miércoles 26 Junio 2013 : Libro de Génesis 15,1-12.17-18.

10:55 a.m.
Después de estos sucesos, Yavé dirigió su palabra a Abram en una visión, y le dijo: «No temas, Abram, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande.» Abram respondió: «Señor Yavé, ¿qué me quieres dar? Soy un hombre sin hijos, y todo lo que poseo pasará a Eliezer de Damasco. Ya que no me diste descendencia, tendré por heredero a uno de mis sirvientes.» Entonces le llegó una palabra de Yavé: «Tu heredero no será Eliezer, sino un hijo tuyo, nacido de tu propia carne y sangre.» Yavé lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será tu descendencia.» Y creyó Abram a Yavé, el que lo tuvo en adelante por un hombre justo. Yavé le dijo: «Yo soy Yavé, que te sacó de Ur de los Caldeos, para entregarte esta tierra en propiedad.» Abram le preguntó: «Señor, ¿en qué conoceré yo que será mía?» Le contestó: «Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una paloma y un pichón.» Abram trajo todos estos animales, los partió por mitad, y puso una mitad frente a la otra; las aves no las partió. Las aves rapaces se lanzaban sobre la carne, pero Abram las ahuyentaba. Cuando el sol estaba a punto de ponerse, Abram cayó en un profundo sueño y se apoderó de él un terror y una gran oscuridad. Cuando el sol ya se había puesto y estaba todo oscuro, un horno humeante y una antorcha ardiendo pasaron por medio de aquellos animales partidos. Aquel día Yavé pactó una alianza con Abram diciendo: «A tu descendencia daré esta tierra desde el torrente de Egipto hasta el gran río Eufrates. June 24, 2013 at 05:00PM
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