10/16/13

10:56 a.m.
Pero ahora, sin la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas: la justicia de Dios, por la fe en Jesucristo, para todos los que creen. Porque no hay ninguna distinción: todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús. El fue puesto por Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, gracias a la fe. De esa manera, Dios ha querido mostrar su justicia: en el tiempo de la paciencia divina, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, y en el tiempo presente, siendo justo y justificado a los que creen en Jesús. ¿Qué derecho hay entonces para gloriarse? Ninguna. Pero, ¿en virtud de qué ley se excluye ese derecho? ¿Por la ley de las obras? No, sino por la ley de la fe. Porque nosotros estimamos que el hombre es justificando por la fe, sin las obras de la Ley. ¿Acaso Dios es solamente el Dios de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Evidentemente que sí, porque no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos circuncidados como a los paganos incircuncisos. October 15, 2013 at 05:00PM

10:56 a.m.
Desde el abismo clamo a ti, Señor, ¡Señor, escucha mi voz! que tus oídos pongan atención al clamor de mis súplicas! Señor, si no te olvidas de las faltas, Adonai, ¿quién podrá subsistir? Pero de ti procede el perdón, y así se te venera. Espero, Señor, mi alma espera, confío en tu palabra; mi alma cuenta con el Señor, más que con la aurora el centinela. October 15, 2013 at 05:00PM

10:56 a.m.
¡ Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. Así se pedirá cuanta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden". Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación. October 15, 2013 at 05:00PM

10:55 a.m.
Con un temblor lleno de alegría, deseo decir algo sobre los sufrimientos que Tú has padecido por mí, ¡Tú que eres el Dios de todos! En pié ante un tribunal de hombres que tu mismo has creado, con una naturaleza como la mía, Tú no has replicado, Tú que das el habla a los hombres; Tú no has levantado la voz, Tú que has creado la lengua; Tú no has gritado, Tú, ante quien tiembla la tierra;... Tú no has increpado a los que Te conducían a los tormentos de la muerte; Tú no has puesto resistencia cuando te ataron las manos; y cuando Te abofetearon, Tú no mostraste indignación; Cuando Te cubrían de salivazos, Tú no proferías injurias; y cuando Te golpearon, resistías sin desfallecer; cuando se burlaban de Ti, Tú no montaste en cólera, y cuando te vapuleaban, Tu rostro se mantenía sereno. Lejos de darte un respiro, oh fuente de toda vida, Te prepararon, para cargártelo, el instrumento de la muerte. Tú lo recibiste con magnanimidad, lo cargaste sobre tus espaldas en silencio, lo llevaste con paciencia; Tú te cargaste, como si fueras un culpable, el leño del dolor." October 15, 2013 at 05:00PM

12:10 a.m.
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46

Pero,¡ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!» Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!» Pero él dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!


Oración introductoria


Jesús, permite que esta oración me ayude a líbrame del pecado de la hipocresía, de la insinceridad y de la incoherencia, porque quiero seguirte, no sólo en apariencia, sino de verdad. Dame la gracia de vivir una caridad positiva, haciendo el bien a los demás, brindando apoyo a todos, ofreciendo la estima sincera y sirviendo en todo lo que me sea posible a mi prójimo, sin buscar aplausos y sin importarme el «qué dirán».


Petición


Señor, dame un corazón sencillo y sincero, abierto a los demás.


Meditación del Papa Francisco


Cuando el servicio del Señor, se convierte en un yugo tan pesado, las puertas de las comunidades cristianas están cerradas: nadie quiere venir al Señor. En cambio, nosotros creemos que por la gracia del Señor Jesús somos salvos. Esta palabra, yugo, me llega al corazón, me viene a la mente. Jesús pide a todos a permanecer en su amor. Precisamente de este amor nace la observancia de sus mandamientos. Esta es la comunidad cristiana del sí, que permanece en el amor de Cristo y dice "no", "porque está este sí". Está este amor que nos lleva a ser fieles al Señor... porque yo amo al Señor no hago esto o aquello: Es una comunidad del ´sí´ y los ´no´ son el resultado de este ´sí´. Pidamos al Señor que el Espíritu Santo nos ayude siempre a ser una comunidad de amor, de amor a Jesús que nos ha amado tanto. Una comunidad de este ´sí´. Y desde este ´sí´ cumplir los mandamientos. Una comunidad de puertas abiertas. Y que nos defienda de la tentación de volvernos quizás, puritanos, en el sentido etimológico de la palabra, de buscar una pureza para-evangélica, una comunidad del "no". Porque Jesús nos pide antes el amor, el amor a Él, y permanecer en su amor.(S.S. Francisco, 2 de mayo de 2013).


Reflexión


En el libro del Talmud se dice que algunos fariseos viven sólo para cumplir la ley y que sólo sabían buscar nuevos preceptos que cumplir y que hacer cumplir a los demás. Cristo no les critica por cumplir la ley, ya que él es el primero en cumplirla, sino por perder de vista que las leyes, divinas o humanas, tienen sentido desde la perspectiva del amor y para ayudarnos a ser mejores.


Lavarse las manos antes de comer es una costumbre bastante sana; seguramente que Cristo, después de salir de la cena, pidió a los discípulos que fuesen un poco más educados y que, por respeto al prójimo, se pasasen las manos bajo el grifo antes de sentarse. Jesús no critica al fariseo su observancia de la ley ni las buenas costumbres, sino el legalismo esclavizante que oprime a quienes viven la ley por la ley y que ni viven en paz ni dejan vivir tranquilos a los demás.


Cuando amamos a Dios cumplimos sus leyes con gusto y sentimos que nos liberan de la opresión de las tendencias bajas y de la esclavitud de las pasiones; vivimos con la felicidad de quien ama y se siente amado. Cuando dejamos de amar a Dios nos complicamos la vida y vemos como un peso horrible lo que es un don de Dios. Nunca se ha oído que una verdadera madre se queje de las incomodidades que conlleva el cuidado de sus hijos, ni a un enamorado agobiarse por tener que cumplir con los detalles que le pide su amor.


El cristiano que hace la experiencia de amar, se aleja del legalismo y experimenta la libertad verdadera que sólo Cristo sabe dar. La moral cristiana es la conformidad del ser no el cumplimiento estricto de las normas. Por eso San Agustín dice «Ama y haz lo que quieras». Es verdad que el amor no es sólo un sentimiento, o una verdad teórica, ha de ser mostrado con obras, y en ellas es dónde se ve su existencia. Pero no podemos olvidar de qué pasta estamos hechos, somos frágiles, de barro, patosos. Cuando queremos amar muchas veces no podemos, porque notamos nuestras debilidades que son auténtico obstáculo para nuestras buenas obras.


Propósito


Es la hora de acudir al Señor y pedirle que nos ayude, que nos cure de nuestros pecados, que sane nuestra alma débil, decirle que queremos amarle a Él y a nuestros hermanos pero que no sabemos, y aún sabiendo no podemos.



October 15, 2013 at 11:57PM

12:10 a.m.
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41

En aquel tiempo, después de que Jesús hubo terminado de hablar un fariseo le rogó que fuera a comer con Él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: ¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros.


Oración introductoria


Padre, tu que ves en lo secreto y lo conoces todo, ayùdame a no dar importancia a lo exterior, que cada dìa pueda llenar mi corazòn de tu amor.


Petición


Jesús, llèname de tu amor para nunca juzgar lo que hacen los demás y preocuparme para que mis obras estèn llenas de bondad.


Meditación del Papa Francisco


Así hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las "periferias" donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones.

No es precisamente en autoexperiencias ni en introspecciones reiteradas que vamos a encontrar al Señor: los cursos de autoayuda en la vida pueden ser útiles, pero vivir nuestra vida sacerdotal pasando de un curso a otro, de método en método, lleva a hacernos pelagianos, a minimizar el poder de la gracia que se activa y crece en la medida en que salimos con fe a darnos y a dar el Evangelio a los demás; a dar la poca unción que tengamos a los que no tienen nada de nada.

El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco – no digo "nada" porque, gracias a Dios, la gente nos roba la unción – se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. (S.S. Francisco, 28 de marzo de 2013).


Reflexión


El Señor reprende a los fariseos porque quiere ayudarles a ver que viven en la hipocresía, que de nada les valen sus "buenas obras" y su observancia de la ley, si por dentro están sucios.


Un hombre captó en profundidad este mensaje de Cristo y entonces dijo: "Quiero escribir el libro de mi vida, no de cara a los hombres, sino cara a cara con Dios".


Descubrió que no vale la pena vivir fingiendo, vivir de apariencias, para crearse una buena imagen ante los demás, porque podemos engañar a los hombres, e incluso a nosotros mismos. Pero no a Dios, que ve en lo secreto y lo conoce todo.


Descubrió la insatisfacción y el desasosiego en que se vive cuando hay dualidad e hipocresía, cuando se vive con una máscara, se sonríe por fuera y se llora amargamente en el interior. Se dejó convencer al sentir la paz que deja la autenticidad y la coherencia de vida.


Propòsito


Que las buenas obras broten de nuestro interior, de nuestro amor a Dios y al prójimo, que nacen del corazón. Que nuestra intención no sea impresionar a los hombres, sino sencillamente agradar a Dios y ser un testimonio alentador para los que nos rodean.



October 15, 2013 at 11:57PM

Hermanos Franciscanos

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