Ártículos Más Recientes

8:57 p.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

image

🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹
                  “Verbum Spei”     
           “Palabra de Esperanza” 
     verbumspei.wordpress.com
🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸
2° Martes Navidad
El Evangelio de hoy 
Marcos 6, 34-44

En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. 
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: “Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer”. Él les replicó: “Denles ustedes de comer”. Ellos le dijeron: “¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?” Él les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver”. Cuando lo averiguaron, le dijeron: “Cinco panes y dos pescados”.
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaran en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.

Reflexión:
En medio de un mundo egoísta, que solo piensa en sí mismo, este evangelio nos enseña lo qué puede ocurrir cuando se comparte lo que se tiene. Eran solo unos cuantos panes y pescados y fueron suficientes para alimentar a toda una multitud. 
Es que precisamente cuando se comparte, es cuando se puede experimentar la multiplicación. Muchas veces pensamos que lo que tenemos (especialmente cuando se trata de recursos económicos) apenas nos alcanzaría para nosotros y para nuestra familia. Es necesario hacer la prueba y darnos cuenta que cuando ponemos nuestros dones al servicio de Dios y de los demás, estos se multiplican enormemente. 
La abundancia nace del compartir. El atesorar nos empobrece y empobrece a muchos, el compartir nos enriquece y nos permite participar del amor de Dios. ¿Por qué no haces la prueba y ves qué grande es el Señor? 
(Evangelización Activa).

Oración:
Señor Jesús, gracias por tu amor profundo y tremendamente superior a lo que pudiera haber esperado. Tu amor es mi inspiración y me impulsa a amar y a darme a los demás. No permitas, Jesús, que olvide el amor incomparable, personal, fiel, eterno e incondicional con que me amas. Amén.

Acción:
Hoy repetiré a las más personas que pueda, que Dios les ama.
🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹
            “Nuntium Verbi Dei  
“Mensaje de la palabra de Dios”
🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸🔸


11:20 a.m.
¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti! Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti. Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora. Mira a tu alrededor y observa: todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos. Al ver esto, estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, porque se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti. Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Todos ellos vendrán desde Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas del Señor.

11:20 a.m.
Para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. Que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sebá le traigan regalos; que todos los reyes le rindan homenaje y lo sirvan todas las naciones. Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes.

11:20 a.m.
Hermanos: Seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes. Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.

11:20 a.m.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo". Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. "En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel". Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje". Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

11:20 a.m.
Imitemos, pues, a los magos. Pero también apartémonos con cuidado de las costumbres de los bárbaros, para que podamos ver a Cristo. Porque aún los bárbaros, si no se hubieran alejado mucho de su región, no habrían podido ver a Cristo. Apartémonos de los negocios terrenos. Los magos, estando en Persia veían la estrella; pero salidos de Persia contemplaron al Sol de Justicia. Más aún: ni siquiera habían de continuar viendo la estrella si no salían con ánimo pronto de su país. ¡Ea, pues! También nosotros levantémonos aunque todos se conturben y corramos a la casa del Niño. “Y habiendo entrado en la casa, vieron al Niño con María, su madre, y de hinojos lo adoraron; y habiendo abierto sus tesoros, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.” Y ¿qué fue lo que a los magos indujo a que lo adoraran? Porque ni la Virgen tenía resplandor especial, ni la casa era magnífico palacio, ni había cosa alguna que pudiera excitarlos o invitarlos. Y sin embargo, no sólo lo adoran, sino que abren sus arcas y le ofrecen dones, y dones no propios para hombres, sino para Dios. El incienso y la mirra de modo especial simbolizan ser Dios aquel Niño. ¿Qué fue lo que los persuadió? Lo mismo que los excitó para abandonar su casa y emprender el camino: es a saber la estrella y la interior inspiración que Dios les comunicó. Esta los llevó poco a poco hasta un más perfecto conocimiento. Si no hubiera sido por eso, jamás le habrían rendido honor tan grande, cuando todo lo que ahí había no tenía valor. Y nada de lo que los sentidos perciben había ahí grande, sino establo, tugurio, una madre pobre: para que adviertas la excelente virtud de los magos y veas claramente que ellos no visitaron al Niño como a puro hombre, sino como a su Dios bienhechor.

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.