Ártículos Más Recientes

12:10 a.m.
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.


Oración introductoria


Jesús, el misterio de la Encarnación es un maravilloso misterio de humildad y de amor. Todos los protagonistas me dan una lección de vida que quiero llegar a vivir. Permite que esta oración abra mi mente y mi corazón para tener esa docilidad de san José y la humildad de María.


Petición


Señor, dame el espíritu generoso y obediente de san José para vivir mi vocación cristiana con esa misma magnanimidad.


Meditación del Papa Francisco


"José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer". En estas palabras se encierra ya la misión que Dios confía a José, la de ser custodio. Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia, como ha señalado el beato Juan Pablo II: "Al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo".

¿Cómo ejerce José esta custodia? Con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende. Desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor. Está junto a María, su esposa, tanto en los momentos serenos de la vida como los difíciles. (S.S. Francisco, 19 de marzo de 2013)..


Reflexión


Con una brevedad telegráfica, San Mateo nos cuenta en diez versículos lo que ocurrió desde la concepción al nacimiento de Jesús. Llama la atención que lo que resalta de este período, a diferencia de San Lucas, es la difícil situación en que se encontró José.


Si nos ponemos en su lugar, ¡no era para menos! Mientras María sufría en silencio, el bueno de José se debatía en medio de tremendas dudas. ¡Y pensar que él pudo haber denunciado a María por adúltera! ¡Y pensar que ella no tenía manera de probar lo sucedido! Todo forma parte del misterio que se hace historia humana, historia de Amor.


Los actores de cualquier obra teatral o de cine estudian concienzudamente sus diversos papeles, los ensayan una y otra vez, los ejecutan en privado y en público, hasta que los dominan totalmente. La improvisación en este ámbito es preludio de fracaso. No es así cuando Dios decide servirse de los hombres y por amor los elige. María y José son capaces de seguir las inspiraciones y la voluntad de Dios, aunque nadie les ha pasado de antemano sus "papeles". Dios irrumpe en sus vidas y las "trastorna". No obliga, seduce. Suscita el amor del hombre y entonces lo lleva por donde no hubiera soñado jamás... Cuando alguien se deja guiar por Dios, debe improvisar, y a pesar de la oscuridad de la fe, al final siempre brilla la luz. La actitud correcta es entonces el abandono en su voluntad.


María y José escriben una historia de amor única e irrepetible porque ambos se fían de Dios. A nosotros nos invitan a confiar más en su gracia que en nuestras cualidades, más en sus planes que en los propios. No hay mejor intérprete que aquel que deja que Dios haga la parte que en su vida tiene asignada ¡que no es poca! Cuando nos empeñamos en caminar dejando de lado su voz y preferimos no saber lo que Él quiere, sin darnos cuenta nos quedamos sin el "apuntador", sin aquel que sabe en cada momento lo que mejor nos conviene y desea dárnoslo a conocer. Confiemos más y más en el Señor. Digamos con Pedro aquella bella oración: "Señor, a quién iremos, sólo tú tienes palabras de vida eterna".


Propósito


Crear y fomentar, en todo lugar y momento, un ambiente de acogida y alegría.


Diálogo con Cristo


Jesucristo, ayúdame a edificar mi propia santificación en la entrega generosa, en la búsqueda de tu gloria y en una esforzada abnegación de mí mismo, especialmente en el seno de mi propia familia, siguiendo el ejemplo de san José, quien ante una crisis, su primera reacción fue la caridad.


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¡Ya casi es Navidad! Empieza a rezar la Novena de Navidad



December 18, 2013 at 12:00AM

12:10 a.m.
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-17

Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engrendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engrendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.


Oración introductoria


Dios mío, en estos días cercanos a la Navidad te suplico me concedas la gracia de orar con profundidad para contemplar y saber agradecer el gran misterio de la Encarnación de tu Hijo.


Petición


Señor, dame la gracia de mantener siempre viva la disposición de reconocerte y seguirte, con totalidad y desinterés.


Meditación del Papa Francisco


El Dios que pide a Abrahán que se fíe totalmente de él, se revela como la fuente de la que proviene toda vida. De esta forma, la fe se pone en relación con la paternidad de Dios, de la que procede la creación: el Dios que llama a Abrahán es el Dios creador, que "llama a la existencia lo que no existe", que "nos eligió antes de la fundación del mundo... y nos ha destinado a ser sus hijos".

Para Abrahán, la fe en Dios ilumina las raíces más profundas de su ser, le permite reconocer la fuente de bondad que hay en el origen de todas las cosas, y confirmar que su vida no procede de la nada o la casualidad, sino de una llamada y un amor personal. El Dios misterioso que lo ha llamado no es un Dios extraño, sino aquel que es origen de todo y que todo lo sostiene. La gran prueba de la fe de Abrahán, el sacrificio de su hijo Isaac, nos permite ver hasta qué punto este amor originario es capaz de garantizar la vida incluso después de la muerte. La Palabra que ha sido capaz de suscitar un hijo con su cuerpo “"medio muerto" y "en el seno estéril" de Sara, será también capaz de garantizar la promesa de un futuro más allá de toda amenaza o peligro. (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 11).


Reflexión


¿Quién no recuerda el reloj -aquel calendario en lo alto de la Torre Eiffel- anunciando los días y las horas que restaban para el fin de siglo y de milenio? Y cada vez que se lanza un nuevo cohete espacial se produce una "cuenta atrás" que es seguida por cientos de personas que han trabajado durante meses, quizás años en el proyecto.


Son ejemplos que pueden servirnos para hablar de la "cuenta atrás" por excelencia en la historia entre Dios y los hombres. La genealogía de Jesús es un resumen, hora a hora, del tiempo desde la creación, en su ir transcurriendo hasta llegar a "su plenitud". La hora "cero", la hora de Jesús el Mesías había llegado y los evangelistas, como buenos reporteros, nos la ilustran.


Hay que poner los relojes en "hora" para celebrar en su justo momento el final de una cuenta atrás. Pero, ¿a que nos sirve a nosotros que hemos venido después del gran advenimiento de la venida del Señor? No olvidemos que el Señor ha de volver. Tan clara era esta conciencia de la segunda venida de Jesucristo, que muchos de los primeros discípulos creían que era algo inminente. Han pasado más de dos mil años y "esperamos su gloriosa venida" que se producirá al final de los tiempos. Mientras tanto, la vida litúrgica, año a año, nos ofrece la posibilidad de revivir esta "cuenta atrás" en la vivencia de los misterios de la vida de Jesucristo, sobre todo de su nacimiento, pasión y resurrección - ascensión a los cielos. No es un mero recordatorio, como podrían ser la celebración de un cumpleaños o aniversario. Porque la presencia real de Jesucristo entre nosotros nos introduce en el misterio del tiempo y de la eternidad. Y en cada celebración eucarística se tiende un puente estas dos dimensiones.


Dios se hace más presente en mi corazón si lo recibo con mejores disposiciones, si soy más consciente que Él viene esta Navidad, que sufre en su Pasión, y al fin Resucita glorioso. La liturgia es un medio maravilloso para vivir profundamente este misterio por el que cada uno puede renovar con Jesús aquello mismo que sucedió hace dos milenios. No hay tiempo para Dios.


Nuestras "cuenta atrás" para esta Navidad, por ejemplo, serán únicas, no habrá otra igual... porque es por dentro, en el reloj de nuestras almas, donde se marca el pulso de nuestro tic-tac de cara a Dios.


Propósito


Hacer una oración especial por la unión de la familia.


Diálogo con Cristo


Señor, Tú viniste al mundo, creciste y te preparaste para tu misión en una familia. Concédeme tu gracia para saber sembrar armonía, comprensión, perdón, apoyo mutuo, generosidad, alegría y paz en mi propia familia, siguiendo el ejemplo de tu padre san José y de tu madre María.


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¡Ya casi es Navidad! Empieza a rezar la Novena de Navidad



December 18, 2013 at 12:00AM

11:07 a.m.
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia". Por eso, llegarán los días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: "Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto", sino más bien: "por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo". December 16, 2013 at 05:00PM

11:07 a.m.
para que juzgue a tu pueblo con justicia y a tus pobres en los juicios que reclaman. Pues librará al mendigo que a él clama, al pequeño que de nadie tiene apoyo; él se apiada del débil y del pobre, él salvará la vida de los pobres; Bendito sea el Señor, Dios de Israel, pues sólo él hace maravillas. Bendito sea por siempre su nombre de gloria, que su gloria llene la tierra entera. ¡Amén, amén! December 16, 2013 at 05:00PM

11:07 a.m.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, December 16, 2013 at 05:00PM

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