lunes 27 Febrero 2017 : Libro de Eclesiástico 17,20-28.

11:25 a.m.
Sus injusticias no están ocultas para el Señor y todos sus pecados están delante de él. La limosna de un hombre es para él como un sello, y tiene en cuenta un favor como la pupila de sus ojos. Después, él se levantará para retribuirles y pondrá sobre sus cabezas la recompensa merecida. A los que se arrepienten, les permite volver y reconforta a los que perdieron la constancia. Vuelve al Señor y deja de pecar, suplica ante su rostro y deja de ofenderlo. Vuelve al Altísimo, apártate de la injusticia y odia profundamente toda abominación. ¿Quién alabará al Altísimo en el Abismo, si los vivientes no le rinden homenaje? el muerto, el que ya no existe, deja de alabarlo: el que está vivo y sano debe alabar al Señor.
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