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11:40 p.m.








¿Quién es Cristo para mí?
¿Quién es Cristo para mí?

Del santo Evangelio según san Marcos 8, 27-33

Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo». Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él.

Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».


Oración introductoria


Señor, yo, como Pedro, creo que Tú eres el Hijo de Dios, que has venido para redimirme y para mostrarme el camino que debo seguir para llegar a Ti. Aumenta mi fe para que no desfallezca en el camino a pesar de las dificultades. Te ofrezco esta oración por aquellas personas que no tienen fe o teniéndola viven alejados de Ti por el pecado.


Petición


Señor, que te reconozca siempre como mi Dios y quiera vivir cerca de Ti.


Meditación del Papa Francisco


El Evangelio habla de la confesión de Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo" una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. [...]

El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su fundamento en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo alto. En la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre: "Se puso a increparlo: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Y Jesús tiene palabras duras con él:-Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo-".

Cuando dejamos que prevalezcan nuestras ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo. La fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia. (S.S. Francisco, 29 de junio del 2013).


Reflexión


La respuesta a la pregunta de Cristo de quién es Él, no me puede dejar indiferente y es una pregunta que sólo yo puedo responder satisfactoriamente. La respuesta debe condicionar toda mi vida para que sea coherente. Esta respuesta sólo la puedo dar en la oración dialogando con Jesucristo. Una vez respondida, entonces puedo anunciar con convicción lo que Cristo significa para mí, que soy cristiano.


Propósito


Reflexionar a lo largo del día si Cristo es realmente mi Dios, o tengo otros dioses que me hacen feliz.


Diálogo con Cristo


Señor, que no sea sordo a tu voz. Gracias por el don de la fe. Pudiste haberme creado fuera de la fe en Ti, y sin embargo, por puro amor y no por mérito mío, me diste la gracia de ser cristiano. Haz que mi fe en Ti quiera difundirla entre los hombre con quienes me encuentre como un verdadero regalo que vale la pena compartir.


"No somos plenamente hijos de Dios, sino que hemos de llegar a serlo más y más mediante nuestra comunión cada vez más profunda con Cristo. Ser hijos equivale a seguir a Jesús" (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 172)



  • Preguntas o comentarios al autor

  • Luis Jesús Rodríguez, L.C



February 19, 2014 at 11:27PM

10:52 a.m.
Hermanos, ustedes que creen en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no hagan acepción de personas. Supongamos que cuando están reunidos, entra un hombre con un anillo de oro y vestido elegantemente, y al mismo tiempo, entra otro pobremente vestido. Si ustedes se fijan en el que está muy bien vestido y le dicen: "Siéntate aquí, en el lugar de honor", y al pobre le dicen: "Quédate allí, de pie", o bien: "Siéntate a mis pies", ¿no están haciendo acaso distinciones entre ustedes y actuando como jueces malintencionados? Escuchen, hermanos muy queridos: ¿Acaso Dios no ha elegido a los pobres de este mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos del Reino que ha prometido a los que lo aman? Y sin embargo, ¡ustedes desprecian al pobre! ¿No son acaso los ricos los que los oprimen a ustedes y los hacen comparecer ante los tribunales? ¿No son ellos los que blasfeman contra el Nombre tan hermoso que ha sido pronunciado sobre ustedes? Por lo tanto, si ustedes cumplen la Ley por excelencia que está en la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, proceden bien. Pero si hacen acepción de personas, cometen un pecado y son condenados por la Ley como transgresores. February 18, 2014 at 05:00PM

10:52 a.m.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, no cesará mi boca de alabarlo. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. Engrandezcan conmigo al Señor y ensalcemos a una su nombre. Busqué al Señor y me dio una respuesta y me libró de todos mis temores. Mírenlo a él y serán iluminados y no tendrán más cara de frustrados. Este pobre gritó y el Señor lo escuchó, y lo salvó de todas sus angustias. February 18, 2014 at 05:00PM

10:52 a.m.
Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas". "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres". February 18, 2014 at 05:00PM

11:56 p.m.


Del santo Evangelio según san Marcos 8, 22-26

Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque. Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?». Él, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan». Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas. Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo».


Oración introductoria


Jesús, me acerco a ti porque sé que Tú eres la Luz del mundo y que puedes iluminarme en mi ceguera y librarme de las tinieblas. Señor, ayúdame a ver. Te ofrezco esta meditación por todos aquellos que no pueden ver con los ojos del alma porque el pecado les ha cegado. Dios mío, devuélveme la vista espiritual para que pueda ver todo desde la perspectiva de tu santa voluntad.


Petición


Señor, ayúdame a ver todos los momentos del día con la visión de la fe y del amor.


Meditación del Papa Francisco


¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora.

La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio; tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo; darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida; garantizarle seguridad y educación para que llegue a ser lo que puede ser; transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien; dejarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para ser protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos. (S.S. Francisco, 22 de julio de 2013).


Reflexión


La vida diaria, con sus luces de artificio, puede deslumbrarnos y hacer que quedemos ciegos para las cosas de Dios. Esforcémonos por encender en nuestra vida la luz que nos viene de la contemplación de Cristo para poder ayudar después a las personas a salir de la oscuridad del pecado y de la indiferencia. Vivamos de tal modo de cara a Dios, que resplandezca en nosotros la luz de Cristo que lleve a las almas a la conversión del corazón.


Propósito


Buscaré ver los acontecimientos de mi día tratando de verlos desde la óptica de Dios.


Diálogo con Cristo


Jesús, enciende en mi corazón la luz de tu presencia para que se dispersen las tinieblas de mi alma. Sé que puedes iluminar mi vida diaria con tu palabra y con el don de tu Eucaristía. Tú que has dicho: "Yo soy la luz del mundo" irradia tus destellos de amor sobre mi pobre persona. Ayúdame a vivir frente a ti de manera que, contemplándote cara a cara, pueda iluminar también la vida de mis hermanos los hombres.


En efecto, la oración alcanza su culmen, y por tanto se convierte en fuente de luz interior, cuando el espíritu del hombre se adhiere al de Dios y sus voluntades se funden como formando una sola cosa (Benedicto XVI, Ángelus, domingo 8 de marzo de 2009)



February 18, 2014 at 11:47PM

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