Ártículos Más Recientes

10:56 a.m.
Porque el Señor es juez y no hace distinción de personas: no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido; no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja. El que rinde el culto que agrada al Señor, es aceptado, y su plegaria llega hasta las nubes. La súplica del humilde atraviesa las nubes y mientras no llega a su destino, él no se consuela: no desiste hasta que el Altísimo interviene, para juzgar a los justos y hacerles justicia.

10:56 a.m.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. Pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en El no serán castigados.

10:55 a.m.
Querido hermano: Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su Manifestación. Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta! Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león. Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre en su Reino celestial. ¡A él sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén.

10:55 a.m.
Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: "Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!'. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".

10:55 a.m.
¿Cuál es el vaso en el que la gracia se derrama con preferencia? Si la confianza es para recibir la misericordia, y la paciencia para acoger la justicia, ¿cuál es el recipiente que podemos proponer que sea apto para recibir la gracia? Se trata de un bálsamo muy puro y necesita un recipiente muy sólido. Ahora bien ¿qué hay de más puro y de más sólido que la humildad de corazón? Es por eso que Dios “da su gracia a los humildes” (St 4,6); es justamente por ello que “pone su mirada en la humildad de su esclava” (Lc 1,48). Y es justo, porque un corazón humilde no se deja ocupar por el mérito humano, y por ello la plenitud de la gracia puede derramarse aún más libremente… ¿Habéis observado al fariseo orando? No era ni ladrón, ni injusto, ni adúltero. No descuidaba tampoco la penitencia. Ayunaba dos veces por semana, daba el diezmo de todo lo que poseía… Pero no estaba vacío de sí mismo, no se había despojado de sí mismo (Flp 2,7), no era humilde, sino, al contrario, engreído. En efecto, no estaba preocupado por saber lo que todavía le faltaba, sino que exageró su mérito; no estaba lleno, sino hinchado. Se marchó vacío por haber simulado la plenitud. El publicano, por el contrario, porque se humilló a sí mismo y tuvo cuidado de presentarse como un recipiente vacío, se pudo llevar una gracia tanto más abundante.

1:33 a.m.
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               *”Verbum Spei”*

        _”Palabra de Esperanza”_

       

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*29° Sábado Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Lucas 13, 1-9*
En aquel tiempo algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario: “¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante”.

Entonces les dijo esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente? El viñador le contestó: Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono para ver si da fruto; si no, el año que viene la cortaré”.

*Reflexión:*

Un pasaje lleno de enseñanzas nos presenta la liturgia de hoy, pues Jesús nos invita a reflexionar en si nuestra vida verdaderamente ha cambiado; si verdaderamente hemos entrado en un proceso de conversión o somos como la higuera de la parábola. Jesús quiere nuestra conversión, pues esta es la única manera de agradar a Dios en esta vida y aseguraremos nuestra estancia en el cielo.

Nos ha insistido sobre esto de muchas maneras: nos ha invitado a retiros, a pláticas en la Iglesia; nos ha enviado amigos para hablarnos de su amor y de su plan de salvación y quizás nuestra respuesta ha sido la del evangelio de hoy: Yo estoy bien, no necesito de esto. Esto es para los pecadores, para los que están mal, pero yo estoy bien.

Hay que revisar a conciencia nuestra relación con Dios y pensar: Si hoy fuera mi último día en la tierra, ¿encontraría el Señor frutos en mi vida? ¿Hallaría frutos de bondad, de justicia, de amor, de perdón, de paciencia? El viñador le pide una nueva oportunidad y el Señor la concede. Aprovechemos nosotros también esta oportunidad para que nuestra vida dé frutos en abundancia; esto no sólo dispondrá nuestra vida para la eternidad, sino que además, a los que viven con nosotros, los haremos inmensamente felices.

( Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, gracias por este nuevo día, por el don de la vida y por las gracias que me has dado. Te ofrezco este rato de oración para pedirte perdón por las veces que te he ofendido y te he olvidado, pero confío en tu misericordia y tu amor, que me levantan y me ayudan a fortalecer más mi relación contigo. Amén.
*Acción:*

Ofreceré algo que me cuesta de mi día ordinario por mi propia conversión y la de los pecadores.

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         *”Nuntium Verbi Dei”*   

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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Hermanos Franciscanos

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