03/21/20



En teleconferencia, abordamos preguntas como estas: 1- Por qué estamos de mal genio o nerviosos, y discutimos tan fácil. 2- Cuál debe ser el tiempo o momento dedicados a la TV y redes sociales dentro de casa. 3- Cómo debe ser el contenido de los mensajes que enviemos por redes sociales y teléfonos. 4- Para los creyentes como vivir la Semana Santa en el encierro 5- Cómo aprovechar el tiempo de sobra 6- Qué tiene de bueno el encierro 7- Qué actitud o reacción debemos asumir frente a nuestros familiares mayores o enfermos o infectados 8- Cuáles son los roles que debe ahora asumir el papa, la mamá y los hijos 9- Y qué si la situación se prolonga y alarga en el tiempo 10- Qué pensar sobre quienes viven de la mendicidad, limosnas, inmigrantes y gente recluida en hogares u hospitales 11- Qué decirle al empresario sobre sus empleados o al hogar de familia sobre la empleada y colaboradores 12- Para los creyentes, cómo confesarse en cuarentena o asistir a Misa * * * Más predicación en: http://fraynelson.com/blog ADEMÁS: Suscríbete gratuitamente a mi boletín diario de evangelización: http://fraynelson.com/suscripciones.html Página de los DOMINICOS en Colombia: http://opcolombia.org


10:55 p.m.


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor ven y sé mi luz en las tinieblas de mi corazón cuando faltas tú ¡Maestro haz que vea!

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 9, 1-41

En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de nacimiento, y sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién pecó para que éste naciera ciego, él o sus padres?". Jesús respondió: "Ni él pecó, ni tampoco sus padres. Nació así para que en él se manifestaran las obras de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me envió, mientras es de día, porque luego llega la noche y ya nadie puede trabajar. Mientras esté en el mundo, yo soy la luz del mundo".

Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte en la piscina de Siloé (que significa 'enviado'). Él fue, se lavó y volvió con vista.

Entonces los vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban: "¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?". Unos decían: "Es el mismo". Otros: "No es él, sino que se le parece". Pero él decía: "Yo soy". Y le preguntaban: "Entonces, ¿cómo se te abrieron los ojos?". Él les respondió: "El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me dijo: 'Ve a Siloé y lávate'. Entonces fui, me lavé y comencé a ver". Le preguntaron: "¿En dónde está él?". Les contestó: "No lo sé".

Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les contestó: "Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo". Algunos de los fariseos comentaban: "Ese hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado". Otros replicaban: "¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?". Y había división entre ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos?". Él les contestó: "Que es un profeta".

Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que había sido ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y les preguntaron: "¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?". Sus padres contestaron: "Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o quién le haya dado la vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya tiene edad suficiente y responderá por sí mismo". Los padres del que había sido ciego dijeron esto por miedo a los judíos, porque éstos ya habían convenido en expulsar de la sinagoga a quien reconociera a Jesús como el Mesías. Por eso sus padres dijeron: "Ya tiene edad; pregúntenle a él".

Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le dijeron: "Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador". Contestó él: "Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo". Le preguntaron otra vez: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?". Les contestó: "Ya se lo dije a ustedes y no me han dado crédito. ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?". Entonces ellos lo llenaron de insultos y le dijeron: "Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero ése, no sabemos de dónde viene".

Replicó aquel hombre: "Es curioso que ustedes no sepan de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero al que lo teme y hace su voluntad, a ése sí lo escucha. Jamás se había oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder". Le replicaron: "Tú eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?". Y lo echaron fuera.

Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: "¿Crees tú en el hijo del hombre?". Él contestó: "¿Y quién es, Señor, para que yo crea en él?". Jesús le dijo: "Ya lo has visto; el que está hablando contigo, ése es". Él dijo: "Creo, Señor". Y postrándose, lo adoró.

Entonces le dijo Jesús: "Yo he venido a este mundo para que se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven queden ciegos". Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le preguntaron: "¿Entonces, también nosotros estamos ciegos?". Jesús les contestó: "Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, siguen en su pecado".

Palabra del Señor.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Esta es la experiencia de cada uno de nosotros, que en cierta medida estamos ciegos, nuestra condición débil no nos deja ver con claridad y andamos por la vida a tientas. ¡Esta condición no es para siempre! Hay una gran esperanza aún cuando no la vemos y es Jesús que se acerca, toca el lodo del que estamos hechos y nos devuelve la condición para la que estamos hechos, para caminar en la luz y la verdad. Pero no todo queda ahí. Jesús tocó los ojos del ciego, pero lo envió para que se lavara en un sitio muy específico.

El ciego no tenía nada que perder si se echaba un poco de agua, pero después de haber recibido quizás tantos desprecios y bromas en su vida, por la cultura de la época ¿qué le garantizaba que esta vez sería distinto? La grandeza de este hombre consiste en que tuvo fe e hizo lo que el Señor le pedía. El Señor cada día nos toca de diversas maneras, nos llama, nos “primerea” como diría el Papa Francisco. No obstante, nuestra poca fe a veces constituye el obstáculo que no deja que Dios actúe como Dios. Él respeta nuestra libertad y lo único que nos pide a cambio para obrar su grandeza es un poco de fe.

Los fariseos estaban furiosos por tan grande prodigio. No querían dar crédito a lo que sus ojos veían, pero en el espíritu ellos eran los verdaderamente ciegos según lo dice el mismo Jesús. Ellos eran la gente religiosa, los que siempre cumplen, los que siempre están supuestamente cerca de Dios. Eso no era lo malo, sino que su corazón estaba tan endurecido y lleno de soberbia que no eran capaces de reconocer el obrar de Dios. Creían que todo lo sabían, que todo lo podían enseñar, y así juzgar a los demás con sus parámetros. Jesús viene a romper esquemas. ¿Qué tipo de ciego soy? Respondámonos esta pregunta con toda sinceridad frente a Dios. ¿Soy el ciego que juzga, o soy el ciego que busca? El Señor hoy nos quiere devolver la vista, escuchemos su voz y démosle gloria con nuestra vida que empieza a renacer en el Espíritu que nos da la luz.

«Nuestra vida, algunas veces, es semejante a la del ciego que se abrió a la luz, que se abrió a Dios, que se abrió a su gracia. A veces, lamentablemente, es un poco como la de los doctores de la ley: desde lo alto de nuestro orgullo juzgamos a los demás, incluso al Señor. Hoy, somos invitados a abrirnos a la luz de Cristo para dar fruto en nuestra vida, para eliminar los comportamientos que no son cristianos; todos nosotros somos cristianos, pero todos nosotros, todos, algunas veces tenemos comportamientos no cristianos, comportamientos que son pecados. Debemos arrepentirnos de esto, eliminar estos comportamientos para caminar con decisión por el camino de la santidad, que tiene su origen en el Bautismo. También nosotros, en efecto, hemos sido «iluminados» por Cristo en el Bautismo, a fin de que, como nos recuerda san Pablo, podamos comportarnos como «hijos de la luz» (Ef 5, 9), con humildad, paciencia, misericordia. Estos doctores de la ley no tenían ni humildad ni paciencia ni misericordia».
(Ángelus del Papa Francisco, 30 de marzo de 2014).


Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy me quedaré un rato después de la eucaristía dominical en el sagrario pidiéndole al Señor que me devuelva la vista que tanto necesito en mi vida espiritual.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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9:49 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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“Verbum Spei”
“Palabra de Esperanza”
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4° Domingo de Cuaresma
El Evangelio de hoy
Juan 9, 1-41

En cierta ocasión, al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: “Maestro, ¿quién pecó, él o sus padres para que naciera ciego?”. Jesús respondió: “No fue porque él o sus padres pecaran, sino que nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios. Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo”. Dicho esto, escupió en el suelo, hizo barro con la saliva y se lo puso al ciego en los ojos, diciéndole: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa: ‘Enviado’)”. El ciego fue, se lavó, y al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes estaban acostumbrados a verlo pedir limosna, decían: “¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?”. Y unos decían: “Sí, es el mismo”. Pero otros replicaban: “No, es que se parecen”. Y el ciego aseguraba: “¡Sí, soy yo!”. Entonces le preguntaron: “¿Y cómo se te abrieron los ojos?”. Respondió: “Ese hombre llamado Jesús hizo barro, me lo puso en los ojos y me dijo que fuera a Siloé y me lavara. Yo fui, me lavé y empecé a ver”.
Ellos le preguntaron: “¿Dónde está ese hombre?”. Él respondió que no sabía. Entonces llevaron al que había sido ciego a donde los fariseos. El día en que Jesús había hecho el barro y le había abierto los ojos al ciego era sábado. También los fariseos le preguntaron cómo había empezado a ver. Él les dijo: “Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo”. Algunos de los fariseos decían: “Ese hombre no es enviado por Dios, porque no guarda el sábado”. Y otros replicaban: “¿Pero cómo puede un hombre pecador hacer semejantes milagros?”. Y los pareceres estaban divididos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: “¿Y tú qué dices de Él? –puesto que fue a ti a quien te abrió los ojos”. Él respondió: “Que es un profeta”. Pero las autoridades judías no creyeron que él había sido ciego y que había empezado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: “¿Es este su hijo? ¿Certifican que nació ciego? ¿Cómo puede ver ahora?”. Ellos respondieron: “Estamos seguros de que es hijo nuestro y de que nació ciego. Pero cómo puede ver ahora, no lo sabemos, ni sabemos quién le abrió los ojos. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad y puede contar lo que le pasó”. Esto lo dijeron los padres del ciego por temor a las autoridades judías, pues ya ellas habían decidido que si alguno reconocía a Jesús como Mesías, lo expulsarían de la sinagoga.
Por eso sus padres respondieron: “Ya es mayor de edad; pregúntenselo a él”. Llamaron entonces por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: “Reconoce ante Dios la verdad. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador”. Él respondió: “Que sea pecador a mí no me consta. Una cosa me consta, que yo era ciego y ahora veo”. Ellos le preguntaron: “¿Qué fue lo que te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?”. Él les contestó: “Ya se lo dije, pero no me hicieron caso. ¿Por qué quieren oírlo otra vez. Es que también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?”. Ellos lo injuriaron y le dijeron: “Discípulo suyo lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés sí le habló Dios. Ese hombre no sabemos de dónde viene”. Él les replicó: “Pues esto es lo extraño: Él me abrió a mí los ojos, y ustedes no saben de dónde viene. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; pero en cambio escucha al que lo honra y cumple su voluntad. Jamás se había oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si este no fuera enviado por Dios, no podría hacer nada”. Ellos le dijeron: “Con la carga de pecados que naciste, ¿vienes a darnos lecciones a nosotros?”. Entonces lo expulsaron. Jesús se enteró de que lo habían expulsado de la sinagoga, y al encontrarlo, le preguntó: “¿Crees en el Hijo del hombre?”. Él respondió: “¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?”. Jesús le dijo: “Lo estás viendo: es el que te habla”. Entonces exclamó: “Creo, Señor”. Y se postró ante Él. Jesús dijo: “Yo vine a este mundo a provocar la crisis: así los que no ven verán, y los que ven quedarán ciegos”. Los fariseos que estaban con Jesús oyeron esto y dijeron: “¿Acaso también nosotros somos ciegos?”. Jesús les respondió: “Si fueran ciegos, no serían culpables. Pero como dicen que ven, su pecado no tiene remedio”.

Reflexión
Los criterios de elección de Dios en Cristo están en sintonía con la idea de que Él revela su poder precisamente en la debilidad, muestra su luz justo a través de un pueblo que vivía en las tinieblas, exhibe sus valores entre gente que vivía una conducta totalmente contrapuesta. Por eso, en Cristo hemos sido liberados de todo temor, teniendo acceso a la gracia por su misterio pascual.
Para Dios todo es posible. Y así lo descubrimos, cuando Él revela su luz y su misericordia justamente en medio de lo que los demás consideran pecado, pero que para Él es una maravillosa oportunidad para revelar su amor. Jesús es revelador de este poder, quien, pasando por encima de la naturaleza de la enfermedad, sana al enfermo y abre su ser al misterio de Dios.
El misterio de la misericordia de Dios sorprende e impresiona una y otra vez, obligando a ir más allá de los límites conocidos, rompiendo nuestros mezquinos paradigmas y ofreciendo la salvación a quien menos se lo espera. Jesús es la encarnación de la misericordia de Dios, que más que fijarse en quien peca, se fija en quien necesita experimentar, en la propia carne, la misericordia, la salvación y la luz divina. La palabra cuestiona conceptos reduccionistas de la salvación, amplía los horizontes en dimensiones que superan toda nuestra capacidad, revela al Dios que se comunica.

Oración
Señor Jesús, concédenos el don de tu luz para ver más allá de nuestras mezquindades, contemplar la universalidad de tu salvación y gozar de tu Iglesia, formada por todas las naciones. Amén.

Acción
Para reflexionar: ¿Estamos siguiendo durante esta Cuaresma un proceso de continua iluminación con la Palabra del Señor?
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“Nuntium Verbi Dei”
“Mensaje de la palabra de Dios”
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9:12 p.m. ,


Reflexión del Padre Sam del día 22 de marzo del 2020: Del Evangelio según San Juan 9, 1-41* Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?". "Ni él ni sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios. Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo". Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: "Ve a lavarte a la piscina de Siloé", que significa "Enviado". El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: "¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?". Unos opinaban: "Es el mismo". "No, respondían otros, es uno que se le parece". El decía: "Soy realmente yo". Ellos le dijeron: "¿Cómo se te han abierto los ojos?". El respondió: "Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: 'Ve a lavarte a Siloé'. Yo fui, me lavé y vi". Ellos le preguntaron: "¿Dónde está?". El respondió: "No lo sé". El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver. El les respondió: "Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo". Algunos fariseos decían: "Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado". Otros replicaban: "¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?". Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: "Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?". El hombre respondió: "Es un profeta". Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: "¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?". Sus padres respondieron: "Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta". Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías. Por esta razón dijeron: "Tiene bastante edad, pregúntenle a él". Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: "Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador". "Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo". Ellos le preguntaron: "¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?". El les respondió: "Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?". Ellos lo injuriaron y le dijeron: "¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés! Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de donde es este". El hombre les respondió: "Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad. Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada". Ellos le respondieron: "Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?". Y lo echaron. Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: "¿Crees en el Hijo del hombre?". El respondió: "¿Quién es, Señor, para que crea en él?". Jesús le dijo: "Tú lo has visto: es el que te está hablando". Entonces él exclamó: "Creo, Señor", y se postró ante él. Después Jesús agregó: "He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven". Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: "¿Acaso también nosotros somos ciegos?". Jesús les respondió: "Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: 'Vemos', su pecado permanece". *#EvangelioDelDía* *#EvangelioDeHoy* 📖 *#PadreSam*


9:03 p.m. ,


Santo Rosario de hoy Domingo 22 de marzo donde meditamos los Misterios Gloriosos de la Vida de Jesús. La Resurrección de Nuestro Señor. La Ascensión de Jesús al Cielo. La Venida del Espíritu Santo. La Asunción de María al Cielo. La Coronación de María como Reina del Universo. Rezo de los Misterios Gloriosos del Santo Rosario de Hoy Domingo 22 de marzo de 2020... #santorosario #misteriosgloriosos #rosariodomingo


6:37 p.m. ,


👉¿Me invitas un cafecito ☕Lo puedes hacer aquí: 🔴Desde internet 🌐https://www.paypal.me/elpadresergio/usd 🎉 🔴Desde 🇲🇽 a la Tarjeta Banamex: 5204 1636 7943 7896 a nombre de Sergio Arguello Vences 🔴Desde 🇺🇸 a la Tarjeta Bancoppel: 4169 1604 0479 6485 a nombre de Sergio Arguello Vences 🙌🏼Si quieres ser Sacerdote o Religiosa mándame un whatsapp al: +5213334965612 o llena este formulario: 👉 https://goo.gl/YW7TL7 anímate a seguir al Señor 😇 verás que serás muy feliz!!! 🔶Si quieres que vaya a tu parroquia ⛪a dar una plática o retiro escríbeme: https://goo.gl/Br2Qq4 🔶Si quieres conocer mi Congregación: www.paulinos.org




Descargar MP3: https://www.spreaker.com/user/fraynelson/homilia-21-marzo-2020-el-valor-de-los-au Los sacrificios que expresan exteriormente amor pero que no tienen un corazón convertido y misericordioso resultan odiosos a Dios. En cambio, los sacrificios que proceden de un corazón humilde y compasivo son gratos a él como fue grato el sacrificio de su propio Hijo en la cruz.


3:26 a.m. ,


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