03/30/17

10:45 a.m.
Ellos se dicen entre sí, razonando equivocadamente: "Breve y triste es nuestra vida, no hay remedio cuando el hombre llega a su fin ni se sabe de nadie que haya vuelto del Abismo. «Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. El se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. Es un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos resulta insoportable, porque lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes. Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará.» Así razonan ellos, pero se equivocan, porque su malicia los ha enceguecido. No conocen los secretos de Dios, no esperan retribución por la santidad, ni valoran la recompensa de las almas puras.

10:45 a.m.
El Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. El justo padece muchos males, pero el Señor lo libra de ellos. El cuida todos sus huesos, no se quebrará ni uno solo. Pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en El no serán castigados.

10:45 a.m.
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas, Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es". Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió". Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.

10:45 a.m.
“Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Los hermanos de Jesús le dijeron: No te quedes aquí en Judea para que tus discípulos de allí vean también las obras que haces… Jesús les dijo: Mi tiempo no ha llegado todavía, mientras que vuestro tiempo es siempre bueno para vosotros.” (Jn 7,2-6)… Jesús responde de esta manera a los que le aconsejan que busque su gloria: “El tiempo de mi gloria no ha llegado todavía”. Fijaos en la profundidad de este pensamiento: ellos le empujan a buscar la gloria, pero él quiere que la humillación preceda a la elevación; es a través de la humildad que quiere trazarse un camino hacia la gloria. Los discípulos que querían estar sentados uno a su derecha y el otro a su izquierda (Mc 10,37) buscaban también ellos la gloria humana: no veían sino el término del camino sin pararse a pensar en qué camino era el que conduce a ella. El Señor, pues, otra vez les ha llamado al verdadero camino, a fin de que lleguen a la patria por el camino adecuado. La patria es elevada, pero el camino es humilde. La patria es la vida de Cristo; el camino es la muerte. La patria es la morada de Cristo, el camino que conduce a ella es su Pasión… Tengamos, pues, un corazón recto; el tiempo de nuestra gloria no ha llegado todavía. Escuchemos lo que dice a los que aman este mundo, como los hermanos del Señor: “Vuestro tiempo es siempre bueno para vosotros, el nuestro no ha llegado todavía” Atrevámonos también nosotros a decir lo mismo. Nosotros que somos el Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que somos sus miembros, que con gozo le reconocemos como a nuestro jefe, repitamos estas palabras, puesto que es por nosotros que él se dignó decirlas el primero. Cuando los que aman el mundo insultan nuestra fe, digámosles: “Vuestro tiempo es siempre bueno para vosotros, el nuestro no ha llegado todavía”. El apóstol Pablo nos dice, en efecto: “Estabais muertos, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. ¿Cuándo vendrá nuestro tiempo? “Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria” (Col 3,3). “Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Durante el invierno podemos muy bien decir: este árbol está muerto; por ejemplo una higuera, un peral o cualquier otro árbol frutal; durante todo el invierno parece que no tiene vida. Pero el verano sirve para probar y permitir juzgar si realmente tiene o no vida. Nuestro tiempo de verano es la revelación de Cristo.

1:08 a.m.

Por: H. Balam Loza, L.C. | Fuente: missionkits.org

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Quiero Señor estar contigo en este rato. Sé que me estabas esperando y que me amas sin medida. Te pido, Señor, aumentes mi fe, mi esperanza y mi amor. Dame la gracia de vivir esta cuaresma de la mejor manera para prepararme bien para esta Semana Santa. No permitas que sea una cuaresma más de mi vida, sino que sea el tiempo propicio para encontrarme contigo y dejarme transformar por Ti.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 5,31-47

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis.

Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése sí lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a mis palabras?"

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Hoy, Señor, me hablas de una verdad que bien meditada puede cambiar algo en mi relación contigo. Es cierto que nunca he escuchado la voz del Padre ni visto su semblante. Pero me recuerdas que Tú has venido a suplir esta carencia. Bien sabes, Jesús, que como ser humano que soy, necesito de los sentidos para poder conocer algo. ¡Qué difícil es creer en alguien que no se ve, que no se toca, que no se oye con los sentidos externos!

Sin embargo Tú viniste para resolver ese problema. Desde que te hiciste hombre es más fácil conocer a Dios. Un Dios hecho hombre. Esto es maravilloso porque eres un Dios que habla nuestro lenguaje, que experimenta nuestras emociones, que padece nuestras penas. Eres un Dios que escucha nuestra naturaleza, que camina por nuestros caminos y que come los frutos de nuestra tierra. Gracias, Señor, por haber venido a revelar el rostro de tu Padre, de mi Padre Dios.

Pero puedo pensar que aun así no puedo conocer tu actuar humano. Y para resolver este nuevo interrogante has querido dejarnos el Evangelio, la Sagrada Escritura. En ellos puedo encontrar tu humanidad que interpela mi vida. En los Evangelios de verdad puedo conocerte, experimentarte y amarte.

Concédeme la gracia, Señor, de hacer una experiencia profunda de Ti y de tu amor. Experiencia de un Dios vivo y real, un Dios que me ama, me conoce y me comprende. Experiencia lograda con ayuda de la Sagrada Escritura. Concédeme, Señor, esta gracia en esta cuaresma.

El cristiano, con la fuerza del Espíritu, da testimonio de que el Señor vive, que el Señor ha resucitado, que el Señor está entre nosotros, que el Señor celebra con nosotros su muerte, su resurrección, cada vez que nos acercamos al altar; y lo hace en su vida cotidiana, con su modo de obrar. Es el testimonio continuo del cristiano. Al mismo tiempo, el cristiano debe ser consciente de que a veces este testimonio provoca ataques, provoca persecuciones: son las pequeñas persecuciones, como las de las habladurías y las críticas, pero también las persecuciones de las que la historia de la Iglesia está llena.
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de mayo de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy leeré un pasaje evangélico y contemplaré aspectos humanos de Cristo que puedo imitar.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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1:04 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount


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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*4° Jueves de Cuaresma*

*El Evangelio de hoy*

*Juan 5, 31-47*
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Si yo diera testimonio de mí, mi testimonio no tendría valor; otro es el que da testimonio de mí y yo bien sé que ese testimonio que da de mí es válido.

Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre.

El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes, porque no le creen al que él ha enviado.

Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues bien, ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no quieren venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los hombres; es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos. Yo he venido en nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera en nombre propio, a ése sí lo recibirían. ¿Cómo va a ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que sólo viene de Dios?

No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa: Moisés, en quien ustedes tienen su esperanza. Si creyeran en Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí. Pero, si no dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?”

*Reflexión:*

De nuevo Jesús toca el punto álgido de la gente religiosa: no basta conocer, hay que vivir; no basta la fe, hay que actuar. Siempre que se lee la Sagrada Escritura debemos buscar en ella el mensaje que Dios tiene para nosotros en el “aquí y en el ahora”.

Los fariseos habían leído la Escritura pero no fueron capaces de reconocer a Jesús; no lo reconocieron ni por sus palabras ni por sus obras ni por el testimonio que Juan dio de él; no lo reconocieron en el “aquí y ahora”. Al leer el Texto Sagrado debemos pensar que Dios nos habla para el momento preciso que estamos viviendo. Que la gente que nos rodea y los acontecimientos diarios son parte de esta palabra que se hace profecía y vida en nosotros. 

Tener fe, es creer que la palabra leída con atención y devoción, es viva y actual, que me interpela bajo las condiciones particulares en las que vivo cada día. Al leer la Escritura debemos tener la actitud de Jesús cuando en la sinagoga, después de leer el texto sagrado dijo: “Hoy se ha realizado esta palabra que acaban de oír”. Sólo inténtalo, verás que es verdad. 

(Evangelización Activa)

*Oración:*

Señor Jesús, te pido por todos los que son incrédulos en el mundo, pero especialmente, te pido por los incrédulos que están muy cerca de mí, y para ello me ofrezco yo mismo para que me uses como mejor convenga a tu santa voluntad, para que pueda iluminar su corazón y su mente y así te conozcan a ti que eres bondad infinita. Amén.
*Acción:* 

Este día haré un oración especial por cinco personas a mi alrededor que necesitan desesperadamente conocer a Dios y les haré llegar una nota, un mensaje o algo que les hable de Dios. 

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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Hermanos Franciscanos

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