12/12/16

11:45 p.m.

Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Simplemente quisiera estar en tu presencia, Señor.

Es difícil, me encuentro distraído… pensado en muchas cosas.

Sé que aquí estás, no importando como esté yo y eso me basta.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, Señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo".

Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas si le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

No sé por qué solía pensar que mientras más te conociera, más fuerte iba a ser. Hoy me doy cuenta de todo lo contrario…Cada día que pasa siento que me torno más débil, me voy haciendo más consciente de no poder hacer nada sin Ti.

Ésta es mi fortaleza, Señor, pues sólo conociendo mi miseria es como he experimentado tu amor. No se trata de subir…sino de bajar. Basta contemplar cada momento de tu vida.

No es la perfección de mis actos lo que te conquistará. Es la rendición ante Ti de mi vida entera la que me dará la ventaja. Así como el conocer que sin Ti no puedo nada es el camino, la escalera. Cuando mi dirección es el amor hay que bajar para subir.

Jesús, te pido la gracia de verme como Tú me ves, sabiendo que mi pobreza es el tesoro que me ha permitido conocerte. Permíteme en estas vísperas de navidad, viajar hacia tus misterios; misterios iluminados por la humildad, tomado de tu mano.

….Para subir; quisiste bajar…

«Esta es la ternura. Es abajarse al nivel del otro. Es el camino que hizo Jesús. Jesús no consideró un privilegio ser Dios: se abajó. Y habló nuestra lengua, habló con nuestros gestos. Y el camino de Jesús es el camino de la ternura. Esto, el hedonismo, el miedo a la libertad, esto es precisamente individualismo contemporáneo. Hay que salir a través del camino de la ternura, de la escucha, del acompañar, sin preguntar.»
(Discurso de S.S. Francisco, 16 de junio de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Reflexionar sobre alguna actitud o virtud de Jesús que más me guste y tratar de vivirla hoy en un aspecto sencillo y concreto.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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10:59 a.m.
¡Ay de la rebelde, de la impura, de la ciudad opresora! Ella no escuchó el llamado, no aprendió la lección, no puso su confianza en el Señor ni se acercó a su Dios. Entonces, yo haré que sean puros los labios de los pueblos, para que todos invoquen el nombre el Señor y lo sirvan con el mismo empeño. Desde más allá de los ríos de Cus, mis adoradores, los que están dispersos, me traerán ofrendas. Aquel día, ya no tendrás que avergonzarte de las malas acciones con las que me has ofendido, porque yo apartaré a esos jactanciosos prepotentes que están en medio de ti, y ya no volverás a engreírte sobre mi santa Montaña. Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe.

10:59 a.m.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. Miren hacia El y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: El lo escuchó y lo salvó de sus angustias. pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. Pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en El no serán castigados.

10:59 a.m.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'. El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él".

10:59 a.m.
Hermanos, es llegado el momento de salir, cada uno por su lado, del lugar en que nos ha colocado nuestro pecado. Salgamos de nuestra Babilonia para encontrarnos con Dios nuestro Salvador, tal como nos lo dice el profeta: «prepárate, Israel, a salir al encuentro de tu Dios, porque viene» (Am 4,12). Salgamos del abismo de nuestro pecado y aceptemos ir al encuentro del Señor que asume «una carne semejante a la nuestra» (Rm 8,3). Salgamos de la voluntad de pecar y vayamos a hacer penitencia por nuestros pecados. Entonces encontraremos a Cristo: él mismo ha expiado el pecado que de ninguna manera él había cometido. Entonces, el que salva a los penitentes nos concederá la salvación...: «Tiene misericordia con los que se convierten» (Si 12,3 Vulg). Me diréis:... «¿Quién puede, por sí mismo, salir del pecado?». Sí, verdaderamente, el pecado más grande es el amor al pecado, le deseo de pecar. Sal, pues, de este deseo..., odia el pecado y verás como sales de él. Si tu odias el pecado, has encontrado a Cristo allí donde se encuentra. A los que odian el pecado..., Cristo les perdona las faltas esperando poder arrancar la raíz de nuestros malos hábitos. Pero vosotros decís que incluso esto es mucho para vosotros y que sin la gracia de Dios le es imposible al hombre odiar su pecado, desear la justicia y quererse arrepentir: «¡Dad gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres!» (Sl 106,8)... Señor, sálvame de la dejadez de espíritu y de la tempestad... Oh Señor, de mano poderosa, Jesús todopoderoso, tú has liberado a mi razón del demonio de la ignorancia y arrancado mi voluntad de la peste y sus codicias, libera ahora mi capacidad de actuar a fin de que con tus santos ángeles... pueda yo también «ejecutar sus órdenes, pronto a la voz de su palabra» (Sl 102,20).

1:22 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount


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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*Nuestra Señora de Guadalupe*

*El Evangelio de hoy*

*Lucas 1, 39-48*
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. 

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”.

*Reflexión:*

Una de las actitudes constantes en la vida de María es su servicio. Ya desde el evangelio, en el pasaje que hoy nos propone la liturgia, María se presenta como la servidora, la que está siempre atenta a las necesidades del prójimo. 

Desde que Jesús nos la dejó como Madre, ella, con gran amor y diligencia, continúa realizando esta acción de amor con sus hijos. Cuando María de Guadalupe aparece, viene a darle nuevas fuerzas a un pueblo que se encuentra en crisis después de la caída del Imperio Azteca. Las palabras que dijo a Juan Diego son el signo, y a la vez promesa perenne, que nos ayudan a confiar en ella y en su poderosa intercesión: “Por qué temes, ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.

Por un lado quisiera hoy invitarte a crecer en esta confianza amorosa a nuestra Madre Santísima, y por otro lado, adoptar esta actitud de servicio característico de María. A María Santísima le gusta ser venerada y amada, pero mucho más le gusta ser imitada. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, cuánta humildad hay en tu Madre santísima, ayúdame y enséñame a vivir su ejemplo y humildad que hay en su corazón. Por su servicio desinteresado hacia el prójimo. Amén.
*Acción:*

Cada vez que rece el Ave María, trataré de recordar este ejemplo de entrega desinteresada y total de María hacia los demás, y buscaré rezar con fervor, dándole su sentido a cada palabra.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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