Ártículos Más Recientes

10:53 a.m.
Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen rectamente acerca del Señor y búsquenlo con sencillez de corazón. Porque él se deja encontrar por los que no lo tientan, y se manifiesta a los que no desconfían de él. Los pensamientos tortuosos apartan de Dios, y el Poder puesto a prueba, confunde a los insensatos. La Sabiduría no entra en un alma que hace el mal ni habita en un cuerpo sometido al pecado. Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia. La Sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo las palabras del blasfemo, porque Dios es el testigo de sus sentimientos, el observador veraz de su corazón, y escucha todo lo que dice su lengua. Porque el espíritu del Señor llena la tierra, y él, que mantiene unidas todas las cosas, sabe todo lo que se dice. November 09, 2013 at 05:00PM

10:53 a.m.
Señor, tú me examinas y conoces, sabes si me siento o me levanto, tú conoces de lejos lo que pienso. Ya esté caminando o en la cama me escudriñas, eres testigo de todos mis pasos. Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, la conoces entera. Me aprietas por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí. Me supera ese prodigio de saber, son alturas que no puedo alcanzar. ¿A dónde iré lejos de tu espíritu, a dónde huiré lejos de tu rostro? Si escalo los cielos, tú allí estás, si me acuesto entre los muertos, allí también estás. Si le pido las alas a la aurora para irme a la otra orilla del mar, también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu derecha. November 09, 2013 at 05:00PM

10:53 a.m.
Después dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo". Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería. November 09, 2013 at 05:00PM

10:53 a.m.
Hoy desearía empezar algunas catequesis sobre el misterio de la Iglesia, misterio que todos nosotros vivimos y del que somos parte. Lo querría hacer con expresiones bien presentes en los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II. Hoy la primera: la Iglesia como familia de Dios… La palabra misma “Iglesia”, del griego ekklesia, significa “convocación”: Dios nos convoca, nos impulsa a salir del individualismo, de la tendencia a encerrarse en uno mismo, y nos llama a formar parte de su familia… Todavía hay quien dice hoy: “Cristo sí, la Iglesia no”. Como los que dicen: “yo creo en Dios, pero no en los sacerdotes”. Pero es precisamente la Iglesia la que nos lleva a Cristo y nos lleva a Dios; la Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios. Cierto, también tiene aspectos humanos; en quienes la componen, pastores y fieles, existen defectos, imperfecciones, pecados; también el Papa los tiene, y tiene muchos, pero es bello que cuando nos damos cuenta de ser pecadores encontramos la misericordia de Dios, que siempre nos perdona. No lo olvidemos: Dios siempre perdona y nos recibe en su amor de perdón y de misericordia. Hay quien dice que el pecado es una ofensa a Dios, pero también una oportunidad de humillación para percatarse de que existe otra cosa más bella: la misericordia de Dios. Pensemos en esto. Preguntémonos hoy: ¿cuánto amo a la Iglesia? ¿Rezo por ella? ¿Me siento parte de la familia de la Iglesia? ¿Qué hago para que sea una comunidad donde cada uno se sienta acogido y comprendido, sienta la misericordia y el amor de Dios que renueva la vida? La fe es un don y un acto que nos incumbe personalmente, pero Dios nos llama a vivir juntos nuestra fe, como familia, como Iglesia. November 09, 2013 at 05:00PM

12:25 a.m.
Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38

Acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos; y la tomó el segundo, luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos. Finalmente, también murió la mujer. Esta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer.» Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.»


Oración introductoria


Señor, el Evangelio nos dice que en aquel tiempo los saduceos se acercaron a Ti para preguntarte sobre la resurrección. Hoy también me acerco yo a Ti para pedirte que renueves mi fe, mi esperanza y mi amor en la vida eterna que me prometes.


Petición


Dios mío, hazme poner todas mis esperanzas en las alegrías del cielo.


Meditación del Papa Francisco


Dios es la fuente de la vida; y gracias a su aliento el hombre tiene vida y su aliento es lo que sostiene el camino de su existencia terrena. Pienso igualmente en la vocación de Moisés, cuando el Señor se presenta como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, como el Dios de los vivos; y, enviando a Moisés al faraón para liberar a su pueblo, revela su nombre: “Yo soy el que soy”, el Dios que se hace presente en la historia, que libera de la esclavitud, de la muerte, y que saca al pueblo porque es el Viviente. Pienso también en el don de los Diez Mandamientos: una vía que Dios nos indica para una vida verdaderamente libre, para una vida plena; no son un himno al “no”, no debes hacer esto, no debes hacer esto, no debes hacer esto… No. Es un himno al “sí” a Dios, al Amor, a la Vida. Queridos amigos, nuestra vida es plena solo en Dios, porque solo Él es el Viviente. (S.S. Francisco, 16 de junio de 2013).


Reflexión


Hoy conoceremos que la Resurrección de Jesús nos abre el paso a nuestra nueva vida resucitada. Podemos hacer vida la Palabra de Dios, a través de un compromiso de amor y alegría con los demás.


Estamos acostumbrados a ver la vida desde la perspectiva humana sin Dios. A todo le queremos dar una explicación humana, científica, técnica, y hemos dejado a un lado lo espiritual, lo sobrenatural de nuestra vida, pero hay cosas, como el sentido de muerte, que sólo se pueden explicar a nivel sobrenatural.


En todos los tiempos han existido personas que no quieren creer. Gente que no acepta la palabra de Dios con sencillez y confianza. Viene de Dios y así es, aunque yo no entienda. Se trata de personas que quieren entenderlo todo con su inteligencia. El mundo es muy complejo y nuestra cabeza sola no es capaz de alcanzar todo lo que implica. Mucho menos vamos a comprender cómo y por qué Dios ha hecho las cosas.


La fe, que nos ayuda a creer que es cierto lo que Dios nos dice, es un gran regalo que recibimos de Dios; pero nosotros tenemos la responsabilidad de cuidarlo y hacerlo dar frutos, porque también podemos rechazarlo y perderlo. La Virgen María es un gran ejemplo de sencillez, de confianza en Dios, de amor a Dios, de una gran fe entre otras cosas.


Muchas de las personas que no han sabido vivir en la fe, tratan de justificarse haciendo reflexiones rebuscadas y tratando de ponerle "trampas" a Dios. Esperan que la gente reconozca que ellos y no Dios, tienen la razón. Tal es el caso de estos saduceos que querían confundir a Jesús. Hay que tener cuidado cuando escuchemos a esas personas, porque hay muchos que nos pueden enredar con sus palabras y alejar de la fe, del camino que Dios ha elegido amorosamente para nosotros.


Jesús no se enoja con los saduceos. Jesús los ama y les da una respuesta que les abre los ojos a la verdad y a la vida en Dios.


La Resurrección nos libra de la muerte. Los cristianos somos hijos de Dios, con un destino eterno, hijos de la Vida, hijos del Amor. Nuestra religión es de vida, es de amor. Se trata de comunicar esta vida, y así amar y prepararnos para la vida eterna.


"Hay un doble aspecto en el misterio pascual: por su muerte(Cristo ) nos libera del pecado, por su Resurrección nos abre el acceso a una nueva vida. Esta es, en primer lugar, la justificación que nos devuelve la gracia de Dios a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos...así también nosotros vivamos una nueva vida. Consiste en la victoria sobre la muerte y el pecado y en la nueva participación en la gracia. Realiza la adopción filial, porque los hombres se convierten en hermanos de Cristo." (CEC 654)


Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven. Dios es vida, no sólo es el Creador de todo cuanto existe. Si nosotros somos sus hijos, participamos de su misma vida, de su amor.


Nuestra Iglesia es, por tanto la Iglesia viva. Nuestra vivencia no debe limitarse sólo al cumplimiento frío de una serie de reglas y normas morales, sino que debe ser la misma vida y amor de Dios fluyendo por nuestras venas. Alguien que no ama, no se parece a Dios, no cumple con su misión, no vive realmente; porque Dios es Amor (1 Jn 4,8).


Acudir a la Eucaristía, a Dios vivo, nos hace partícipes del amor de Cristo a

nosotros.


¡Cuida tu fe!


Hoy en día se habla mucho acerca de lo que nos espera después de la muerte y se escuchan diferentes cosas: que vamos a reencarnar, que nos vamos a convertir en plantas, que nos vamos a encontrar perdidos en el universo, etc. Y se habla muy poco acerca de la gran felicidad y maravilla encontrarnos con Dios, nuestro Creador. Recuerden que los hombres morimos una sola vez y somos juzgados. Al final de los tiempos resucitarán los muertos (CEC 1022 y 1038). No hay reencarnación después de la muerte, no hay fusión con el universo. Sólo hay resurreción a la vida o muerte eterna. Pidamos a Dios que todos podamos alcanzar

el cielo.


Propósito


Antes o después de la celebración de la Eucaristía, hacer una visita al Sagrario, preferentemente en familia, para dar gracias a Dios por el don de la vida.



November 10, 2013 at 12:01AM

Hermanos Franciscanos

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