Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor: «Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza». El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. «Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores. July 06, 2013 at 05:00PM
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