Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente. Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones, junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios. ¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! protege, Dios, a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en otra parte; yo prefiero el umbral de la Casa de mi Dios antes que vivir entre malvados.
martes 6 Febrero 2018 : Salmo 84(83),3.4.5.10.11.
Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente. Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones, junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios. ¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! protege, Dios, a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en otra parte; yo prefiero el umbral de la Casa de mi Dios antes que vivir entre malvados.

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