04/29/14

10:46 a.m.
Intervino entonces el Sumo Sacerdote con todos sus partidarios, los de la secta de los saduceos. Llenos de envidia, hicieron arrestar a los Apóstoles y los enviaron a la prisión pública. Pero durante la noche, el Angel del Señor abrió las puertas de la prisión y los hizo salir. Luego les dijo: "Vayan al Templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta nueva Vida". Los Apóstoles, obedecieron la orden, entraron en el Templo en las primeras horas del día, y se pusieron a enseñar. Entre tanto, llegaron el Sumo Sacerdote y sus partidarios, convocaron al Sanedrín y a todo el Senado del pueblo de Israel, y mandaron a buscarlos a la cárcel. Cuando llegaron los guardias a la prisión, no los encontraron. Entonces volvieron y dijeron: "Encontramos la prisión cuidadosamente cerrada y a los centinelas de guardia junto a las puertas, pero cuando las abrimos, no había nadie adentro". Al oír esto, el jefe del Templo y los sumos sacerdotes quedaron perplejos y no podían explicarse qué había sucedido. En ese momento llegó uno, diciendo: "Los hombres que ustedes arrestaron, están en el Templo y enseñan al pueblo". El jefe de la guardia salió con sus hombres y trajeron a los Apóstoles, pero sin violencia, por temor de ser apedreados por el pueblo. April 28, 2014 at 05:00PM

10:46 a.m.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: él me respondió y me libró de todos mis temores. Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en él se refugian! April 28, 2014 at 05:00PM

10:46 a.m.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios. April 28, 2014 at 05:00PM

10:46 a.m.
"El mandato del Señor es límpido, y da luz a los ojos" (Sal. 18,9). Recibe a Cristo, recibe la capacidad de ver, recibe la luz, con el fin de conocer a Dios y al hombre … Recibamos la luz con el fin de recibir a Dios, recibamos la luz y hagamosnos discípulos del Señor, rechacemos la ignorancia y las tinieblas que nublan nuestra mirada, contemplemos al Dios verdadero … Mientras estuvimos sepultados en las tinieblas y presos de las sombras de muerte (Mt 4,16; Is 42,7), del cielo una luz más pura que el sol, más dulce que la vida terrena, resplandeció entre nosotros. Esta luz es la vida eterna, y todo el que participa de ella tiene la vida. La noche teme esta luz; por miedo, desaparece, y deja sitio al día del Señor; todo se hizo luz sin decadencia. Occidente se cambió en oriente; es "la creación nueva" (Ga 6,15; Ap 21,1). Porque el "Sol de justicia" (Ml 3,20), que pasa por todas partes, visita a todo el género humano sin distinción. Imita a su Padre que “ hace salir su sol sobre todos los hombres" (Mt 5,45) y difunde en todos el rocío de la verdad… Crucificando a la muerte, la transformó en vida; arrancó al hombre de la perdición y lo colocó en los cielos; trasplantó lo que era perecedero para convertirlo en imperecedero; convirtió la tierra en cielo… Da la vida de Dios a los hombres por su enseñanza divina, "poniendo sus leyes en su pensamiento e inscribiéndolas en su corazón: todos conocerán a Dios, desde los más pequeños hasta los más grandes, y perdonaré sus faltas, dice Dios, no recordaré más sus pecados" (Jr 31,33s). Acojamos pues las leyes de la vida, obedezcamos las enseñanzas de Dios, aprendamos a conocerlo. April 28, 2014 at 05:00PM

10:46 a.m.
Dios todopoderoso, según el apóstol Pablo, tu Espíritu “escruta y conoce las profundidades de tu ser” (1C 2, 10-11), e intercede por mi, te habla en mi lugar con “gemidos inenarrables” (Rm 8,26)… Fuera de ti nadie escruta tu misterio; nada que sea extraño a ti no es suficientemente poderoso para medir la profundidad de tu majestad infinita. Todo lo que penetra en ti procede de ti; nada de lo que es exterior a ti tiene el poder de sondearte… Creo firmemente que tu Espíritu viene de ti por tu Hijo único; aunque yo no comprendo este misterio, tengo, respecto a él, una profunda convicción. Porque en las realidades espirituales que son dominio tuyo, mi espíritu es limitado, tal como lo dice tu Hijo único: “No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de nuevo’. Porque el Espíritu sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del agua y del Espíritu”. Creo en mi nuevo nacimiento sin comprenderlo, y en mi fe guardo lo que escapa a mi comprensión. Sé que tengo el poder de renacer, pero no sé cómo esto se realiza. El Espíritu no tiene ningún límite; habla cuando quiere, y dice lo que él quiere y donde quiere. La razón de de su partida y de su venida permanecen desconocidas para mi, pero tengo la profunda convicción de su presencia. April 28, 2014 at 05:00PM

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.