04/17/16

11:53 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
       
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4° Lunes Pascua
El Evangelio de hoy 
Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.

Reflexión:
El Señor nos manifiesta que su venida al mundo está relacionada con la donación de la vida plena.
Jesús da la vida, para que nosotros tengamos vida, es decir, él muere en la cruz para que nosotros podamos vivir en la esperanza de la vida eterna, una vida que no termina, ni mengua ni acaba porque es la contemplación de Dios cara a cara. La vida eterna, como don divino, es la continuación de la vida que obtenemos por el amor de nuestros padres. 
Y ahora nuestro Padre celestial, nos brinda la vida que siempre quiso para nosotros desde la creación del mundo y que nosotros rechazamos con el pecado original. 
(Evangelización Activa).

Oración:
Señor Jesús, inspira mi corazón para que te busque, ayúdame a descubrir que cada paso que dé en mi vida, debe estar sostenido en la oración; que todos mis anhelos, deseos y sentimientos más profundos deben conformarse a tu santa voluntad en los momentos en que me encuentro en tu presencia. Amén.

Acción:
Organizaré mi agenda de tal manera que lo primero y lo último que haga cada día sea estar un momento en oración delante de Dios. 
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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11:19 p.m.

Por: P. Miguel Ángel Gómez | Fuente: Catholic.net

Del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Oración preparatoria
Dios mío, ayúdame a escucharte en este rato de oración, porque Tú me das vida, y en abundancia. Concédeme amarte más a Ti que a mí mismo, dame la gracia de saber entrar por la puerta que me señalas y que en definitiva seas Tú realmente el Señor de mi vida entera.

Petición
Jesús, que sepa reconocer tu voz. Y reconocerte en mis hermanos.

Meditación del Papa Francisco

Quisiera decir una última cosa, una última cosa. Aquí hay muchos jóvenes. Jóvenes, queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo con el bien. La Iglesia los acompaña ofreciéndoles el don precioso de la fe, de Jesucristo, que ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Hoy digo a todos ustedes: No están solos, la Iglesia está con ustedes, el Papa está con ustedes. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón y hago mías las intenciones que albergan en lo más íntimo: la gratitud por las alegrías, las peticiones de ayuda en las dificultades, el deseo de consuelo en los momentos de dolor y sufrimiento. Todo lo encomiendo a la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, la Madre de todos los pobres del Brasil, y con gran afecto les imparto mi Bendición. Gracias. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 25 de julio de 2013).

Reflexión
Pronunciar el nombre de Cristo, escucharle y reconocerle en nuestro interior, sólo nace de las almas que verdaderamente han hecho esa experiencia amorosa con Él. Una experiencia que no se reduce a un simple recitar de oraciones, o a un compromiso obligatorio dominical, sino que más bien se eleva a un contacto frecuente e íntimo con el Señor en la oración de todos los días, en el trabajo cotidiano, e incluso, en los sufrimientos que podamos padecer y ofrecer por amor a Él.

Las almas que buscan la verdadera fuente de la felicidad en Cristo, saben que solamente en su interior, donde Dios se hace paz, alegría, serenidad, gozo, se encuentra la verdadera e íntima amistad con Él. Son esas ovejas que entran por la puerta de la renuncia y del sacrificio, que escuchan el llamado personal del Buen Pastor, y que le siguen por los caminos por donde Él las lleva, siempre con la única finalidad y deseo de estar con Él delectándose con su dulce compañía.

Propósito
Renovar mi compromiso de meditar diariamente, para vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.

Diálogo con Cristo
La parábola del Buen Pastor me permite recordar que Tú eres quien debe guiar mi vida. Buscas mi bien y por eso me invitas a entrar por la puerta de la fe, para que pueda realmente tener un encuentro personal contigo en la oración y mi vida sacramental. Ayúdame a nunca temer, que me atreva a abrir, entrar y recorrer el camino que me señalas, porque es el camino a la felicidad.

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10:49 a.m.
En aquellos días: Los Apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los paganos habían recibido la Palabra de Dios. Y cuando Pedro regresó a Jerusalén, los creyentes de origen judío lo interpelaron, diciéndole: "¿Cómo entraste en la casa de gente no judía y comiste con ellos?". Pedro comenzó a contarles detalladamente lo que había sucedido: "Yo estaba orando en la ciudad de Jope, cuando caí en éxtasis y tuve una visión. Vi que bajaba del cielo algo parecido a un gran mantel, sostenido de sus cuatro puntas, que vino hasta mí. Lo miré atentamente y vi que había en él cuadrúpedos, animales salvajes, reptiles y aves. Y oí una voz que me dijo: 'Vamos, Pedro, mata y come'. 'De ninguna manera, Señor, respondí, yo nunca he comido nada manchado ni impuro'. Por segunda voz, oí la voz del cielo que me dijo: "No consideres manchado lo que Dios purificó". Esto se repitió tres veces, y luego, todo fue llevado otra vez al cielo. En ese momento, se presentaron en la casa donde estábamos tres hombres que habían sido enviados desde Cesarea para buscarme. El Espíritu Santo me ordenó que fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron también los seis hermanos aquí presentes y llegamos a la casa de aquel hombre. Este nos contó en qué forma se le había aparecido un ángel, diciéndole: 'Envía a alguien a Jope, a buscar a Simón, llamado Pedro. El te anunciará un mensaje de salvación para ti y para toda tu familia'. Apenas comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como lo hizo al principio sobre nosotros. Me acordé entonces de la palabra del Señor: 'Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo'. Por lo tanto, si Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?". Después de escuchar estas palabras se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: "También a los paganos Dios les ha concedido el don de la conversión que conduce a la Vida".

10:49 a.m.
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? Envíame tu luz y tu verdad: que ellas me encaminen y me guíen a tu santa Montaña, hasta el lugar donde habitas. Y llegaré al altar de Dios, el Dios que es la alegría de mi vida; y te daré gracias con la cítara, Señor, Dios mío.

10:49 a.m.
Jesús dijo a los fariseos: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir. Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz". Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia."

10:49 a.m.
Enfermos, tenemos necesidad de un Salvador; extraviados, de aquél que nos conducirá; sedientos, de la fuente de agua viva; muertos, tenemos necesidad da vida; ovejas, de pastor; niños, de educador: y toda la humanidad tiene necesidad de Jesús… Si queréis, podemos comprender la suprema sabiduría del santísimo pastor y educador, que es el Todopoderoso y el Verbo del Padre, cuando se sirve de una alegoría y se llama a sí mismo el pastor de las ovejas; pero él es también el educador de los más pequeños. Por eso, por medio de Ezequiel, se dirige largamente a los ancianos y les da ejemplo de su solicitud: “Buscaré las ovejas perdidas, haré volver a las descarriadas, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas; a las gordas y fuertes las guardaré, y las apacentaré debidamente en mi monte santo” (Ez 34,16). Sí, maestro, condúcenos a los grandes pastos de tu justicia. Sí, tú, nuestro educador, sé nuestro pastor que nos lleva a tu montaña santa, hasta la Iglesia que se eleva por encima de las nubes, que toca los cielos. “Yo mismo apacentaré a mis ovejas, dice, y yo mismo las haré sestear” (Ez 34,14). Quiere salvar mi carne revistiéndola de la túnica de incorruptibilidad… “Me llamarán, dice, y yo diré: Aquí estoy” (Is 58,9)… Así es nuestro educador; es bueno con justicia. “No he venido para ser servido, dice, sino para servir” (Mt 20,28). Por eso en el Evangelio lo vemos cansado (Jn 4,5), él, que se cansa por nosotros y promete “dar su vida en rescate por todos” (Mt 20,28). Afirma que sólo el buen pastor actúa así. ¡Qué donador tan magnífico, que da por nosotros lo más grande que tiene: su vida! ¡Qué bienhechor, amigo de los hombres, que ha preferido ser su hermano primero que su Señor! Ha puesto en juego toda su bondad, hasta morir por nosotros.

12:23 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
       
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4° Domingo Pascua
El Evangelio de hoy
Juan 10, 27-30

En aquel tiempo dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno. 

Reflexión:
Quizás recordemos las palabras que dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa Crismal del Jueves Santo de, ya, hace unos años. Dijo el Papa que él quería para su Iglesia curas con olor a oveja y sonrisa de padre, no pastores con cara de vinagre, ni pastores aburridos, ni pastores que huelen a perfume caro y te miran desde lejos y desde arriba. Es decir, que el Papa quiere que los curas seamos cercanos, sencillos y humildes, comprometidos con los problemas de la gente; no quiere curas que esperen, atrincherados en la sacristía o en el despacho, sino que salgan fuera y se impliquen y se compliquen directamente con los problemas del pueblo sencillo. El Papa Francisco no quiere esto por capricho, o por snob, sino porque sabe que así lo hizo Jesús, el Buen Pastor. Jesús no se refugió en el templo, o en la sinagoga, sino que recorrió los caminos de Galilea, predicando el reino de Dios, curando enfermos, acercándose con amor a las personas más marginadas y desprotegidas. Así lo indican sus parábolas sobre la oveja perdida, el hijo pródigo, su actitud ante la mujer pecadora.
Porque es evidente que para que Jesús pueda ser realmente nuestro buen pastor, nosotros tenemos que desear ser ovejas suyas, es decir, escuchar su voz y seguirle. Porque Jesús quiere que le sigamos y escuchemos su voz como personas libres y conscientes, no como animales aborregados. Pidamos, pues, al Buen Pastor que todos los cristianos sigamos caminando en pos de sus pasos y que él siga siendo nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida.

Oración:
Señor Jesús, Buen Pastor, concédeme la gracia de escuchar tu voz y de conocerte cada vez más. Amén

Acción:
Hoy buscaré durante el día, un momento para ayudar a alguien que lo necesite.
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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