Ártículos Más Recientes

11:12 a.m.
Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo: "Así habla el Señor, el Dios de Israel: Sus antepasados, Téraj, el padre de Abraham y de Najor, vivían desde tiempos antiguos al otro lado del Río, y servían a otros dioses. Pero yo tomé a Abraham, el padre de ustedes, del otro lado del Río, y le hice recorrer todo el país de Canaán. Multipliqué su descendencia, y le di como hijo a Isaac. A Isaac lo hice padre de Jacob y de Esaú. A Esaú le di en posesión la montaña de Seir, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto Luego envié a Moisés y a Aarón, y castigué a Egipto con los prodigios que realicé en medio de ellos. Después los hice salir de Egipto, a ustedes y a sus padres, y ustedes llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a sus padres, con carros y guerreros, hasta el Mar Rojo. Pero ellos pidieron auxilio al Señor: él interpuso una densa oscuridad entre ustedes y los egipcios, y envió contra ellos el mar, que los cubrió. Ustedes vieron con sus propios ojos lo que hice en Egipto. Luego permanecieron en el desierto durante largo tiempo, y después los introduje en el país de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán. Cuando ellos les hicieron la guerra, yo los entregué en sus manos, y así pudieron tomar posesión de su país, porque los exterminé delante de ustedes. Entonces Balac - hijo de Sipor, rey de Moab - se levantó para combatir contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que los maldijera. Pero yo no quise escuchar a Balaam, y él tuvo que bendecirlos. Así los libré de su mano. Después ustedes cruzaron el Jordán y llegaron a Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, y lo mismo hicieron los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos; pero yo los entregué en sus manos. Hice cundir delante de ustedes el pánico, que puso en fuga a toda esa gente y a los dos reyes amorreos. Esto no se lo debes ni a tu espada ni a tu arco. Así les di una tierra que no cultivaron, y ciudades que no edificaron, donde ahora habitan; y ustedes comen los frutos de viñas y olivares que no plantaron.

11:12 a.m.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! ¡Den gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor! ¡Den gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor! Al que guió a su pueblo por el desierto, ¡porque es eterno su amor! al que derrotó a reyes poderosos, ¡porque es eterno su amor! y dio muerte a reyes temibles, ¡porque es eterno su amor! Al que dio sus territorios en herencia, ¡porque es eterno su amor! en herencia a Israel, su servidor, ¡porque es eterno su amor! y nos libró de nuestros opresores, ¡porque es eterno su amor!

11:12 a.m.
Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?". El respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Le replicaron: "Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?". El les dijo: "Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio". Los discípulos le dijeron: "Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Y él les respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".

11:12 a.m.
Señor Dios nuestro, Que para revelar tus designios quisiste que el amor del hombre y la mujer fuera signo de la alianza que estableciste con tu pueblo, y que la unión de los esposos n el sacramento del matrimonio manifestara las bodas de Cristo con la Iglesia. (Ef 5,32). Extiende tu mano protectora sobre estos hijos tuyos N. y N. Que a lo largo de la vida común, santificada por este sacramento, se comuniquen los dones de tu amor; y que siendo el uno para el otro signo de tu presencia, sean en verdad un solo corazón y un solo espíritu. Concédeles, Señor, mantener con su trabajo la vida de su hogar, y educar a sus hijos según el Evangelio, para que formen parte de tu familia santa. Colma de bendiciones a tu hija N. (la esposa), para que pueda cumplir sus deberes de esposa y madre, y sea el alma y la alegría del hogar. Bendice también a tu hijo N, (el esposo), para que cumpla su misión de esposo fiel y padre solícito. Concede, Padre Santo, a quienes se han unido ante ti y desean acercarse a tu mesa, participar un día en la alegría del banquete eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.

2:03 a.m.
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                *”Verbum Spei”*

         _”Palabra de Esperanza”_

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*19° Jueves Tiempo Ordinario*

*El Evangelio de hoy*

*Mateo 18, 21-19, 1*

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.

Entonces Jesús les dijo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el Señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se le arrodilló y le rogaba: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contarle al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el Señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano”.

Cuando Jesús terminó de hablar, salió de Galilea y fue a la región de Judea que queda al otro lado del Jordán.

*Reflexión:*

Muchas veces se piensa que perdonar es un sentimiento, sin embargo, la realidad es que se trata de un acto de la voluntad. Las ofensas recibidas, crean un sentimiento, el cual, generalmente, queda fuera de nuestro control. Este sentimiento, generará actitudes como respuesta a la herida. Por ejemplo, no sentiremos deseos de saludar o de convivir, incluso, puede nacer el deseo de venganza.

En este ejemplo que nos propone Jesús, vemos que lo importante fue la actitud, que es un acto de la voluntad. El Rey quiso perdonar y perdonó, es decir, dejó libre a su siervo. El otro, por el contrario, dio rienda suelta a sus sentimientos y actuó equivocadamente, encerrando en la cárcel a su compañero. El perdón es una decisión que nos lleva, aun en contra del sentimiento (deuda) que permanece en nosotros, a cambiar nuestra actitud hacia la persona que nos ha ofendido.

La reacción humana es la de actuar negativamente hacia quien nos ofendió; la gracia, que apoya nuestra decisión, nos lleva a actuar de una manera sobrehumana y a mostrar una actitud positiva (que puede empezar con una sonrisa). Si no dejas que el sentimiento crezca (reforzándolo con tus actitudes) las gracias de Dios y tu esfuerzo cotidiano, harán que pronto desaparezca el sentimiento causado por la ofensa. 

(Evangelización Activa).

*Oración:*

Señor Jesús, tú siempre has sido maravilloso en mi vida, cuando he estado a punto de caer, siempre actúas muy de cerca y me rescatas, tú me afirmas delante de la gente y es por eso, y principalmente porque te amo, que te ofrezco todo en mi vida, y cada logro que consiga, que sea para darte gloria a ti, Dios de los cielos.

*Acción:* 

Hoy, a manera de testimonio, buscaré a una persona a quien compartirle lo bueno y poderoso que Dios ha sido en mi vida. 

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      *”Nuntium Verbi Dei”*

_”Mensaje de la palabra de Dios”_

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