
Que los sacerdotes sean alegres y miren con ojos de hombre y con los ojos de Dios, como lo hizo San Juan Bosco. Lo subraya el Papa Francisco en la Misa en la Casa Santa Marta para exhortar a los sacerdotes a hacer lo mismo que Don Bosco, que miraba la realidad con el corazón de un padre y de un maestro. Una mirada que le mostró el camino: vio a esos pobres jóvenes en la calle y se conmovió y entonces pensó en formas para hacerlos madurar. Caminó y lloró con ellos.
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