Ártículos Más Recientes

10:52 a.m.
El mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que se hizo luz en nuestros corazones, para que se irradie la gloria de Dios tal como brilla en el rostro de Cristo. Con todo, llevamos este tesoro en vasos de barro, para que esta fuerza soberana se vea como obra de Dios y no nuestra. Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos; estamos entre problemas, pero no desesperados; somos perseguidos, pero no eliminados; derribados, pero no fuera de combate. Por todas partes llevamos en nuestra persona la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra persona. Pues a los que estamos vivos nos corresponde ser entregados a la muerte a cada momento por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra existencia mortal. Y mientras la muerte actúa en nosotros, a ustedes les llega la vida. Tenemos el mismo don espiritual de fe que tenía el que escribió: Creí, y por eso hablé. También nosotros creemos, y por eso hablamos. Sabemos que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también con Jesús y nos pondrá cerca de él con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes; los favores de Dios se van multiplicando, y también se irá ampliando cada día más la acción de gracias que tantas personas rinden a Dios para gloria suya. June 12, 2013 at 05:00PM

10:52 a.m.
Tenía fe, aun cuando me decía: «Realmente yo soy un desdichado». Pensaba en medio de mi confusión: «¡Todo hombre decepciona!» Tiene un precio a los ojos del Señor la muerte de sus fieles: «¡Mira, Señor, que soy tu servidor, tu servidor y el hijo de tu esclava: tú has roto mis cadenas!» Te ofreceré el sacrificio de acción de gracias e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo, June 12, 2013 at 05:00PM

10:52 a.m.
Ustedes han oído que se dijo: «No cometerás adulterio.» Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tíralo lejos; porque más te conviene perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te lleva al pecado, córtala y aléjala de ti; porque es mejor que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. También se dijo: «El que se divorcie de su mujer, debe darle un certificado de divorcio.» Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, fuera del caso de unión ilegítima, es como mandarla a cometer adulterio: el hombre que se case con la mujer divorciada, cometerá adulterio. June 12, 2013 at 05:00PM

10:52 a.m.
¿Dónde voy a encontrar la fuerza para describir de manera satisfactoria la felicidad de un matrimonio cristiano? La Iglesia confirma el contrato, la ofrenda eucarística lo sella con la bendición, los ángeles lo proclaman y el Padre celestial lo ratifica. ¡Qué dulce y santa alianza aquella en la que los dos son cristianos (Mt 11,29), unidos por una sola esperanza, un solo deseo, una sola disciplina, el mismo servicio¡ Los dos son hijos de un mismo Padre, servidores de un mismo Señor… son ciertamente dos en una sola carne(Mt 19,5). Allí donde la carne es una, uno también es el espíritu. Juntos oran, juntos se postran, juntos observan a los jóvenes; se instruyen mutuamente, se exhortan mutuamente, se dan ánimos mutuamente. Los encontráis juntos en la iglesia, juntos en el banquete de Dios, juntos en las pruebas, las persecuciones, los consuelos. Entre ellos no existe ningún secreto, ninguna escapatoria, ningún motivo de pena. Con toda libertad visitan a los enfermos, asisten a los indigentes. Para la limosna ninguna tacañería, para el sacrificio ningún contratiempo, para la observancia de los deberes cotidianos no hay trabas. En su casa ningún signo de cruz furtivo, saludo inquieto, bendición muda. Entre ellos, resuenan salmos e himnos; se provocan mutuamente para saber quien entona el mejor canto a su Señor. Cristo se alegra de esta vista en este concierto. Les envía su paz. Allí donde dos están reunidos, él también está presente (Mt 18,20). Allí donde él está presente, el malvado no tiene lugar. June 12, 2013 at 05:00PM

11:39 p.m.
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos. Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: "No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal." Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo. Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.


Oración introductoria


Señor, gracias por recordarme que no quieres ofrecimientos ni una oración alejada de la realidad mi vida. Limpia mi corazón de todo resentimiento y amargura, de todo rencor o envidia, con tu gracia podré ser un instrumento de tu paz.


Petición


Señor, concédeme disculpar de inmediato, con un gesto bondadoso, todas las ofensas y pequeñas molestias del día.


Meditación del Papa


Esto es gratuidad: la disponibilidad a dar el primer paso, a ser el primero en salir al encuentro del otro, a ofrecerle la reconciliación, a asumir el sufrimiento que implica renunciar a tener la razón. No ceder en la voluntad de reconciliación. Dios nos ha dado ejemplo de ello, y ésta es la manera de llegar a ser semejantes a él, una actitud que siempre necesitamos, una y otra vez, en el mundo. Hoy debemos volver a aprender la capacidad de reconocer la culpa, debemos renunciar a la falsa convicción de que somos inocentes. Debemos aprender la capacidad de hacer penitencia, de dejarnos transformar; de salir al encuentro del otro y de pedir a Dios que nos dé el valor y la fuerza para esa renovación. En nuestro mundo actual debemos redescubrir el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación. El hecho de que este sacramento en buena parte haya desaparecido de las costumbres existenciales de los cristianos es un síntoma de una pérdida de veracidad respecto a nosotros mismos y a Dios; una pérdida que pone en peligro nuestra humanidad y disminuye nuestra capacidad de paz. Benedicto XVI, 21 de diciembre de 2009.


Reflexión


Jesús habla de la realidad dándole un nuevo sentido, iluminándola con el espíritu de la Ley. Para ejemplificar el amor al prójimo, habla de la historia del buen samaritano y concluye, ahora "ve y haz tú lo mismo". Y cuando baja a los detalles de la vida cotidiana sabe que la mayoría de sus oyentes podrían ser protagonistas en sus ejemplos...


Si es verdad que el amor es el primer mandamiento ¿cómo se pone en práctica? Jesús nos ilustra con tres casos.


Constituyen el primer grado, lo que hay que evitar. El insulto, la enemistad y la querella contra el prójimo no serán propias de un cristiano. Pero más allá del precepto negativo "no matarás"... se nos abre el horizonte ilimitado del amor al prójimo.


El primer paso es evitar esas tres actitudes, pero Jesús no se detendrá en ellas mas que como un mero paso intermedio, él va más allá. Por tanto es un buen momento para hacer nosotros también nuestro propio examen de conciencia. Para preguntarnos, a la luz de la fe, ¿qué hay de todo esto en mi corazón? Saber perdonar, no guardar rencores e imitar con ello a Jesucristo es exigente, pero al mismo tiempo liberador.


La gracia de Dios nos impulsa a ello, es una obra propia del Espíritu Santo, si le dejamos actuar en nuestra alma.


Propósito


Si estoy distanciado de alguna persona, dar el primer paso para la reconciliación.


Diálogo con Cristo


Lo que cultivo en mi corazón, bueno o malo, va floreciendo y eventualmente se manifiesta en mis acciones. Gracias, Jesucristo, Tú me has enseñado a amar y a buscar la santidad. Me has dado la fe, la esperanza y la caridad para sostenerme y orientarme hacia la fuente de tu gracia, para poder vivir el amor diariamente. María, madre de la misericordia, ayúdame a cultivar un corazón semejante al tuyo



June 12, 2013 at 11:12PM

Hermanos Franciscanos

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