Ártículos Más Recientes

11:36 a.m.
Los israelitas partieron de Ramsés en dirección a Sucot. Eran unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar sus familias. Con ellos iba también una multitud heterogénea, y una gran cantidad de ganado mayor y menor. Como la pasta que habían traído de Egipto no había fermentado, hicieron con ella galletas ácimas. Al ser expulsados de Egipto no pudieron demorarse ni preparar provisiones para el camino. Los israelitas estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. Y el día en que se cumplían esos cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos de Israel salieron de Egipto. El Señor veló durante aquella noche, para hacerlos salir de Egipto. Por eso, todos los israelitas deberán velar esa misma noche en honor del Señor, a lo largo de las generaciones.

11:36 a.m.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! al que en nuestra humillación se acordó de nosotros, ¡porque es eterno su amor! y nos libró de nuestros opresores, ¡porque es eterno su amor! Al que hirió a los primogénitos de Egipto, ¡porque es eterno su amor! y sacó de allí a su pueblo, ¡porque es eterno su amor! con mano fuerte y brazo poderoso, ¡porque es eterno su amor! Al que abrió en dos partes el Mar Rojo, ¡porque es eterno su amor! al que hizo pasar por el medio a Israel, ¡porque es eterno su amor! y hundió en el Mar Rojo al Faraón con sus tropas, ¡porque es eterno su amor!

11:36 a.m.
En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.

11:36 a.m.
El Verbo de Dios que es eterno, invisible, incomprensible, incorporal, principio nacido del principio, luz nacida de la luz, fuente de la vida y de la inmortalidad, réplica exacta del primer modelo, marca imborrable, resemblanza idéntica del Padre (Hec 1,3), intención y pensamiento de éste, progreso hacia su imagen (Gn 1,27). Se hace carne para salvar la carne, se une a un alma razonable para salvar mi alma; quiere purificar lo semejante por lo semejante y se hace plenamente hombre, excepto en lo que concierne al pecado... Él que enriquece a los demás se empobrece, pues adopta la pobreza de mi carne para que yo me enriquezca de su divinidad. Él que es plenitud se empequeñece, se desprende de su propia gloria por poco tiempo, para que yo, participe de su plenitud. ¡Qué tesoro de bondad! ¡Qué gran misterio en favor mío! He recibido la imagen, y no la he conservado. ¡El Verbo ha participado de mi carne para salvar la imagen y hacer la carne inmortal¡ Se une a nosotros por una segunda unión, mucho más asombrosa que la primera... Era necesario que el hombre fuera santificado por un Dios hecho hombre; después de haber abatido a nuestro tirano, nos liberaría y nos conduciría hacia él, por la mediación del Hijo, por el honor del Padre. Es así como el Hijo se muestra obediente en todas las cosas referentes a él, para cumplir su plan de salvación.

11:44 a.m.
Moisés y Aarón realizaron todos estos prodigios delante del Faraón; pero el Señor le había endurecido el corazón, y él no dejó partir de su país a los israelitas. Luego el Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: «Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año. Digan a toda la comunidad de Israel: "El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente. Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas. No la comerán cruda ni hervida, sino asada al fuego; comerán también la cabeza, las patas y las entrañas. No dejarán nada para la mañana siguiente, y lo que sobre, lo quemarán al amanecer. Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto. Este será para ustedes un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua."»

Hermanos Franciscanos

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