02/06/16

11:17 a.m.
El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. Y uno gritaba hacia el otro: "¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria". Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: "¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!". Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. El le hizo tocar mi boca, y dijo: "Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado". Yo oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Yo respondí: "¡Aquí estoy: envíame!".

11:17 a.m.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles. y me postro ante tu Templo santo. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu palabra ha superado tu renombre. y me postro ante tu Templo santo. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu palabra ha superado tu renombre. Me postraré ante tu santo Templo. y daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad. poque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande. Si en medio de angustias caminare, tú me harías vivir; con tu mano paras al enemigo y tu diestra me salva. Si en medio de angustias caminare, tú me harías vivir; Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos.

11:17 a.m.
Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y de nuevo a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto. Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. En resumen, tanto ellos como yo, predicamos lo mismo, y esto es lo que ustedes han creído.

11:17 a.m.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

11:17 a.m.
¡Qué grande es la bondad de Cristo! Pedro ha sido pescador, y ahora un orador merece un gran elogio si es capaz de comprender a este pescador. Ved por qué el apóstol Pablo dirigiéndose a los primeros cristianos, dice: “Hermanos, fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios... Ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta” (1Co 1,26-28). Porque si Cristo hubiese escogido en primer lugar a un orador, el orador hubiera podido decir: “Me ha escogido por mi elocuencia”. Si hubiera escogido a un senador, el senador hubiera podido decir: “Me ha escogido a causa de mi rango”. Si, en fin, hubiera escogido a un emperador, el emperador hubiera podido decir: “Me ha escogido a causa de mi poder. Que se calle toda esa gente, que esperen un poco y estén tranquilos. No serán olvidados ni rechazados; que esperen un poco, porque podrían gloriarse de lo que son en sí mismos. “Dame, dice Cristo, este pescador, dame ese hombre simple y sin instrucción, dame ese hombre con el cual el senador no se digna hablar, ni tan sólo cuando le compra un pescado. Sí, dame ese hombre. Cuando lo habré llenado, se verá claramente que soy únicamente yo quien actúa. Ciertamente, llevaré a cabo mi obra en el senador, en el orador, en el emperador..., pero mi acción será más evidente en el pescador. El senador, el orador y el emperador pueden gloriarse de lo que ellos son: el pescador, únicamente de Cristo. Que el pescador venga a enseñarles la humildad que procura la salvación. Que el pescador pase primero.”

12:21 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
        
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4° Sábado Tiempo Ordinario
El Evangelio de hoy 
Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces, Él les dijo: «Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. 
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. 
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. 

Reflexión 
Uno de los temas en los que el mundo de hoy pone poco interés es en el verdadero descanso, no sólo del cuerpo sino del alma. Es importante que Jesús lleve a sus discípulos a descansar, pero si ponemos atención al texto veremos que no los invita a ir a un lugar confortable, sino les dice “vamos a un lugar solitario”. En realidad los está llevando a lo que hoy nosotros llamamos “retiro espiritual”. El hombre, sobre todo el que trabaja para el Señor, tiene que darse tiempo para ir con el Maestro a “un lugar solitario” a descansar y a estar con Él. 
En este pasaje podemos pensar que en ese lugar Jesús hablaría con ellos en privado sin que tengan que estar atendiendo, ni él ni sus discípulos, a toda la gente. En otros pasajes nos dice que Jesús les explicaba lo que no entendían en privado, cuando estaban a solas. Si quien sirve al Señor no se da tiempo para descansar, no sólo terminará agotado, sino que se dará cuenta que su actividad apostólica deja pocos o nulos resultados. Es en el contacto con Jesús como se puede lograr una vida apostólica que dé frutos en la gente. 
Cuando vamos de retiro, dejamos atrás todas nuestras cargas y preocupaciones y podemos ponernos completamente a la escucha del Señor. En los retiros podemos descansar de nuestro mundo ruidoso y agitado y experimentar la paz que deja en el alma la soledad, especialmente cuando la vivimos en oración. Mucha de la gente que abandona el ministerio al que fue llamado por Cristo, en la mayoría de los casos es porque no se dio tiempo para estar en un “lugar solitario” con el Maestro para “descansar”. Si tu ministerio es intenso, cualquiera que éste sea, desde padre de familia hasta sacerdote, date tiempo para descansar a solas con el Maestro. 
(Evangelización Activa).

Oración:
Señor Jesús, te doy gracias por los momentos en que piensas en mí sin que yo me dé siquiera cuenta. Concédeme imitar tu ejemplo. Amén.

Acción:
Hoy procuraré escuchar a mis amigos, familiares y compañeros con atención y sin dar muestras de prisas.
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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Hermanos Franciscanos

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