¿Por qué temer en días de desgracia, cuando me cercan el mal y la traición de los que en su fortuna se confían y hacen prevalecer su gran riqueza? Mas comprada su vida nadie tiene, ni a Dios puede, con plata, sobornarlo, pues es muy caro el precio de la vida. ¿Vivir piensa por siempre, o cree que no irá a la fosa un día? No temas cuando el hombre se enriquece, cuando aumenta la fama de su casa. Nada podrá llevar a su muerte, ni su riqueza podrá bajar con él. Su alma, que siempre en vida bendecía: «Te alaban, porque te has tratado bien», irá a unirse con la raza de sus padres, que jamás volverán a ver la luz. September 18, 2013 at 05:00PM
Publicar un comentario