
Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; entonen para él un canto nuevo, toquen con arte, profiriendo aclamaciones. El Señor frustra el designio de las naciones y deshace los planes de los pueblos, El Señor frustra el designio de las naciones y deshace los planes de los pueblos, El designio del Señor permanece para siempre, y sus planes, a lo largo de las generaciones. Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
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