Ártículos Más Recientes

11:33 a.m.
Bloch-Sermon_On_The_Mount

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*”Verbum Spei”*
_”Palabra de Esperanza”_
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*3° Martes Pascua*
*El Evangelio de hoy*
*Juan 6, 30-35*

En aquel tiempo, la gente le preguntó a Jesús: “¿Qué señal vas a realizar tú, para que la veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo”.
Jesús les respondió: “Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo”.
Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”. Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”.

*Reflexión:*
El hombre de hoy está sediento, está hambriento y no sabe de qué. Por ello ha desatado una búsqueda sin tregua tratando de encontrar algo que verdaderamente lo sacie.
Lo busca en el placer, en el poder, en la fama, en el dinero. Al final de la búsqueda, siempre encuentra lo mismo: vacío y soledad. Y es que sólo Jesús es el pan que sacia. Sólo la vida en el amor de Dios puede dar sentido a la vida. Jesús dijo: “Yo soy el pan que da la vida”.
Por ello sólo Él sacia, sólo su amor llena nuestros vacíos y nuestras soledades. La vida en Cristo se transforma en plenitud. Por ello, quien tiene a Cristo lo tiene todo, quien no lo tiene, carece de todo. Esta Pascua es de nuevo la oportunidad para encontrarnos con Jesús resucitado, con el verdadero pan que sacia, con el pan que da la vida; que es paz, alegría y amor.
Encuéntrate hoy con Jesús en tu oración personal. Está esperándote para saciarte.
(Evangelización Activa).

*Oración:*
Señor Jesús, te pido perdón, por todas las veces que he cerrado mis oídos a tu Palabra; aquellas veces que, incluso habiéndola escuchado, no he puesto empeño en ponerla por obra. Hoy te abro mis oídos, mente y corazón para que los llenes de tu divina voluntad y que por tu gracia pueda seguirte y dejarte actuar en mi vida. Amén.

*Acción:*
Hoy haré aquello que Dios me ha estado pidiendo y que he ido dejando para después.
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*”Nuntium Verbi Dei”*
_”Mensaje de la palabra de Dios”_
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10:45 a.m.
Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas: "¡Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad! Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres. ¿Hubo algún profeta a quien ellos no persiguieran? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, el mismo que acaba de ser traicionado y asesinado por ustedes, los que recibieron la Ley por intermedio de los ángeles y no la cumplieron". Al oír esto, se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él. Esteban, lleno del Espíritu Santo y con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios. Entonces exclamó: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios". Ellos comenzaron a vociferar y, tapándose los oídos, se precipitaron sobre él como un solo hombre; y arrastrándolo fuera de la ciudad, lo apedrearon. Los testigos se quitaron los mantos, confiándolos a un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado". Y al decir esto, expiró. Saulo aprobó la muerte de Esteban. Ese mismo día, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los Apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.

10:45 a.m.
Inclina tu oído hacia mí, date prisa en liberarme. Sé para mí una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve. inclina tu oído hacia mí y ven pronto a socorrerme. Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme. Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel. Aborreces a los que adoran ídolos vanos, pero yo confío en el Señor. Gozaré y me alegraré de tu bondad porque has mirado mi aflicción y comprendido la angustia de mi alma; Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Tú los ocultas al amparo de tu rostro de las intrigas de los hombres; y los escondes en tu Tienda de campaña, lejos de las lenguas pendencieras.

10:45 a.m.
La gente dijo a Jesús: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo". Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo". Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.

10:45 a.m.
Los judíos dicen: « Nuestros padres comieron el maná en el desierto». El Salvador hubiera podido responderles: «Vengo a hacer un milagro más grande que el de Moisés: yo, no tuve necesidad de un bastón, ni de la oración » (Ex 9:23; 17:9s); todo lo hice por mí mismo, por mi propia autoridad. Recuerdan el prodigio del maná; yo, ¿no les he dado pan en abundancia?» Pero no era el tiempo en ese entonces de hablar de esta manera. Jesús no pensaba más que en una cosa: atraerlos a él para que le pidiesen comida espiritual…: «Moisés no les dio el pan del cielo; es mi Padre quien da el verdadero pan del cielo»… Ese pan que el Padre da, Jesucristo lo llama el pan verdadero. No es que el milagro del maná haya sido falso; pero el maná era una prefiguración de un pan superior y más maravilloso…:« El pan de Dios, es el pan que ha descendido del cielo y que da la vida al mundo»- al mundo entero y no solamente a los judíos. Ese pan no es solamente comida sino también vida, una vida diferente de ésta, es completamente otra vida: este pan da la verdadera vida…es Jesús esa vida porque él es el Verbo, la Palabra de Dios, al igual que aquí, en nuestras iglesias, se convierte en el pan del cielo al bajar el Santo Espíritu.

Hermanos Franciscanos

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