lunes 19 Mayo 2014 : Commentary Simeón el Nuevo Teólogo

10:48 a.m.
Los que tienen al Espíritu por maestro no tienen necesidad del conocimiento que viene de hombres pues, iluminados por la luz de este Espíritu, miran al Hijo, ven al Padre y adoran las Personas de la Trinidad, el Dios único, que por naturaleza es uno de manera inexplicable … Detente, hombre; tiembla, tú que eres de naturaleza mortal, y sueña que has sido sacado de la nada y que saliendo del vientre de tu madre viste el mundo que había sido hecho antes de ti. Y si pudieras conocer la altura del cielo o indicar cuál es la naturaleza del sol, de la luna y de las estrellas, donde permanecen fijos y cómo se desplazan…, O incluso la naturaleza de la tierra de dónde has salido, sus límites y sus medidas, su anchura y su tamaño…, si has descubierto el fin de cada cosa y si has contado la arena del mar y si también has conocido tu propia naturaleza, entonces podrás soñar con tu creador, cómo en la Trinidad la unidad queda sin mezcla y en la Unidad, la Trinidad sin división. ¡Busca el Espíritu! … Posiblemente Dios te consolará y te dará, como ya te dejó ver el mundo y el sol y la luz de día, sí, se dignará iluminarte ahora del mismo modo…, Te iluminará con la luz del Sol Triple… Aprenderás entonces de la gracia del Espíritu: que, hasta ausente, está presente por su poder y que, presente, no lo vemos a causa de su naturaleza divina, y que él está por todas partes y en ninguna. ¿Si buscas verlo de manera sensible, dónde lo encontrarás? En ninguna parte, simplemente dirás. Pero si tienes la fuerza de mirarlo espiritualmente, Será él mismo quien alumbrará tu espíritu y abrirá los ojos de tu corazón.
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