05/06/15

11:07 a.m.
Al cabo de una prolongada discusión, Pedro se levantó y dijo: "Hermanos, ustedes saben que Dios, desde los primeros días, me eligió entre todos ustedes para anunciar a los paganos la Palabra del Evangelio, a fin de que ellos abracen la fe. Y Dios, que conoce los corazones, dio testimonio en favor de ellos, enviándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. El no hizo ninguna distinción entre ellos y nosotros, y los purificó por medio de la fe. ¿Por qué ahora ustedes tientan a Dios, pretendiendo imponer a los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos soportar? Por el contrario, creemos que tanto ellos como nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús". Después, toda la asamblea hizo silencio para oír a Bernabé y a Pablo, que comenzaron a relatar los signos y prodigios que Dios había realizado entre los paganos por intermedio de ellos. Cuando dejaron de hablar, Santiago tomó la palabra, diciendo: "Hermanos, les ruego que me escuchen: Simón les ha expuesto cómo Dios dispuso desde el principio elegir entre las naciones paganas, un Pueblo consagrado a su Nombre. Con esto concuerdan las palabras de los profetas que dicen: Después de esto, yo volveré y levantaré la choza derruida de David; restauraré sus ruinas y la reconstruiré, para que el resto de los hombres busque al Señor, lo mismo que todas las naciones que llevan mi Nombre. Así dice el Señor, que da a conocer estas cosas desde la eternidad. Por eso considero que no se debe inquietar a los paganos que se convierten a Dios, sino que solamente se les debe escribir, pidiéndoles que se abstengan de lo que está contaminado por los ídolos, de las uniones ilegales, de la carne de animales muertos sin desangrar y de la sangre. Desde hace muchísimo tiempo, en efecto, Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores que leen la Ley en la sinagoga todos los sábados".

11:07 a.m.
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. canten al Señor, bendigan su Nombre, día tras día, proclamen su victoria. canten al Señor, bendigan su Nombre. Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. Digan entre las naciones: “¡El Señor reina! el mundo está firme y no vacilará. El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”.

11:07 a.m.
El gozo es la oración, el gozo es la fuerza, el gozo es el amor. Es como una red de amor que coge a las almas. “Dios ama a los que dan con gozo” (2C 9,7). Aquellos que dan con gozo, dan más. No hay mejor manera de demostrar nuestra gratitud a Dios y a los hombres que aceptarlo todo con gozo. Un corazón ardiendo de amor es, necesariamente, un corazón lleno de gozo. No permitáis jamás que la tristeza os invada hasta el punto de haceros olvidar el gozo de Cristo resucitado. Todos experimentamos el ardiente deseo del cielo, allí donde se encuentra Dios. Pues bien, desde ahora está en poder de todos nosotros estar en el cielo con él, ser, con él, felices desde este mismo instante. Esta felicidad inmediata con él quiere decir: amar como él ama, ayudar como él ayuda, dar como él da, servir como él sirve, socorrer como él socorre, permanecer con él todas las horas del día, y tocar su mismo ser presente detrás del rostro de la aflicción humana.

Hermanos Franciscanos

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