lunes 1 Julio 2013 : Commentary San Alfonso María de Ligorio

10:54 a.m.
Por supuesto, hay sobre la tierra príncipes compasivos, para los que es una alegría dedicar sus tesoros al alivio de los pobres; ¿pero hemos encontrado alguna vez, un rey que para aliviar a los pobres, hubiera adoptado su condición, como lo hizo Jesucristo? Contamos como un prodigio de caridad que el rey san Eduardo, encontrando sobre su camino a un mendigo paralítico y abandonado por todos, lo tomó afectuosamente sobre sus hombros y lo llevó a la iglesia. Por cierto, esto fue un gran acto de caridad, que llenó a los pueblos de admiración; pero, después de este acto, San Eduardo no abandonó la realeza, ni las riquezas que poseía. Jesús, al contrario, Rey del cielo y de la tierra, no se contenta, para salvar al hombre, su oveja perdida, con descender del cielo en su búsqueda y de ponerla sobre su hombro (Lc 15,5): no vacila en librarse de su majestad, de sus riquezas y de sus honores. Se hace pobre, el más pobre de todos los hombres. San Pedro Damián dice que esconde su púrpura, es decir su majestad divina, bajo la apariencia de un pobre obrero. Santo Gregorio Nacianceno exclama: "el mismo que da a los ricos sus riquezas, escoge la pobreza, con el fin de obtenernos por sus méritos, no los bienes terrenales y perecederos de aquí abajo, sino los bienes celestes que son inmensos y eternos". Su ejemplo nos invita a desprendernos de riquezas de este mundo que nos ponen en peligro de perdernos para siempre (cf Mc 10,23). June 29, 2013 at 05:00PM
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