No nos glorifiques a nosotros, Señor: glorifica solamente a tu Nombre, por tu amor y tu fidelidad. ¿Por qué han de decir las naciones: «¿Dónde está su dios?» Nuestro Dios está en el cielo y en la tierra él hace todo lo que quiere. Los ídolos, en cambio, son plata y oro, obra de las manos de los hombres. Sean bendecidos por el Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, y la tierra la entregó a los hombres.
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