12/07/16

11:47 p.m.

Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

María, madre mía, vengo a tus pies para ponerme en tus manos. Llévame a Jesús. Ayúdame a conocerlo cada día mejor y a meditar sus palabras en mi corazón. Enséñame, madre, a ser un discípulo fiel de Jesús en cada momento; a no tener miedo ante la prueba y la cruz.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.

María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?”. El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios.Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

«Llena de gracia», María estaba preparada para recibir a Dios en su corazón. En su corazón no existían zonas oscuras o reservadas,sino que era como un río cristalino en el que se podía ver todo. María era una mujer auténtica. Podemos decir que tenía las puertas de su corazón abiertas de par en par para cumplir la voluntad de Dios. Y ese «sí» fue una respuesta concreta de su alma. Tal vez, no entendía lo que estaba pasando y, mucho menos, se imaginaba lo que pasaría en el futuro. No se imaginaba cómo vendría este hijo suyo, no se imaginaba su nacimiento en un pesebre, ni el dolor tan grande al ver a ese hijo clavado en la cruz. Pero dijo «sí» y «hágase».

Y en nuestra vida concreta ella nos guía «en este valle de lágrimas». Andando de la mano de María el camino se hace más sencillo y llevadero. Ella nos enseña a abrir nuestro corazón a la gracia de Dios y a aceptar su voluntad aun en medio de las situaciones más difíciles.

Decir sí con alegría a veces no es fácil. Pero si vemos la vida de María nos podremos dar cuenta que su vida no fue de lo más ideal sino de lo más real. Pensemos, por ejemplo, la situación tan difícil de su embarazo, ¿cómo explicarlo a José? O ver a su hijo nacer en un establo (cueva) de animales ¡Qué difícil ver que su hijo no puede tener unas condiciones dignas para nacer! O la huida a Egipto, los treinta años monótonos sin ver alguna manifestación extraordinaria de su hijo… Y, por último, la prueba de la cruz.

Silencio, escucha, sencillez, paz, amor. Éstas fueron las virtudes que ejercitó María durante su vida. Y así, pudo tener su corazón abierto para recibir la gracia de Dios. Por eso es la llena de gracia. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.

«La fiesta de la Inmaculada deviene la fiesta de todos nosotros si, con nuestros “síes” cotidianos, somos capaces de vencer nuestro egoísmo y hacer más feliz la vida de nuestros hermanos, de donarles esperanza, secando alguna lágrima y dándoles un poco de alegría. A imitación de María, estamos llamados a convertirnos en portadores de Cristo y testigos de su amor, mirando en primer lugar a los que son privilegiados a los ojos de Jesús.»
(Homilía de S.S. Francisco, Angelus del 8 de diciembre de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, Jesús, voy a rezar el rosario contemplando la vida de tu madre. Y voy a renovar mi deseo de estar atento a lo que Tú me vas pidiendo en lo concreto de mi día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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10:42 a.m.
Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?". "Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí". El replicó: "¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?". El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer respondió: "La serpiente me sedujo y comí". Y el Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón". El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes.

10:42 a.m.
Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y fidelidad en favor de la casa de Is rael. Todos, hasta los confines del mundo, han visto la salvación de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos.

10:42 a.m.
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad- a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.

10:42 a.m.
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.

10:42 a.m.
Vosotros todos, los que discernís, venid, y admiremos a la virgen que es madre, la hija de David... Venid y admiremos a la virgen del todo pura, maravilla en ella misma, sola entre lo creado. Ha dado a luz sin haber conocido hombre, alma pura, llena por tanta maravilla. Cada día su espíritu se dedicaba a las alabanzas, porque se gozaba de la doble maravilla: ¡Virginidad conservada, el hijo más amado! Joven paloma (Ct 6,8), ha transportado a esta águila, el Anciano de días (Dn 7,9), cantando sus alabanzas: «Hijo mío, el más rico, has escogido crecer en un nido miserable. Arpa melodiosa, tú guardas silencio como un niño pequeño. Permíteme, si te place, que cante para ti...» Tu morada, hijo mío, es más grande que ninguna, y, sin embargo, has querido que yo fuera tu morada. El cielo es demasiado pequeño para contener tu gloria, sin embrago, yo, el ser más sencillo, te llevo. Deja que Ezequiel venga a verte sobre mis rodillas, que reconozca en ti a aquél que sobre el carro llevaban los querubines (Ez 1,4)...;y hoy te llevo yo... En un gran temblor, los querubines exclamaban: «¡Bendito sea el resplandor del lugar en que resides! (Ez 3,12) Este lugar está en mí, mi seno es tu morada; el trono de tu grandeza lo llevo en mis brazos... ¡Ven a verme, Isaías, mira, y regocijémonos! He aquí que he concebido permaneciendo virgen (Is 7,14). Profeta del Espíritu, rico en visiones, mira, pues, al Emanuel que te ha quedado escondido... Venid, pues, vosotros todos, los que sabéis discernir, vosotros que, por vuestra voz, por el Espíritu sois testimonios... ¡De pie, regocijaos, he aquí la cosecha! Mirad, en mis brazos sostengo la espiga de vida.»

12:01 a.m.

Por: H. Rubén Tornero, LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, te agradezco de todo corazón por todo lo que Tú me has dado. Creo en Ti, pero aumenta mi fe para que realmente te trate como la persona más importante de mi vida. Espero en Ti, pero ayúdame a abandonarme a tus brazos amorosos. Te amo, pero ayúdame a que mi amor se traduzca en obras concretas a fin de establecer tu reino y hacer que más personas te conozcan.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús, Tú me conoces mejor que nadie. Sabes cuáles son mis problemas, mis preocupaciones, mis tristezas. Tengo tantas heridas en mi corazón, Jesús, tantos sueños rotos, tantos pecados que me duelen y te ofenden.

Perdóname, Jesús, porque soy esa oveja que se ha apartado de Ti por seguir sus caprichos. He caminado mucho persiguiendo mis pasiones, efímeros espejismos, que cuando parecía que por fin los iba a alcanzar, se han alejado dejándome rodeado de espinas y cardos. Me he alejado tanto de Ti… y ahora estoy cansado de caminar, de tanto cargar con mis pecados.

Tú bien podrías rechazarme, pues soy yo quien te ha ofendido y no al revés. Podrías abandonarme a mi suerte o simplemente esperar a que yo vuelva a Ti y luego imponerme grandes castigos por mis pecados, pero no es así…

Tú vienes hasta mí, me buscas sin descanso y, una vez que me has encontrado, me dices:

«Ven. Ven, tú que estás cansado de tanto caminar por esta vida, que yo te llevaré en mis brazos. Ven, tú que estás agobiado por la carga de tus problemas, de tus pecados, de todo eso que te hace sufrir… Ven, deja que yo te alivie con mi perdón; cambia el áspero y rudo leño de todo lo que te lastima y toma el yugo ligero de mi gracia que te hará plantar semillas de amor y esperanza por donde quiera que vayas.

Ven y aprende de mí que soy manso y humilde, ya que no he venido hasta aquí para regañarte o golpearte, sino para curarte y darte todo mi amor. Ven y aprende esto, para que tú también seas manso y humilde con tus hermanos, a fin que también ellos puedan encontrarme en ti.»

«El yugo de Jesús es yugo de amor y, por tanto, garantía de descanso. A veces nos pesa la soledad de nuestras fatigas, y estamos tan cargados del yugo que ya no nos acordamos de haberlo recibido del Señor. Nos parece solamente nuestro y, por tanto, nos arrastramos como bueyes cansados en el campo árido, abrumados por la sensación de haber trabajado en vano, olvidando la plenitud del descanso vinculado indisolublemente a Aquel que hizo la promesa.»
 (Homilía de S.S. Francisco, 23 de septiembre de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a imitar la humildad de Cristo pidiendo perdón a las personas que me rodean, sobre todo a aquella que no me cae bien.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!       

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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