11/17/18

11:40 p.m.


Por: H. Alexis Federico Montiel Sánchez, L.C. | Fuente: missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, que sepa, lleno de confianza, esperar tu próxima venida.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 13, 24-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y el enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.

Entiendan esto con el ejemplo de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

A una semana de la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, la Iglesia nos introduce en este misterio con un evangelio que muchas veces nos podría parecer que infunde miedo o que falta mucho tiempo para que suceda.

Hay un dicho que dice: "el que nada debe, nada teme." Es muy cierto, pero muy pobre a la vez. Una visión más cristiana diría "el que ha dado todo, se ha esforzado y ha cumplido su deber, espera con ansiedad e impaciencia la llamada de su Señor para que le diga con alegría y entusiasmo: pasa al gozo de tu Señor." Entonces, ¿por qué viene a colación este Evangelio?

Señor, Tú me pides este día que deje de esperar como hombre y que empiece a esperar como un niño que espera que su papá se alegre por la buena nota que sacó, por una cosa que hizo para él; que espere con esa misma ilusión de ver el rostro de mi padre que me dice: "te amo, estoy muy orgulloso, me alegra que te haya ido bien."

Debo esperar como un niño, no llamar por teléfono, no buscar ubicaciones en Facebook u otros medios, no hacer cálculos… simplemente esperar con plena confianza en las manos de Dios.

Estar atentos y vigilantes son las premisas para no seguir "vagando fuera de los caminos del Señor", perdidos en nuestros pecados y nuestras infidelidades; estar atentos y alerta, son las condiciones para permitir a Dios irrumpir en nuestras vidas, para restituirle significado y valor con su presencia llena de bondad y de ternura. Que María Santísima, modelo de espera de Dios e icono de vigilancia, nos guíe hacia su Hijo Jesús, reavivando nuestro amor por Él.
(Ángelus de S.S. Francisco, 3 de diciembre de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Prepararé mi alma a la solemnidad de Cristo Rey, viendo cuáles son las actitudes y los modos con que he de esperar al Señor.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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11:34 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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_”Verbum Spei”_
_”Palabra de Esperanza”_
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*33° Domingo Tiempo Ordinario*
*El Evangelio de hoy*
*Marcos 13, 24-32*

Jesús dijo a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprendan de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, se dice que el verano está cerca; pues cuando vean ustedes suceder esto, sepan que él está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»

*Reflexión*
Estamos casi al final del año litúrgico y el Evangelio de hoy nos trae unas palabras un tanto extrañas de Jesús a sus discípulos. Jesús anuncia, parece ser, unos acontecimientos terribles. Si lo que dice Jesús se cumpliera, tendríamos que decir que es el fin de este mundo que conocemos y en el que vivimos. Y con el fin del mundo vendría el final también de esta vida nuestra. No se puede interpretar de otra forma la afirmación de que el sol no dará más luz y de que las estrellas caerán del cielo sobre la tierra. Es el anuncio del desastre final. Más de una película se ha hecho en los últimos años describiendo ese final horrible del mundo y de la vida que contiene.
Este mundo pasa. Nuestra vida tiene un final. Eso es así y no lo vamos a cambiar. El fin del mundo y el fin de mi vida llegarán algún día. Probablemente antes lo segundo que lo primero. Lo importante es saber que acogidos al perdón de Dios que se nos ofrece en Cristo, podemos acceder a la nueva vida, estamos salvados. Esa es nuestra fe. No hay, pues razón para temer.

*Oración*
Señor Jesús, prepará mi corazón para que siempre sea esa llama encendida en tu amor. Haz que te reconozcamos siempre presente en nuestra vida. Porque tú eres nuestro único Salvador. Amén.

*Acción*
Hoy reflexionaré: ¿Me atemoriza pensar en mi propia muerte? ¿Estoy comportándome de una manera digna de quien ha sido perdonado, salvado y acogido por Dios como hijo suyo? ¿Qué tendría que cambiar en mi vida diaria para vivir como hijo de Dios?
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_”Nuntium Verbi Dei”_
_“Mensaje de la palabra de Dios”_
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9:02 p.m. ,


Suscríbete a nuestro canal 👉 http://bit.ly/SuscribeteTeleVID 👈 El Padre Fray Luis Enrique Orozco comparte con nosotros el #EvangelioDeHoy domingo 18 de noviembre, Marcos Capítulo 13 Versículos 24 al 32. Conéctate con la #LectioDivina 📖 http://bit.ly/EvangelioDeHoy Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,24-32): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.» #PalabraDelSeñor Eucaristía de hoy: 👉 http://bit.ly/SantaMisaTeleVID 👈 Santo rosario: 👉 http://bit.ly/SantoRosarioCatolico 👈 Síguenos y haz parte de nuestro canal: YouTube: https://www.youtube.com/c/TeleVID Facebook: https://www.facebook.com/televid.tv Twitter: https://twitter.com/Canaltelevid Página web: http://www.televid.tv/ Haz tus donaciones en: http://televid.tv/donar/


7:00 p.m. ,


ENTONCES VERÁN VENIR AL HIJO DEL HOMBRE SOBRE LAS NUBES CON GRAN PODER Y MAJESTAD. Evangelio de Hoy Domingo 18 de Noviembre. PRIMERA LECTURA. Del libro del profeta Daniel 12,1-3 En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo. Será aquel un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo. Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. SALMO RESPONSORIAL. Del salmo 15, 5.8. 8-19. 11 R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/. Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/. Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/. SEGUNDA LECTURA. De la carta a los hebreos: 10, 11-14. 18 Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. EVANGELIO. Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 24-32 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo. Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de. Cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. REFLEXIÓN. En esta penúltima semana del año litúrgico, Jesús finalmente ha llegado a Jerusalén. Ya cerca de su pasión y muerte, Jesús nos da una señal de esperanza, diciéndonos como será todo cuando regrese en su Gloria. El evangelio de este domingo está tomado de un largo discurso en el que Jesús habla de tribulaciones como no las “ha habido desde la creación del mundo” (cfr. Mc 13, 19). Describe una especie de disolución del mundo, un retorno de la creación a su estado primordial de vacío y caos. En primer lugar, la comunidad humana —naciones y reinos— se quebrantará (cfr. Mc 13, 7-8). Después la tierra dejará de producir alimentos y empezará temblar (13, 8). Entonces, la familia se destruirá desde dentro y los últimos fieles serán perseguidos (13, 9-13). Por último, se profanará al Templo y la tierra será excluida de la presencia de Dios (13, 14). La lectura de este domingo presenta a Dios apagando las luces que, en el principio, había puesto en el cielo: el sol, la luna y las estrellas (cfr. Is 13, 10; 34, 4). En medio de esta oscuridad el Hijo del Hombre, aquel por quien todo fue hecho, vendrá de nuevo. Jesús nos había dicho que el Hijo del Hombre tenia que ser humillado y matado (cfr Mc 8, 31). Ahora nos habla de su victoria final, ocupando imágenes reales-divinas sacadas del Antiguo Testamento: las nubes, la gloria y los ángeles (cfr. Dn 7, 13). Nos muestra que en él se cumplen todas las promesas que Dios hizo de salvar a “los elegidos”, al resto fiel (cfr. Is 43, 6; Jr 32.37). Como nos dice la primera lectura de hoy, esta salvación incluirá la resurrección corporal de los que duermen en la tierra. Debemos estar atentos a ese momento, cuando los enemigos del Señor serán estrado de sus pies, según lo que vislumbra la epístola de hoy. Podemos esperar confiados, sabiendo que un día tendremos la felicidad eterna a la derecha del Señor, como oramos en el salmo de este domingo. Dr. Scott Hahn.