10/02/13

11:24 p.m.
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa." Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros." En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: "Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca." Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.


Oración introductoria


Señor Jesús, gracias por esta oportunidad de poder dialogar contigo en la oración. Tú lo sabes todo, sabes que quiero responder a la misión que me has encomendado, porque la cosecha es mucha para tan pocos misioneros. Te ofrezco toda mi atención y confío en que me darás las gracias necesarias para dedicarme a trabajar con mucho entusiasmo y amor en la extensión de tu Reino.


Petición


Señor, concédeme la gracia de aceptar tus indicaciones para ser un auténtico discípulo y misionero de tu Iglesia.


Meditación del Papa Francisco


Esto nos ayuda a comprender el misterio de la vocación, sobre todo de la llamada a una consagración especial. A veces Jesús nos llama, nos invita a seguirlo, pero a lo mejor resulta que no nos damos cuenta de que es Él, así como le sucedió al joven Samuel.

Hay muchos jóvenes hoy aquí en la plaza. Son ustedes muchos, ¿verdad? Se ve, ¡eso sí! Son tantos los jóvenes hoy en la plaza... Déjenme preguntarles esto: ¿Han escuchado a veces la voz del Señor, que a través de un deseo, una inquietud, los invitaba a seguirlos más de cerca? ¿Lo han escuchado? ¡No escucho…! ¡Bien!

¿Han tenido algún deseo de ser apóstoles de Jesús? La juventud hay que "meterla en juego" en pos de nobles ideales. ¿Piensan en esto? ¿Están de acuerdo? Pregúntale a Jesús lo que quiere de ti ¡y sé valiente! ¡Pregúntale! [...] Por eso Jesús dijo: "Rueguen, pues, al Dueño de la mies -es decir, Dios Padre--, que envíe obreros a su mies". Las vocaciones nacen en la oración y de la oración; y solo en la oración pueden perseverar y dar fruto. (S.S. Francisco, 21 de abril de 2013)..


Reflexión


La historia de la salvación está llena de envíos de Dios. Envía a Abraham para formar el nuevo pueblo (Gén 12,1), envía a José a Egipto para salvar vidas (Gén 45, 4-5), envía a Moisés para sacar a su pueblo de Egipto (Éx, 3,10), envía a los profetas para proclamar su voluntad y envía a multitud de ángeles para que transmitan sus designios. Cuando Jesús envía a los discípulos recalca el deseo que Dios tiene de que su mensaje llegue a los hombres a través de otros hombres.


Jesucristo envía a sus amigos a los lugares donde Él había de ir. ¡Con qué entusiasmo, con qué alegría, con qué ilusión partirían estos setenta y dos privilegiados! El solo pensamiento de que Jesús confiaba en ellos sería como una brisa fresca que les renovaba el alma cada mañana. Nosotros podemos continuar la labor que ellos comenzaron.


También hoy Jesús quiere entrar en muchos corazones y necesita de amigos -¡nosotros!- que le preparen el camino.


Preparan el camino de Jesús la madre y el padre de familia que, a pesar de sus muchos afanes, sacan todos los días unos minutos para convivir con los hijos y enseñarles con las palabras y el ejemplo las virtudes y la forma de vivir de un cristiano.


Prepara el camino de Jesús el que con su vida honrada provoca a creer que sí se puede -¡qué hallazgo!- vivir con la honestidad que Cristo predicaba.


Preparan el camino a Jesús esos jóvenes que tienen el valor heroico y martirial («mártir» viene del griego «testigo») de vivir con pudor y respeto al cuerpo en esta sociedad obsesionada por la libídine y que se muere de envidia ante estas almas con las agallas suficientes para librarse de la esclavitud que a ella le sofoca.


Prepara el camino de Jesús el cristiano que cada día despierta con la ilusión maravillosa de saberse elegido por Cristo para hacerle presente entre los hombres.


Prepara el camino de Jesús el cristiano que se sabe puente entre Dios y los hombres, y sabe respetar la voluntad de Dios para cada alma. También hoy el Espíritu Santo inspira caminos diferentes dentro de la Iglesia para llevarnos a Cristo. Caminos que debemos amar, defender y proteger.


Preparan el camino de Jesús las almas cansadas que se esfuerzan por sonreír con la cara y con el alma a cada día lleno de lo mismo, a cada sorpresa no del todo grata.


Propósito


Preparemos el camino de Jesús como personas agradecidas, que endulzan la vida y son recreo del cielo por su sencillez.


Diálogo con Cristo


Jesús, Tú me enseñas que quien te lleva en el corazón se llena de paz y transmite la paz. Necesito crecer en la paciencia y la humildad para ser ese instrumento que pueda llevar tu paz, donde haya desunión, egoísmo, tristeza, etc., como nos dice san Francisco de Asís que celebramos hoy. No permitas que me autoengañe «aparentando» seguir tu voluntad cuando en el fondo busco hacer siempre mi parecer.



October 02, 2013 at 11:19PM

10:43 a.m.
Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que está ante la puerta del Agua. Entonces dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la Ley de Moisés, que el Señor había dado a Israel. El sacerdote Esdras trajo la Ley ante la Asamblea, compuesta por los hombres, las mujeres y por todos los que podían entender lo que se leía. Era el primer día del séptimo mes. Luego, desde el alba hasta promediar el día, leyó el libro en la plaza que está ante la puerta del Agua, en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que podían entender. Y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tarima de madera que habían hecho para esa ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matitías, Semá, Anaías, Urías, Jilquías y Maaseías, y a su izquierda Pedaías, Misael, Malquías, Jasúm, Jasbadaná, Zacarías y Mesulám. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo - porque estaba más alto que todos - y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "¡Amén! ¡Amén!". Luego se inclinaron y se postraron delante del Señor con el rostro en tierra. Josué, Baní, Serebías, Iamín, Acub, Sabtai, Hodías, Maaseías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Janán y Pelaías - los levitas - exponían la Ley al pueblo, que se mantenía en sus puestos. Ellos leían el libro de la Ley de Dios, con claridad, e interpretando el sentido, de manera que se comprendió la lectura. Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: "Este es un día consagrado al Señor, su Dios: no estén tristes ni lloren". Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley. Después añadió: "Ya pueden retirarse; coman bien, beban un buen vino y manden una porción al que no tiene nada preparado, porque este es un día consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes". Y los levitas serenaban al pueblo, diciendo: "¡Tranquilícense! Este día es santo: no estén tristes". Todo el pueblo se fue a comer y a beber, a repartir porciones y a hacer grandes festejos, porque habían comprendido las palabras que les habían enseñado. October 01, 2013 at 05:00PM

10:43 a.m.
La ley del Señor es perfecta, es remedio para el alma, toda declaración del Señor es cierta y da al sencillo la sabiduría. Las ordenanzas del Señor son rectas y para el corazón son alegría. Los mandamientos del Señor son claros y son luz para los ojos. El temor del Señor es un diamante, que dura para siempre; los juicios del Señor son verdad, y todos por igual se verifican. Son más preciosos que el oro, valen más que montones de oro fino; más que la miel es su dulzura, más que las gotas del panal. October 01, 2013 at 05:00PM

10:43 a.m.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'. Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: '¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca'. Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad. October 01, 2013 at 05:00PM

10:42 a.m.
Recordando la recomendación de Jesús: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 37-38), percibimos claramente la necesidad de orar por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. No ha de sorprender que donde se reza con fervor florezcan las vocaciones. La santidad de la Iglesia depende esencialmente de la unión con Cristo y de la apertura al misterio de la gracia que actúa en el corazón de los creyentes. Por ello quisiera invitar a todos los fieles a cultivar una relación íntima con Cristo, Maestro y Pastor de su pueblo, imitando a María, que guardaba en su corazón los divinos misterios y los meditaba asiduamente (cf. Lc 2, 19). Unidos a Ella, que ocupa un lugar central en el misterio de la Iglesia, podemos rezar: Padre, haz que surjan entre los cristianos numerosas y santas vocaciones al sacerdocio, que mantengan viva la fe y conserven la grata memoria de tu Hijo Jesús mediante la predicación de su palabra y la administración de los Sacramentos con los que renuevas continuamente a tus fieles. Danos santos ministros del altar, que sean solícitos y fervorosos custodios de la Eucaristía, sacramento del don supremo de Cristo para la redención del mundo. Llama a ministros de tu misericordia que, mediante el sacramento de la Reconciliación, derramen el gozo de tu perdón. Padre, haz que la Iglesia acoja con alegría las numerosas inspiraciones del Espíritu de tu Hijo y, dócil a sus enseñanzas, fomente vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada. Fortalece a los obispos, sacerdotes, diáconos, a los consagrados y a todos los bautizados en Cristo para que cumplan fielmente su misión al servicio del Evangelio. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén. María Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros. October 01, 2013 at 05:00PM

12:11 a.m.
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5.10

En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron:«¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?» El llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. «Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. «Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.


Oración introductoria


Señor, concédeme iniciar esta meditación con un corazón de niño, es decir, consciente de mi pequeñez, de mi fragilidad, de mi necesidad de tu gracia. Dame un espíritu humilde y sencillo para escuchar tus palabras en esta oración, y así, tener una experiencia viva de Ti, de tu amor, de tu misericordia.


Petición


Con la confianza de un niño, te pido, Jesús: ¡quiero ser santo! Ayúdame a aprovechar todas las oportunidades de este día para crecer en el amor.


Meditación del Papa Francisco


Y con Pilato usarán el mismo idioma: nosotros tenemos sólo un rey, que es César. Este lenguaje es un intento de "persuasión diabólica". En efecto, quienes en ese momento "alababan" a Cristo, terminan traicionándole y mandándole a la cruz. Jesús, mirándolos a la cara, les dice esto: ¡hipócritas! En cambio, la mansedumbre que Jesús quiere de nosotros no tiene nada que ver con esta adulación. La mansedumbre es sencilla, como la de un niño; y un niño no es hipócrita, porque no es corrupto. Cuando Jesús nos dice: que vuestro modo de hablar sea: "sí, sí", "no, no", con alma de niño, nos dice lo contrario de aquello que dicen los corruptos. Que nuestro hablar sea evangélico. Pidamos hoy al Señor que nuestro modo de hablar sea el de la sencillez, el de los niños, hablar como hijos de Dios: por lo tanto, hablar en la verdad del amor. (S.S. Francisco, 4 de junio de 2013).


Reflexión


El mundo de hoy sólo acepta a los "grandes", a los mejores, a los primeros en el ámbito económico. Se ve también en los jóvenes, cómo ansían tener lo mejor del momento, aunque no les falte nada o lo tengan todo. Esto ha provocado que el hombre se olvide de su dignidad, de que está hecho para conseguir ideales más grandes, que un poco de gloria, por tener abundantes riquezas, no pueden dar.


Así es nuestro mundo, o mejor así hemos hecho nuestro mundo. Pero la realidad de Dios es otra. Es opuesta a los criterios del mundo. Cristo nos dice que si queremos ser los primeros seamos los últimos, y si queremos ser los más grandes sirvamos a todos. Lo que más vale en el hombre es su vida interior, sus virtudes, su voluntad, y no cuánto tiene o posee.


Por eso los más grandes en el Reino de los Cielos son los que son como niños, porque Dios ama a los pequeños de espíritu. ¿Cómo podemos hacernos niños ante Dios? La solución es sencilla, pero muy difícil por lo que significa para cada persona. Hay que ser humildes a ejemplo de Cristo, que supo decir que sí a lo que el Padre le pedía aun cuando le costase muchísimo.

______


Hoy celebramos a los Ángeles Custodios

¿Quiénes son?


Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: "Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia".


En el Antiguo Testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)


En el nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.


La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.


Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.


Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.


También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.


El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.



October 01, 2013 at 11:46PM

12:11 a.m.
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma? Pero volviéndose, les reprendió y dijo: No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos. Y se fueron a otro pueblo.


Oración Introductoria


Padre bueno, que fácilmente juzgo a los demás en vez de estar más alerta sobre mi propio comportamiento, por eso yo si quiero recibirte hoy en mi corazón, sé que tu presencia en mi vida logrará cambiar las actitudes negativas que me alejan de la santidad.


Petición


¡Ven Señor Jesús! Transforma mi debilidad en fuerza de amor.


Meditación del Papa Francisco


Partimos del momento en que Jesús decide emprender su última peregrinación a Jerusalén. San Lucas anota: "Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén". Mientras "asciende" a la Ciudad santa, donde se llevará a cabo su "éxodo" de esta vida, Jesús ve ya la meta, el Cielo, pero sabe bien que el camino que lo lleva de nuevo a la gloria del Padre pasa a través de la Cruz, a través de la obediencia al designio divino de amor por la humanidad. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que "la elevación en la Cruz significa y anuncia la elevación de la ascensión al cielo". También nosotros debemos tener claro, en nuestra vida cristiana, que entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, incluso cuando esto requiere sacrificio, requiere a veces cambiar nuestros planes. La Ascensión de Jesús ocurre concretamente en el Monte de los Olivos, cerca del lugar donde se había retirado en oración antes de la pasión, para permanecer en profunda unión con el Padre: una vez más, vemos que la oración nos da la gracia de vivir fieles al proyecto Dios. (S.S. Francisco, 17 de abril de 2013)


Reflexión


Podemos llamar a este pasaje "el evangelio del perdón sincero". Cristo manda a sus apóstoles a prepararle el camino, para avisar a la gente de ese pueblo que iba a parar allí.


Pero esas personas de Samaría, en lugar de descubrir a Cristo entre el grupo de viajeros, sólo se fijaron en que "tenían intención de ir a Jerusalén". En ese tiempo los samaritanos no se hablaban con los demás judíos que bajaban a Jerusalén. ¡Qué ofensa para Cristo! Por eso los apóstoles le preguntan si quiere que pidan que les caiga fuego del cielo. Esta propuesta de los apóstoles molestó más a Cristo que la ofensa recibida por el pueblo. ¿No vino Cristo a predicar el perdón? ¿No vino Cristo a morir por amor a toda la gente de ayer, de hoy y de siempre, para salvarnos y llevarnos al cielo? ¿Cómo, pues, iba a permitir que una pequeña ofensa mereciera un castigo así de grande? No. Y dice el Evangelio que Cristo les reprendió enérgicamente.


Por tanto, aprendamos de Cristo a perdonar. Pero a perdonar de corazón. Sí, nos cuesta, pero si pedimos ayuda a Cristo, nuestro corazón se liberará de un peso enorme, respirará paz, la paz que sólo Cristo da a los que se la piden y luchan por conseguirla y mantenerla.


Propósito


Perdonemos hoy a aquel que nos ofenda, a ejemplo de Cristo, que murió en esa Cruz y se ofreció como víctima al Padre tanto por los que le iban a amar como por los que le iban a crucificar.


Diálogo con Cristo


Jesucristo, quiero recibirte en mi interior con sencillez, apertura y humildad. Me pongo de rodillas ante Ti y te digo que acepto tu Reino. Quiero configurar toda mi vida con tu Evangelio. Quiero cambiar mis criterios, mis reacciones altaneras, para que todo lo haga por amor. Quiero saber agradecer y valorar a tantas personas santas que has puesto en mi camino. Dame tu gracia para que todo esto sea posible.



October 01, 2013 at 11:45PM

Hermanos Franciscanos

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