02/10/16

11:27 a.m.
Moisés habló al pueblo diciendo: Hoy pongo delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desdicha. Si escuchas los mandamientos del Señor, tu Dios, que hoy te prescribo, si amas al Señor, tu Dios, y cumples sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, entonces vivirás, te multiplicarás, y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde ahora vas a entrar para tomar posesión de ella. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar y vas a postrarte ante otros dioses para servirlos, yo les anuncio hoy que ustedes se perderán irremediablemente, y no vivirán mucho tiempo en la tierra que vas a poseer después de cruzar el Jordán. Hoy tomo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra; yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes, con tal que ames al Señor, tu Dios, escuches su voz y le seas fiel. Porque de ello depende tu vida y tu larga permanencia en la tierra que el Señor juró dar a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob.

11:27 a.m.
¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor y la medita de día y de noche! El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. No sucede así con los malvados: ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. 

11:27 a.m.
Jesús dijo a sus discípulos: "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". Después dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?

11:27 a.m.
    “Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado” (Jn 12,23). Se acerca la hora, dice Jesús, en que seré glorificado ante la mirada de todo el mundo... Y añade: “Yo os aseguro que el grano de trigo seguirá siendo un único grano, a no ser que caiga dentro de la tierra y muera; sólo entonces producirá fruto abundante.” ... Después de estos anuncios que se referían a él, Jesús exhorta a los discípulos a seguirlo: “Quien vive preocupado por su vida, la perderá; en cambio, quien no se aferre excesivamente a ella en este mundo, la conservará para la vida eterna.” Así que, no os tiene que escandalizar mi pasión ni haceros dudar de mis palabras que serán confirmadas por los acontecimientos, sino que tenéis que estar dispuestos a padecer vosotros los mismos sufrimientos para dar los mismos frutos. Porque aquel que se preocupa de su vida terrena y no quiere aceptar las pruebas, la perderá en el mundo venidero, mientras que aquel que no retiene su vida de aquí bajo y acepta los sufrimientos que se presentan, recogerá mucho fruto...     Luego, el Señor añade: “Si alguien quiere servirme, que me siga; correrá la misma suerte que yo.” Pero, uno podría añadir y preguntarle: ¿qué ganarán los que sufren contigo? Jesús responde: “Dónde estoy yo estará también mi siervo.”Todo aquel que me sirva será honrado por mi Padre.” Aquel que participa en mis sufrimientos tendrá parte en mi gloria; estará para siempre conmigo en el mundo venidero y participará en el gozo del reino de los cielos. Así honrará mi Padre a aquellos que me habrán servido fielmente.

12:59 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
        
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Miércoles de Ceniza de Cuaresma
El Evangelio de hoy 
Mateo 6, 1-6. 16-18.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.

Reflexión:
Al iniciar la cuaresma, la Iglesia nos presenta en este evangelio las tres prácticas que están a la base de la vida y la espiritualidad cristiana: el ayuno, la oración y la ayuda a los necesitados. Éstas, si verdaderamente queremos que nos sirvan para alcanzar, o al menos para crecer en la santidad, deben de tener la característica de “hacerse en secreto”; es decir, es algo entre Dios y yo. 
El cristiano debe tener, de manera ordinaria, integrados estos ejercicios en su vida. Sin embargo, la cuaresma, como tiempo particular de gracia para profundizar en nuestra conversión, se nos propone como un espacio en nuestra vida para “reforzar” y consolidar nuestra espiritualidad. Por ello, si de ordinario oras quince minutos, la cuaresma será una oportunidad para aumentar tu oración a veinticinco ó treinta minutos; si de ordinario acostumbras ir a misa sólo los domingos, la cuaresma pudiera ser una buena oportunidad para ir al menos otro día adicional entre semana; si yo acostumbro convivir con mi familia una vez a la semana, pues podría ser la oportunidad para aumentar la frecuencia de dichas reuniones.
Utilicemos esta cuaresma para llegar a la Pascua con cambios concretos en nuestra vida, humana y espiritual, que sean signo del poder del resucitado en nosotros, motivo por el cual estaremos de fiesta. 
(Evangelización Activa).

Oración:
En este día, Señor, quiero ofrecerte un camino de conversión, un camino de morir a mí mismo y a las inclinaciones que tantas veces me hacen alejarme de ti; te pido que me llenes de tu gracia, para que mientras voy muriendo, tú me vayas resucitando a la nueva vida en ti.

Acción:
Hoy iré a tomar ceniza y además haré mi plan para vivir adecuadamente esta cuaresma.
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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