Ártículos Más Recientes

10:22 a.m.
Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos, irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús. Estos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde. Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas, con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: "¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?". Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue curado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos. El es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos".

10:22 a.m.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, él nos ilumina». Formen la procesión con ramos en la mano hasta los cuernos del altar.

10:22 a.m.
Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No". El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar". Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

10:22 a.m.
Este día que ha hecho el Señor (Sal 117,24) penetra todo, contiene todo, abraza todo, cielo y tierra e infierno... Y cuál es este día del cielo sino Cristo del que dijeron los profetas: “el día al día le pasa el mensaje” (Sal 18,3) Sí, este día es el Hijo a quien el Padre que es la luz del día, anuncia los secretos de su divinidad. El es aquel día que dice por la boca del Sabio: “Haré brillar mi doctrina como amanecer, y llevaré su luz todo lo lejos que pueda.” (Eclo 24,32)... Así la luz de Cristo brilla eternamente, irradia y las tinieblas del pecado no pueden apagarla. “La luz resplandece en la tinieblas y las tinieblas no la sofocaron.” (Jn 1,5) En la resurrección de Cristo, todos los elementos son glorificados; estoy seguro que el sol brilló en aquel día con un resplandor especial. ¿No tenía que participar en la alegría de la resurrección, él que se oscureció en la muerte de Cristo? (Mt 27,45)... Como un siervo fiel, se oscureció para acompañar a Cristo a la tumba. Hoy debe resplandecer para saludar la resurrección... Hermanos, alegrémonos en este día santo. Que nadie, al recordar sus pecados, se aleje del gozo común. Que nadie desespere del perdón. Le espera un favor inmenso. Si el Señor en la cruz perdonó al ladrón....¿cómo no nos colmará a nosotros con los beneficios de su gloriosa resurrección?

2:16 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
       
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1° Jueves Pascua
El Evangelio de hoy 
Lucas 24, 35-48

Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: “No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo”. Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: “¿Tienen aquí algo de comer?” Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.
Después les dijo: “Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos”.
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios y el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto”.

Reflexión:
La evangelización en el mundo está basada en el testimonio. Jesús les dice a los que lo vieron, a los que comieron con él: “Ustedes son testigos de esto”. Ciertamente nosotros no somos testigos oculares de la resurrección de Jesús, nosotros aceptamos el testimonio de la Iglesia y de la Escritura y creemos en estos fieles testigos.
Sin embargo, Jesús se sigue presentando en nuestras asambleas litúrgicas, en nuestra misma oración personal, para asegurarnos de una manera misteriosa, por medio de la fe, que está vivo. Por ello nosotros también estamos unidos a la obra de la evangelización. Nuestra evangelización será tan poderosa y convincente como nuestra experiencia de Jesús resucitado. Hemos vivido en estos últimos días una fuerte experiencia del amor de Dios al celebrar una vez más los misterios de la resurrección de Cristo, ¿podríamos decir que nuestra experiencia de Dios es más fuerte que el año anterior?
Si alguien te preguntara sobre Jesús y tu relación con él, ¿tendrías una experiencia en tu propia vida que testificara tu fe en Jesús? La Pascua es esencialmente un tiempo maravilloso para tener un encuentro personal con Cristo, que sea capaz de cambiar nuestra vida y convertirnos en sus testigos. Abre bien tus ojos y oídos. 
(Evangelización Activa).

Oración:
Señor Jesús, que mi vida sea una constante invitación a los que te rechazan, que puedan todos ellos quedar admirados y plenamente convencidos de que mi manera de vivir y todo lo bueno que me ocurre se debe a tu nombre y a la fe en ti; que sepan que eres tú quien me auxilia, guía y dirige. Amén.

Acción:
Hoy compartiré con alguien cercano algo maravilloso que Dios haya hecho en mi vida. 
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            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
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Hermanos Franciscanos

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