
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza. mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado.
Publicar un comentario