02/18/21

11:26 a.m.


Así habla el Señor Dios: ¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob! Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo haría una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios: "¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos afligimos y tú no lo reconoces?". Porque ustedes, el mismo día en que ayunan, se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre. Ayunan para entregarse a pleitos y querellas y para golpear perversamente con el puño. No ayunen como en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas. ¿Es este acaso el ayuno que yo amo, el día en que el hombre se aflige a sí mismo? Doblar la cabeza como un junco, tenderse sobre el cilicio y la ceniza: ¿a eso lo llamas ayuno y día aceptable al Señor? Este es el ayuno que yo amo -oráculo del Señor-: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!".

11:26 a.m.


¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu sentencia tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios. Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado.

11:26 a.m.


Hijos bien-amados y hermanos: Dios que en su sabiduría gobierna todo y de forma excelente y sabia lleva a buen término las estaciones y los años, nos ha hecho conocer que ya ha llegado el tiempo de salvación y beneficio para las almas. (...) ¡Gracias sean dadas a quien nos ha revelado este tiempo y juzgado dignos de alcanzarlo! Por eso, en todo momento debemos llevar una vida santa y pura y observar los mandamientos de Dios, en particular actualmente. (...) Ya que es tiempo de purificación, ¡purifiquémonos! Ya que es tiempo de abstinencia, ¡hagamos abstinencia! No sólo de alimentos, porque no sería suficiente. Hagamos abstinencia (...) de envidiar la buena reputación de nuestro hermano y ponernos en cólera o irritarnos contra el prójimo. Hagamos abstinencia de no poner freno a nuestra lengua, dejándola correr como ella quiere. Se debe imponer ella misma los límites: no hablemos mucho ni en cualquier momento, hablemos sólo de temas convenientes. Nuestros ojos se deben guardar de miradas impúdicas. Nuestros oídos deberían permanecer cerrados, abriéndose sólo para escuchar lo que es agradable a Dios y él ama. Si, mis hijos bien-amados. Los exhorto para que hagan de ustedes mismos un instrumento musical, un harpa agradable del Espíritu Santo. (...) Mantengan la paz entre ustedes. La tan venerable Cuaresma fatiga al cuerpo, es cierto. ¡Pero a causa del cuerpo no dejen que se les doblegue el coraje! (...) Como siempre, con un poco de paciencia, ¡no sentirán más el peso!