
No hay diligencia que no se haga ni tiempo que no se aproveche para obtener un empleo, para ganar un pleito o para concertar un matrimonio. ¡Cuántos consejos se piden! ¡Qué de medidas se toman! No se come, apenas se duerme; y para alcanzar la salvación eterna, ¿qué se hace? ¿Cómo se vive? No se hace nada; antes, por el contrario, se hace todo para ponerla en peligro.
Publicar un comentario