Ártículos Más Recientes

10:53 a.m.
Tenía Abram noventa y nueve años, cuando se le apareció Yavé y le dijo: «Yo soy el Dios de las Alturas. Camina en mi presencia y sé perfecto. «Esta es mi alianza que voy a pactar contigo: tú serás el padre de una multitud de naciones. No te llamarás más Abram, sino Abraham, pues te tengo destinado a ser padre de una multitud de naciones. Dijo Dios a Abraham: «Guarda mi alianza, tú y tus descendientes después de ti, de generación en generación. Esta es mi alianza contigo y con tu raza después de ti, que ustedes deberán guardar: todo varón entre ustedes será circuncidado. Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino Sara. Yo la bendeciré y te daré de ella un hijo. La bendeciré de tal manera, que pueblos y reyes saldrán de ella.» Entonces Abraham, agachándose hasta tocar la tierra con su cara, se puso a reír, pues pensaba: «¿Acaso le va a nacer un hijo a un hombre de cien años? ¿Y puede Sara, a sus noventa años, dar a luz?» Y dijo a Dios: «Si al menos aceptaras a Ismael para servir tus designios.» Pero Dios le respondió: «De ninguna manera, pues va a ser Sara, tu esposa, la que te dará un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Estableceré mi alianza con él, y con su descendencia después de él para siempre. En cuanto a Ismael, también te he escuchado. Yo lo bendeciré y le daré una descendencia muy grande y muy numerosa. Será el padre de doce príncipes y haré de él una gran nación. Pero mi alianza la estableceré con Isaac, que Sara te dará a luz por este tiempo, el año que viene.» Así terminó Dios de hablar con Abraham y se alejó. June 26, 2013 at 05:00PM

10:53 a.m.
Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos. Comerás del trabajo de tus manos, esto será tu fortuna y tu dicha. Tu esposa será como vid fecunda en medio de tu casa, tus hijos serán como olivos nuevos alrededor de tu mesa. Así será bendito el hombre que teme al Señor. ¡Que el Señor te bendiga desde Sión: puedas ver la dicha de Jerusalén durante todos los días de tu vida! ¡Que veas a los hijos de tus hijos y en Israel, la paz! June 26, 2013 at 05:00PM

10:53 a.m.
Jesús, pues, bajó del monte, y empezaron a seguirlo muchedumbres. Un leproso se acercó, se arrodilló delante de él y le dijo: «Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.» Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio.» Al momento quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: «Mira, no se lo digas a nadie; pero ve a mostrarte al sacerdote y ofrece la ofrenda ordenada por la Ley de Moisés, pues tú tienes que hacerles una declaración.» June 26, 2013 at 05:00PM

10:53 a.m.
En nuestros días, en Occidente, la peor enfermedad no es la tuberculosis o la lepra sino el sentirse indeseable, abandonado, privado de amor. Sabemos cuidar las enfermedades del cuerpo por medio de la medicina, pero el único remedio para la soledad, el desconcierto y el desespero es el amor. Hay mucha gente que muere en el mundo por falta de un trozo de pan, pero hay muchos más que mueren por falta de un poco de amor. La pobreza de Occidente es una pobreza diferente. No es sólo una pobreza de soledad, sino también de falta de espiritualidad. Existe un hambre de amor como existe un hambre de Dios... June 26, 2013 at 05:00PM

11:54 p.m.
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina. Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.


Oración introductoria


Señor, me acerco a Ti en esta oración para construir mi vida sobre la roca firme de tu amor. No permitas que me conforme con invocar tu nombre con los brazos cruzados, mis ojos cerrados y mis oídos tapados. Tengo sed de Ti, de encontrarme contigo, de dejarme guiar por Ti en esta meditación.


Petición


Padre Santo, dame el don de construir mi vida sobre la roca firme de tu amor.


Meditación del Papa


Jesús mismo reprende a sus discípulos: "¿Por qué me llamáis: ¡Señor, Señor!, y no hacéis lo que digo?". Y recurriendo a la imagen de la construcción de la casa, añade: "El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra… se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida". Queridos amigos, construid vuestra casa sobre roca, como el hombre que "cavó y ahondó". Intentad también vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Escuchadle como al verdadero Amigo con quien compartir el camino de vuestra vida. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos. Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no dan serenidad ni alegría. Sólo la Palabra de Dios nos muestra la auténtica senda, sólo la fe que nos ha sido transmitida es la luz que ilumina el camino. Benedicto XVI, Mensaje para la XXVI Jornada de la Juventud, 2011.


Reflexión


Nuestro Señor sabía algo de arquitectura, porque si alguien intenta construir en roca firme, tendrá su casa bien sólida en los días de tempestad, y si una persona quiere construir en arena no le durará su morada en pie.


Además si es verdad en la vida terrena, ¿cuanto más lo será para la vida espiritual?. En el alma los cimientos son las palabras que Cristo nos ha dejado. Por eso tenemos que leer con frecuencia el evangelio, que es en donde se recogen todas las palabras del Señor. En ellos encontraremos las fuerzas necesarias para ser fieles y tener una casa espiritual bien fundada en Cristo.


Así busquemos vivir siempre con el evangelio en la mano para cimentar bien nuestra vida y vivir fieles a Dios, siendo así ejemplo para todos nuestros hermanos.


Diálogo con Cristo


Jesús, contigo cada día es una bella oportunidad para hacer crecer mi amor por Ti y a los demás. Ayúdame a darte un «sí» en cada momento de mi vida, viviendo con la conciencia de que me creaste para ser santo y que la santidad no es sino una respuesta de amor, en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande.




June 26, 2013 at 11:24PM

Hermanos Franciscanos

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