viernes 25 Diciembre 2015 : Libro de Isaías 52,7-10.

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“Verbum Spei”
“Palabra de Esperanza”
verbumspei.wordpress.com
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24 Diciembre
Misa medianoche
El Evangelio de hoy
Lucas 2,1-14
En aquellos tiempos apareció un decreto del emperador César Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en los cielos, y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad!”
Reflexión:
Hoy como hace más de dos mil años, Cristo viene a nacer a nuestro corazón. Él, como dice el evangelio, cumple su promesa, mostrándonos su misericordia, para sacarnos de las tinieblas en que vivimos y guiarnos por el camino de la paz. Él viene para ser luz y para dar paz. Él es la estrella que brilla en medio de la oscuridad de nuestro caminar por esta vida. Pero para encontrar esa luz, debemos apagar todo lo que nos impide ver la estrella de Belén que nos guía a Él. Pensemos por unos momentos que el mismo Dios ha visitado nuestra tierra, nuestra vida, nuestras propias casas.
La Navidad no es simplemente una fiesta sino un acontecimiento salvífico de Dios, que tiene que ser parte de nuestra propia historia. Dios nos visita, para darnos el verdadero sentido de la vida, del amor, del trabajo; para sacarnos de las tinieblas del pecado, del consumismo, de nuestro propio egoísmo que nos cierra y que nos impide darnos cuenta de lo importante que es Aquél que también camina conmigo.
La Navidad es la celebración de la luz que hoy hay en nuestros corazones, y que hace que la vida sea totalmente distinta. Dentro de lo agitado que pueda ser este día, démonos unos momentos para hacer conciencia en nosotros, este paso de Dios en nuestra vida, busquemos en nuestro corazón esta luz, démonos cuenta que Dios verdaderamente, a lo largo de nuestra vida, ha hecho historia en nosotros y en nuestra familia.
Oración:
Señor Jesús, esta noche vamos a contemplar tu cuerpecito envuelto en pañales y buscando calor. Déjame esta Navidad, ofrecerte un corazón caliente, amoroso, que te proteja del frío de la noche. Esta noche, sí queremos estar junto a ti y deseamos que esta vez sí seas Tú el centro de la fiesta. Amén.
Acción:
Hoy en la cena de Navidad hablaré con Jesús y de Jesús.
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“Nuntium Verbi Dei
“Mensaje de la palabra de Dios”
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