10/28/17

11:54 p.m.

Por: H. Hiram Samir Galán Jaime, L.C. | Fuente: missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey Nuestro.¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor enséñame a seguir el camino de la sencillez y de la infancia espiritual que tanto agrada y complace a tu corazón santísimo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?"

Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el meas grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos os mandamientos se fundan toda la ley y los profetas".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En este pasaje evangélico vemos con claridad la primacía de estos dos mandamientos sobre todos los demás. Pero, ¿por qué Cristo hace hincapié en ello? Porque como decía san Agustín "Ama y has lo que quieras". El amor bien entendido engloba todo. A través de él se cumple en plenitud toda la ley.

Cabe mencionar que hoy en día parece que no tenemos claro el concepto del amor. Pues realizamos muchos actos egoístas e incluso antinaturales, escudándonos tras la bandera del "amor". Es decir confundimos pasión y afecto, con el verdadero amor de donación.

Es por ello que nunca una acción inmoral y fuera de la ley de Dios podrá ser justificada, diciendo que la hemos realizado por amor. Y que mejor manera de entrar en la escuela del amor siguiendo el ejemplo de una gran maestra, la Santísima Virgen María. Ella supo vivir el amor de donación incluso entregando a su propio hijo por amor a los hombres.

Madre mía ayúdanos a comprender que el verdadero amor sólo nos puede conducir hacia Dios.

El verdadero amor no puede aislarse. Si está aislado, no es amor. Es una forma espiritualista de egoísmo, de permanecer cerrado en sí mismo, buscando el propio beneficio… Es egoísmo. Algo sencillo pero que no es fácil porque el egoísmo, el propio interés nos atrae, y nos atrae para no hacer y nos atrae para que no comuniquemos. ¿Qué dice el Señor a los que permanecerán en su amor? "He dicho estas cosas para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea plena.
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de mayo de 2015, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy viviré mi día amando a los demás, como me gustaría que yo fuese amado.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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10:48 a.m.
Éstas son las normas que el Señor dió a Moisés: No maltratarás al extranjero ni lo oprimirás, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto. No harás daño a la viuda ni al huérfano. Si les haces daño y ellos me piden auxilio, yo escucharé su clamor. Entonces arderá mi ira, y yo los mataré a ustedes con la espada; sus mujeres quedará viudas, y sus hijos huérfanos. Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes que se ponga el sol, porque ese es su único abrigo y el vestido de su cuerpo. De lo contrario, ¿con qué dormirá? Y si él me invoca, yo lo escucharé, porque soy compasivo.

10:48 a.m.
Yo te amo, Señor, mi fuerza, Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador. Eres mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador. Eres mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador. Mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos. ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación ! Él concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido, a David y a su descendencia para siempre.

10:48 a.m.
Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Y ustedes, a su vez, imitaron nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo la Palabra en medio de muchas dificultades, con la alegría que da el Espíritu Santo. Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya. En efecto, de allí partió la Palabra del Señor, que no sólo resonó en Macedonia y Acaya: en todas partes se ha difundido la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que no es necesario hablar de esto. Ellos mismos cuentan cómo ustedes me han recibido y cómo se convirtieron a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo, que vendrá desde el cielo: Jesús, a quien él resucitó y que nos libra de la ira venidera.

10:48 a.m.
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?". Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".

10:48 a.m.
     Reinar en el cielo es estar íntimamente unido a Dios y a todos los santos con una sola voluntad, y ejercer todos juntos un solo y único poder. Ama a Dios más que a ti mismo y ya empiezas a poseer lo que tendrás perfectamente en el cielo. Ponte de acuerdo con Dios y con los hombres –con tal de que éstos no se aparten de Dios- y empiezas ya a reinar con Dios y con todos los santos. Pues en la medida en que estés ahora de acuerdo con la voluntad de Dios y de los hombres, dios y todos los santos se conformarán con la tuya. Por tanto, si quieres ser rey en el cielo, ama a Dios y a los hombres como debes, y merecerás ser lo que deseas.      Pero no podrás poseer perfectamente este amor si no vacías tu corazón de cualquier otro amor... Por eso, los que tienen su corazón llenos de amor de Dios y del prójimo, no quieren más que lo que quieren Dios o los hombres, con tal que no se opongan a la voluntad de Dios. Por eso son fieles a la oración, hablan del cielo y se acuerdan de él, porque es dulce para ellos desear a Dios, hablar y oír hablar de él y pensar en quien aman. Por eso también se alegran con el que está alegre, lloran con el que sufre (Rm 12,15), se compadecen de los desgraciados y dan limosna a los pobres, porque aman a los demás hombres como a sí mismos... De esta manera «toda la Ley y los Profetas penden de estos dos preceptos de la caridad» (Mt 22,40).