18° Martes Tiempo Ordinario


“Verbum Spei”
“Palabra de Esperanza”
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18° Martes Tiempo Ordinario
El Evangelio de hoy
Mateo 15, 1-2. 10-14
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos escribas y unos fariseos venidos de Jerusalén y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?”.
Jesús llamó entonces a la gente y le dijo: “Escuchen y traten de comprender. No es lo que entra por la boca lo que mancha al hombre; lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre”.
Se le acercaron entonces los discípulos y le dijeron: “¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tus palabras?”. Jesús les respondió: “Las plantas que no haya plantado mi Padre celestial, serán arrancadas de raíz. Déjenlos; son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en un hoyo”.
Reflexión
Este pasaje de Jesús nos invita hoy a revisar qué es lo que está saliendo de nuestra boca, pues es precisamente esto lo que “mancha al hombre”
San Pablo, escribiendo a los efesios, decía: “No salga de su boca palabra desedificante, sino antes bien la que conviene para la edificación de quienes la escucha” (4, 29). Es triste que entre nosotros, los hijos de Dios, con alguna frecuencia usemos un vocabulario que, lejos de edificar, ofende a quien lo escucha; que haya entre nosotros conversaciones (sobre todo de tipo sexual) que deja mucho qué desear de aquellos que se dicen seguidores de Cristo. Las críticas, las murmuraciones y los chismes deberían estar desterradas de las conversaciones de un cristiano.
Recordemos que ya Jesús nos ha dicho que es por los frutos como se conoce el buen árbol; pues bien, que nuestras conversaciones dejen siempre en nuestros oyentes la clara idea de que somos habitados por el Espíritu Santo, para que seamos reconocidos como verdaderos discípulos de Cristo.
(Evangelización Activa)
Oración
Señor Jesús, gracias porque a pesar de mi infidelidad, tú siempre permaces fiel buscando lo mejor para mi vida. Es algo que no entiendo pero que acepto con gran amor y reverencia. Acepto, Señor, tu misericordia, acepto que reedifiques mis ruinas y rehagas mi casa, es decir, mi interior, el lugar en donde tu Espíritu ha venido a vivir. Levántame con tu gracia y que cada vez más mi ser pueda ser un digno templo de tu Espíritu Santo. Amén.
Acción
Hoy elevaré una oración al Señor por los sacerdotes de mi parroquia, en señal del gozo y gratitud por su misericordia.
“Nuntium Verbi Dei”
“Mensaje de la palabra de Dios”
