05/30/17

11:47 p.m.

Por: H. Iván Yoed González, L.C. | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

María, madre mía. Quiero caminar hacia Jesús. Si me siento indigno de Él, si me siento sucio, impuro, caído, te pido tómame la mano y llévame hacia Él.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 1,39-56

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".

Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre". María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Dichosa tú, María que has creído que se cumplirían las palabras del Señor. Ese es mi más profundo deseo: que se cumplan las palabras del Señor. Supiste actuar conforme al amor. Supiste caminar con la confianza puesta en Dios. Días oscuros, cuántos habrás vivido; días fríos, solos, en tu hogar. Cristo se había ido. ¿Cuánto habría de durar la soledad?

Y el deseo de ver a tu hijo ser feliz, de verlo crecer y de no verlo sufrir, qué difícil fue verlo quebrado. Mas fue feliz y tú lo viste, pero fue feliz en el dolor. Aquella espada en el alma.

No habían pasado siquiera tres años y a tu hijo le anunciaban pronta muerte. ¿Dónde aprendió a amar de tal manera, que ni la misma muerte tortuosa le aplacó el deseo de amar? Detrás de Él hubo una madre que le amó de tal manera, que le enseñó a mirar constantemente más allá de su propia vida. Amándolo tanto lo habías preparado a amar. Te dejaría, María. Y lo despedirías con la misma confianza con que lo diste a luz.

Cambiaste la humanidad, Madre mía, engendrado al mismo Dios que se encarnó. Tú tan sólo una criatura, pero tan generosa. Tan sólo una criatura, pero tan silenciosa. Tan sólo una criatura, pero tan comprensiva. Tan sólo una criatura, pero llena de gracia. Tan sólo una criatura, pero la Madre del Señor. Tan sólo una criatura, pero también mi madre.

Creíste. Feliz seas, Madre mía, que creyendo abriste el mundo al mismo Dios; y el mismo Dios nos vino a redimir. He ahí a mi madre.

He aquí a tu hijo, he aquí a tu hija. Quiero caminar contigo hasta la cruz y escuchar a mi Señor decir "he ahí a tu madre".

"Esos días, María corría hacia una pequeña ciudad en los alrededores de Jerusalén para encontrarse con Isabel. Hoy, sin embargo, la contemplamos en su camino hacia la Jerusalén celestial, para encontrar finalmente el rostro del Padre y volver a ver el rostro de su hijo Jesús.[…] Ha sido la primera en creer en el Hijo de Dios, y es la primera en ser ascendida al cielo en alma y cuerpo. Fue la primera que acogió y tomó en brazos a Jesús cuando aún era un niño, es la primera en ser acogida en sus brazos para entrar en el Reino eterno del Padre. María, una humilde y sencilla joven de un pueblecito perdido de la periferia del Imperio romano, justamente porque acogió y vivió el Evangelio, fue admitida por Dios para estar en la eternidad al lado del trono de su Hijo. De este modo el Señor derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes".
(Ángelus S.S. Papa Francisco, 15 de agosto de 2016)

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezaré un misterio del rosario por quienes no conocen aún a su madre celestial, María, madre de Jesús y madre nuestra.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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11:18 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza_
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*La Visitación de María*

*El Evangelio de hoy*

*Lucas 1, 39-56*
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Entonces dijo María:

“Mi alma glorifica al Señor

y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,

porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,

porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre

y su misericordia llega de generación en generación

a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo:

dispersó a los de corazón altanero,

destronó a los potentados

y exaltó a los humildes.

A los hambrientos los colmó de bienes

y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia,

vino en ayuda de Israel, su siervo,

como lo había prometido a nuestros padres,

a Abraham y a su descendencia,

para siempre”.

María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa.

*Reflexión:*

En este hermosísimo pasaje, san Lucas nos ha retratado el interior de María Santísima. En él, expresa lo que sentía y pensaba, no sólo de Dios en sí mismo y su actuación para con su pueblo, sino la profunda relación que mantenía con él y que es el motor de toda su vida.

María se presenta como la Sierva del Señor y es, por ello, que su alegría más grande, está en alabar a Dios y servir a sus hermanos. Si hoy nuestra sociedad se ha vuelto más egoísta y distante, sobre todo de los necesitados, es porque se ha distanciado de Dios, porque no encuentra su alegría en alabarle, porque su relación con él es pobre y fría.

Es necesario que volvamos a encender el fuego del amor a Dios en nuestros corazones, que nos demos tiempo en nuestro agitado día para orar, para visitarlo en los sagrarios, para comulgar con más frecuencia, para reconciliarnos sacramentalmente; en fin, para crecer en nuestra amistad con el Señor. Sólo de esta manera el fuego de Dios en nuestro corazón, como en María, se transformará en caridad.

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, enséñanos a vivir la justicia y la solidaridad en el servicio constante a nuestros hermanos del mismo modo que lo hizo tu Madre Santísima, para que, asemejándonos a ella, alcancemos de ti aquella exultación que manó de tus labios: “Bendito el que escucha la Palabra de Dios y la cumple”. Amén.
*Acción:*

El día de hoy visitaré a aquel familiar que he descuidado un poco en los últimos días para que con ello le lleve la bendición que mana de Dios.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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11:29 a.m.
¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal. Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos! ¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! El exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta. Yo aparté de ti la desgracia, para que no cargues más con el oprobio.

11:29 a.m.
Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación. Y dirán en aquel día: Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel!