El don de Cristo en la Cruz y el don del Espíritu en Pentecostés

5:40 p.m.


[Día de retiro con la comunidad Camino de la Esperanza, predicación 3 de 3] El paso de la Antigua a la Nueva Alianza supone que el Espíritu deje de ser una experiencia de "toque" y llegue a ser una presencia que transforme todo cuanto somos, en fidelidad y amor al plan de Dios. Una serie de versículos de San Juan nos ayuda a descubrir ese proceso que conduce a la Pasión del Señor y al milagro de Pentecostés. Juan 3,34 dice refiriéndose a Cristo: "aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues El da el Espíritu sin medida." El mismo Cristo muestra el cambio que sólo Él puede traer a nuestra vida, pasándonos del "toque" a la "presencia" o sea, del "vaso" a la "fuente." Leemos en Juan 4,14: "el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna." En Juan 7,38 también leemos: "De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva." Nosotros, como el Discípulo amado, hemos visto y creemos (cf. Juan 20,8). Y lo que hemos visto nos lo cuenta el mismo evangelista: "Cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua." En la Cruz ha brotado esa agua; en al Cruz se ha hecho posible nuestra fe, y viendo y creyendo pasamos del toque a la presencia. En Juan 14,34 Cristo dice: "Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes." La partida de Cristo, por el doloroso camino de la Cruz, está asociada con la llegada abundante del don del Espíritu. En efecto, la partida de Cristo abre el Cielo, cuando Él presenta su Sangre preciosa y con ella impetra la misericordia que nos dará nueva vida. Pero además, el modo de su partida abre nuestro corazón, conmovido por el exceso de amor del Crucificado. Y así abiertos el Cielo de Dios y el pecho del hombre, puede fluir el Espíritu abundante, verdadero principio de nueva vida. * * * Más predicación en: http://fraynelson.com ADEMÁS: Suscríbete gratuitamente a mi boletín diario de evangelización: http://fraynelson.com/suscripciones.html Página de los DOMINICOS en Colombia: http://opcolombia.org


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