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Lectura del texto y comentarios de Fr. Nelson Medina, O.P. Introducción a toda la obra: ¿Por qué se llama El Diálogo? Cimientos de la vida espiritual: oración humilde y confiada; práctica de la virtud; conocimiento de sí mismo; seguimiento de Cristo, y este, Crucificado; anhelo de la perfecta unión con Dios, hasta ser uno con Él. Fuente: https://www.spreaker.com/user/fraynelson/el-dialogo-de-santa-catalina-capitulo-1-


10:45 a.m.


En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos. Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: "No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra". La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los Apóstoles, y estos, después de orar, les impusieron las manos. Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.

10:45 a.m.


Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

10:45 a.m.


Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. El les dijo: "Soy yo, no teman". Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

10:45 a.m.


- Señor, ¡cuán altas son las olas, y qué oscura la noche! ¿No querrás iluminarla para mi que velo solitaria? - Mantén firme el timón, ten confianza y quédate tranquila. Tu barca es preciosa a mis ojos, quiero conducirla a buen puerto. Aguanta sin desfallecer los ojos fijos en la brújula. Ella ayuda a llegar al final a través de noches y tempestades. La aguja de la brújula de a bordo se estremece pero se mantiene. Ella te mostrará el cabo a donde que quiero verte llegar. Ten confianza  y quédate tranquila: a través de noches y tempestades la voluntad de Dios, fiel, te guía si tu corazón está en vela.

Hermanos Franciscanos

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