CULTO SATÁNICO Y PELIGROSO. Conmemoración de los fieles difuntos, ciclo B (Jn 14,1-6)

Reflexión breve del evangelio del día.
Por: H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C. | Fuente: missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme un día más de vida. Ayúdame a valorar más este don y a disfrutar el tiempo que tengo con aquellos que amo. Haz, Señor, que descubra tu mano amorosa que nos guía y conduce hacia ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús digo a los judíos: "Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida".
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Jesús les dijo: "Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre, me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá para mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo: no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que como de este pan vivirá para siempre".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Muchas personas que amamos ya no están con nosotros. Si alguno todavía no ha experimentado la pérdida de un ser querido ha de saber que algún día lo hará. Nos parece injusto, e incluso incomprensible, el hecho de tener que soportar ese dolor. ¡Claro! Es que estamos hechos para la vida y no para la muerte.
Jesús, siendo Dios, lo sabe muy bien. Él es la Palabra que nos hizo y que conoce los deseos más ocultos de nuestro corazón. Es por eso que nos quiere salvar de la angustia de la muerte y darnos la alegría de la vida. Promete a todo aquel que coma su cuerpo y beba su sangre la vida, y el consuelo de saber que ésta durará para siempre.
Así es que, sólo con la fe en Él y sus palabras, podemos acoger realmente el misterio de la muerte, que no es el arrebato total de la vida sino la promesa de una que no tendrá fin.
Estas palabras remiten al sacrificio de Cristo en la cruz. Él aceptó la muerte para salvar a los hombres que el Padre le había entregado y que estaban muertos en la esclavitud del pecado. Jesús se hizo nuestro hermano y compartió nuestra condición hasta la muerte; con su amor rompió el yugo de la muerte y nos abrió las puertas de la vida. Con su cuerpo y su sangre nos alimenta y nos une a su amor fiel, que lleva en sí la esperanza de la victoria definitiva del bien sobre el mal, sobre el sufrimiento y sobre la muerte. En virtud de este vínculo divino de la caridad de Cristo, sabemos que la comunión con los muertos no es simplemente un deseo, una imaginación, sino que se vuelve real.
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de noviembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Iré a la Iglesia y rezaré por mis familiares difuntos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
_”Verbum Spei”_
_”Palabra de Esperanza”_
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*1° Nov “Fiesta de todos los Santos*
*El Evangelio de hoy*
*Mateo 5, 1-12*
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
“Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.
*Reflexión*
San Mateo ha querido presentar esta enseñanza de Jesús en una gran catequesis, para que ésta sea para los cristianos, lo que fue para los judíos la ley: norma de vida. Por ello nos presenta a Jesús que, como Moisés, sube al “monte” y desde ahí instruye al pueblo. La catequesis empieza con la palabra “Bienaventurados” que puede ser también traducida como “Feliz” o “Dichoso” o quizás como las tres juntas.
La palabra en griego “macario” significa una alegría profunda e interior que está relacionada con la paz y el gozo. Con esta interpretación resulta paradójico, de acuerdo a los criterios humanos decir: “felices los que lloran, felices los pobres, felices los mansos, felices los perseguidos por ser cristianos”, sin embargo, esta es una realidad auténtica, pues la verdadera felicidad, el gozo, la alegría, no están donde el mundo nos las propone, sino en donde Jesús nos lo dice: “Sólo en él”, llevando una vida auténticamente cristiana.
La felicidad que encontramos en el mundo es pasajera, la que nos ofrece Jesús y su Evangelio es total, duradera y definitiva. Si verdaderamente quieres ser un “macario”, un lleno de la alegría, la paz y el gozo de Dios, esfuérzate todos los días por vivir de acuerdo al Evangelio.
(Evangelización Activa)
*Oración*
Señor Jesús, que despiertas en hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares, el espíritu de fidelidad al Evangelio en la vida cotidiana, ayúdanos a nosotros, tus hijos, a luchar por seguirte por el camino de la caridad, el servicio y la solidaridad con el hermano, para que merezcamos gozar de la vida eterna que has preparado para el hombre desde antes de la creación del mundo. Amén.
*Acción*
El día de hoy, dedicaré un tiempo extra para hacer algo más por los demás cuando me pidan ayuda, tiempo, apoyo, escucha, comprensión o perdón.
_”Nuntium Verbi Dei”_
_“Mensaje de la palabra de Dios”_