo de Jesús debe negarse a sí mismo y cargar con la cruz. El poder de Jesús se muestra en el sufrimiento, en el perdón del enemigo, en la misericordia con todos, incluso con los amigos que le traicionan. La cruz de Cristo nos libera y se ha convertido en signo del cristiano. No es símbolo de muerte o de fracaso, sino que tiene un sentido redentor y salvador. Asumir la propia condición y aceptarla es una demostración de que seguimos a Jesús. Cada quien tiene su propia cruz, llevarla con entereza y ayudar a los demás a llevar la suya es un signo de amor y de entrega. El que pierde su vida por Jesucristo la salva. La cruz nos ayuda a superar las dificultades y asumir el dolor propio y ajeno. La cruz de Cristo nos libera de todas nuestras esclavitudes y nos llena de vida.
*Oración:*
Señor Jesús, haz que cada día pueda enamorarme de tu cruz y que sigan tus huellas a dónde tu quieras llevarme y que por mi medio sigas llamando a otros. Amén.
*Acción:*
Ante los problemas del día, me pondré en manos del Señor y aceptaré su voluntad.
*“Nuntium Verbi Dei”*
_“Mensaje de la palabra de Dios”_
