01/01/17

11:50 p.m.

Por: H. Cristian Gutiérrez LC | Fuente: www.missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Te doy gracias, Señor, por permitirme estar de nuevo delante de Ti. Sé que Tú también deseabas ardientemente que viniera a compartir contigo este rato de intimidad. Señor, enséñame a orar como enseñaste a los apóstoles. Dame la gracia de vivir siempre unido a Ti y no permitas que nada ni nadie rompa mi amistad contigo. Aumenta mi fe y mi confianza en Ti y ayúdame a amarte cada día más y mejor.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 1, 19-28

Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".

Él reconoció y no negó quien era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías".  De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?".  Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el Profeta?".  Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías".

Los enviados que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas, si  no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?".  Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Todavía en este período de navidad la liturgia me invita a seguir meditando en tu Encarnación. En el pasaje de hoy me lanzas una pregunta: ¿quién eres Tú? Ésta es también la pregunta sobre la que te propongo centrar este rato de encuentro contigo.

Señor, hoy de nuevo te pregunto quién eres. ¿Quién eres Tú, Jesús? ¿Quién ese niño que contemplo pobre, tiritando de frío, con las manitas juntas, durmiendo acostado en un pesebre? ¿Quién es ese hombre sangrado, malherido, agonizante que miro a diario colgado de una cruz? ¿Quién es esa persona oculta pero real, que me acompaña hasta el fin del mundo en la Eucaristía? ¿Quién eres Señor? ¿Quién eres que obras de esta manera? Porque descubriendo tu actuar, puedo descubrir quién eres.

Pero puedo hacerte más directa la pregunta: ¿quién eres Tú para mí, Señor? Puede ser que seas sólo una idea bonita, una teoría, un simple conocimiento de una doctrina, un personaje histórico como otro. Necesito saber quién eres Tú en mi vida, qué lugar ocupas.

Hoy te puedo contemplar como una persona. Tú, Jesús, eres una persona viva y real. Una persona presente en mi vida, que conoce mi realidad, mi situación; que me acompaña y sobre todo que me ama. Te descubro persona en Belén, en el Calvario y en la Eucaristía.

Dame la gracia, Señor, de ser como Juan el Bautista un portador de la Buena Nueva al mundo. Un testigo veraz de tu existencia y tu poder. Un apóstol que sea capaz de dar la vida, no por una idea, un pensamiento, un mito, un personaje histórico del pasado, sino por una persona, una persona que me ama sin medida y a la que quiero corresponderle.

«Si miramos a nuestro alrededor, nos encontramos con personas que estarían disponibles para iniciar o reiniciar un camino de fe, si se encontrasen con cristianos enamorados de Jesús. ¿No deberíamos y no podríamos ser nosotros esos cristianos? Os dejo esta pregunta: «¿De verdad estoy enamorado de Jesús? ¿Estoy convencido de que Jesús me ofrece y me da la salvación?». Y, si estoy enamorado, debo darlo a conocer. Pero tenemos que ser valientes: bajar las montañas del orgullo y la rivalidad, llenar barrancos excavados por la indiferencia y la apatía, enderezar los caminos de nuestras perezas y de nuestros compromisos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy hablaré de Cristo a alguna persona durante el día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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11:07 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*2° Lunes Navidad*

*El Evangelio de hoy*

*Juan 1, 19-28*
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?”

El reconoció y no negó quién era. El afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” El les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor‘, como anunció el profeta Isaías”.

Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”.

Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

*Reflexión:*

Al iniciar el año civil, la palabra de Dios nos invita a descubrir que Jesús ya está en medio de nosotros. Está presente en nuestros hermanos, sobre todo, en los más necesitados, en su Palabra, en la Eucaristía, en la oración. Es triste que muchos de nosotros, por estar sumergidos en el mar de nuestras ocupaciones diarias no seamos capaces de descubrirlo.

Por ello, es fundamental que al iniciar nuestro día y, al menos de vez en cuando, nos detengamos un momento y veamos a nuestro alrededor; que iniciemos nuestro día con un momento de oración y silencio que nos permita descubrir al Dios cercano que busca ser parte de nuestro día y de nuestra misma historia. Decía un santo sacerdote: No dejes lo importante por hacer lo urgente. Lo único importante es Dios, todo lo demás siempre será urgente. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, te pedimos que nos conduzcas por medio de tu Espíritu Santo a la obediencia de la fe y profesemos, junto con toda tu iglesia, la gracia de vivir siempre unido a Ti y no permitas que nada ni nadie rompa mi amistad contigo. Aumenta mi fe y mi confianza en Ti y ayúdame a amarte cada día más y mejor. Amén.
*Acción:*

Hoy hablaré de Cristo a alguna persona durante el día. Además repetiré con la iglesia: Jesús es Señor, para gloria de Dios Padre. 

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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