12/21/25

El Papa León XIV durante el rezo del Ángelus / Crédito: Captura de video/Vatican Media

“Piedad y caridad, misericordia y abandono” son las virtudes de San José que el Papa León XIV destacó este domingo durante el rezo del Ángelus, animando a tenerlas presentes al transitar los últimos días del Adviento. 

La liturgia de este cuarto domingo de Adviento, señaló el Santo Padre desde la ventana del Palacio Apostólico, nos invita a meditar sobre la figura de San José, en particular, “en el momento en el que Dios le revela su misión en sueños”. 

Se trata de “una página muy hermosa de la historia de la salvación, cuyo protagonista es un hombre frágil y falible —como nosotros— y, al mismo tiempo, valiente y fuerte en la fe”, describió. 

Tomando como referencia el Evangelio de Mateo, el pontífice recordó que José de Nazaret fue un “hombre justo”, y un “israelita piadoso, que observa la Ley y frecuenta la sinagoga”, al tiempo que “una persona extremadamente sensible y humana”. 

En ese sentido, recordó que “aun antes de que el Ángel le revele el misterio que se está cumpliendo en María, frente a una situación difícil de comprender y de aceptar, él no elige la vía del escándalo y de la condena pública a su futura esposa, sino el camino discreto y benévolo del repudio en secreto”. 

De esa manera, señaló el Papa León, “demuestra que ha captado el sentido más profundo de su propia observancia religiosa: el de la misericordia”. 

“La pureza y la nobleza de sus sentimientos se vuelven aún más evidentes cuando el Señor, en sueños, le revela su plan de salvación, indicándole el rol inesperado que deberá asumir: ser el esposo de la Virgen Madre del Mesías”, añadió.  

Un gran acto de fe 

En ese contexto, el Pontífice destacó el “gran acto de fe” de José, quien “deja también la última orilla de sus seguridades y navega mar adentro hacia un futuro que ya está totalmente en las manos de Dios”.  

En palabras de San Agustín, “a la piedad y caridad de José le nació de la Virgen María un hijo, Hijo a la vez de Dios”. 

“Piedad y caridad, misericordia y abandono; estas son las virtudes del hombre de Nazaret que la liturgia nos propone hoy, para que nos acompañen en estos últimos días de Adviento, hacia la santa Navidad”.  

Estas, subrayó León XIV, “son actitudes importantes, que educan el corazón al encuentro con Cristo y con los hermanos, y que nos pueden ayudar a ser, los unos para los otros, pesebre acogedor, casa confortable, signo de la presencia de Dios”.  

Por eso, aconsejó: “En este tiempo de gracia, no perdamos ocasión para practicarlos: perdonando, animando, dando un poco de esperanza a las personas con las que vivimos y a aquellas que encontramos; y renovando en la oración nuestro abandono filial en el Señor y en su Providencia, encomendándole todo con confianza”. 

“Que nos ayuden en esto la Virgen María y san José, que fueron los primeros en acoger a Jesús, el Salvador del mundo, con gran fe y amor”, concluyó. 

null / Cuarto Domingo de Adviento 2025 / ACI Prensa

Hoy celebramos el Cuarto Domingo de Adviento y la Iglesia nos invita a contemplar a María Virgen, pronta a dar a luz. El Evangelio para este último domingo de preparación para la Navidad está tomado de San Mateo (Mt 1, 18-24).

Ella, desde aquel "¡Sí!" con el que respondió al ángel el día de la Anunciación, empezó a preparar su humilde hogar al ritmo con el que iba preparando el corazón para acoger a su Hijo Jesús, el Salvador.

Y, ahí no queda todo. La Doncella de Nazareth no se queda ensimismada, o apartada de las necesidades de los demás. No. Ella sale al encuentro de su prima Isabel, llevando a su bebé, Jesús, en el vientre. No tiene temor en acudir a quien la requiere. María, la Virgen del Adviento, va en ayuda de quien está en necesidad. ¿Qué la mueve a casa de la prima? Pues el amor. ¡Todo el amor del mundo se está gestando en su vientre! ¡Benditos nueve meses en estado de buena esperanza!

Hoy, la Iglesia nos recuerda que es Ella, María Santísima, quien nos abre de par en par las puertas del amor y la esperanza. María es el pórtico de la Navidad; la garantía de que cada ser humano es capaz de albergar la vida y alcanzar el cielo.

Sugerencia práctica para estos días

Es hora de acudir a la Virgen María. Ella está por dar a luz y lleva nada menos que a Dios en su vientre. Ese niño será reconocido como el Salvador de las Naciones. ¡Cuánto gozo habrá experimentado la Madre de Dios!

Acompañemos a la Virgen con nuestra oración: te recomendamos que hagas la Oración Familiar del Cuarto Domingo de Adviento. ¡Que sea ocasión para amar más a Jesús, y contemplarlo con los ojos con los que María lo amó!

Lectura del Evangelio del Cuarto Domingo de Adviento según San Mateo: (Mateo 1, 18-24)

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

null / Oración para el Cuarto Domingo de Adviento 2025 / ACI Prensa

La versión en PDF de la Oración familiar para el Cuarto Domingo de Adviento 2025 puede descargarse aquí.

__________________________________________________________________________________

Este 21 de diciembre es el Cuarto Domingo de Adviento; la espera está por concluir y el Señor está más cerca que nunca de nosotros. Vivamos estos días que faltan junto a Santa María y San José. Como ellos, centremos la mirada en lo que está por suceder y dejemos todo lo que quedó atrás.

En la Oración familiar de hoy encenderemos la cuarta y última vela de la corona como símbolo de esperanza porque Dios estará en medio de su pueblo trayendo la alegría y la paz. Por eso, oremos junto a María, “Morada de la Luz”, y pidamos la gracia que necesitamos para acoger al Niño Jesús con amor y humildad. Ella nos recuerda que “... la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros” (Jn 1, 14).

Antes de la oración

Te recomendamos poner la Corona de Adviento en un lugar especial de la casa, en torno al cual se puedan reunir los miembros de la familia. Al lado de la corona se puede colocar una imagen de la Virgen, procurando iluminar el ambiente con una luz cálida, que favorezca el recogimiento.

Se debe nombrar un MONITOR para que dirija la oración -puede ser el papá o la mamá-, así como un LECTOR (o lectores, según se desee, para distribuir las distintas partes de la oración, de manera que puedan tomar parte el mayor número de personas). Los demás participarán con sus respuestas, cantos o peticiones.

Las velas correspondientes a los TRES domingos anteriores deben estar encendidas antes de iniciar la Oración familiar. Uno de los participantes encenderá la cuarta y última vela de la Corona de Adviento durante la cuarta estrofa de la canción “Hoy se enciende una llama”.

NOTA: Te sugerimos leer o revisar previamente el texto completo de la Oración familiar, especialmente las indicaciones en letra cursiva dentro del texto, que no deben ser leídas en voz alta, pero que siempre deben ser tomadas en cuenta por el MONITOR. Cuando todo esté coordinado se prosigue a iniciar la oración.

__________________________________________________________________________________

Liturgia para el Cuarto Domingo de Adviento 2025

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

TODOS: Que hizo el cielo y la tierra.

MONITOR:

Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la salvación. La espera llega a su fin, por eso hoy encenderemos la cuarta y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesús. ¡Dios Hecho Niño viene a reconciliar los corazones y estamos alegres! ¡Crece la esperanza! Iniciemos la oración de esta semana cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado).

TODOS CANTAN:

CELEBREMOS UNIDOS A LA VIRGEN MARÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS CIEGOS Y NOS DIO A LUZ EL DÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS TRISTES Y NOS DIO LA ALEGRÍA.

1. Mujer tan silenciosa y encumbrada, ahora más que el sol, 
recibes en tu vientre al mismo Dios, al que es tu Creador.

2. Lo que Eva en una tarde misteriosa buscando nos perdió, 
Tú, Madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.

3. Tú que eres bella puerta del Rey sumo, Morada de la Luz,
la puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesús.

LECTOR:

Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho grandes cosas en mí: ¡su Nombre es santo!» (Lc 1, 39-49).

MONITOR:

La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano; es Ella quien refleja la Luz de su Hijo y permite que esta llegue hasta nosotros, iluminando nuestras vidas. Cantemos ahora HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado):

TODOS CANTAN:

(Al inicio de la cuarta estrofa del canto, la persona designada previamente enciende la cuarta vela)****

HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA
EN LA CORONA DE ADVIENTO,
QUE ARDA NUESTRA ESPERANZA
EN EL CORAZÓN DESPIERTO
Y AL CALOR DE LA MADRE
CAMINEMOS ESTE TIEMPO.

  1. Un primer lucero se enciende

    anunciando al Rey que viene

    preparad corazones,

    allánense los senderos.

  2. Crecen nuestros anhelos al ver

    la segunda llama nacer.

    Como dulce rocío vendrá

    el Mesías hecho Niño.

  3. Nuestro gozo hoy quiere cantar

    por ver tres luceros brillar

    con María esperamos al Niño

    con alegría.

  4. Huyen las tinieblas al ver****

    cuatro llamas resplandecer

    ya la gloria está cerca

    levanten los corazones.

MONITOR:

Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios, acudiendo a la intercesión de la Virgen María. Respondamos después de cada petición: POR INTERCESIÓN DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.

(Peticiones libres)

Recemos ahora un Padrenuestro, un Avemaría y Gloria.

MONITOR:

Oremos:

TODOS:

Señor y Dios nuestro, a cuyo designio se sometió la Virgen Inmaculada aceptando, al anunciárselo al ángel, encarnar en su seno a tu Hijo: tú que la has transformado, por obra del Espíritu Santo, en templo de tu divinidad, concédenos, siguiendo su ejemplo, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Más recursos:

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.