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7:23 p.m. ,


Ana Catalina Emmerick fue una monja Canonesa Agustina que nace en Flamske, Alemania en 1774. Fue una alma víctima, que ofreció grandes sufrimientos viviendo la Pasión de Nuestro Señor. Dios le concedió muchos dones místicos, entre ellos, visiones, estigmatización, locución, éxtasis, etc. En los últimos años de su vida se sustentaba solamente de la Santa Eucaristía. En estas visiones de LA AMARGA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO se basó Mel Gibson para la conocida película “La Pasión”.


11:07 a.m.


Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: "Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos". Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.

11:07 a.m.


El Señor ordena en el Evangelio: Guardaos cuidadosamente de todo mal apego; evitad cuidadosamente las preocupaciones de este mundo y los cuidados materiales (cf Mt 6,25). Por eso ningún hermano, ya resida en una casa o esté de viaje, bajo ningún pretexto debe aceptar él mismo ni hacer recoger para sí ninguna pieza de oro ni moneda pequeña, y esto ni para comprar vestido o libros ni como salario por algún trabajo, ni bajo ningún pretexto, a no ser en caso de evidente necesidad para los hermanos enfermos. Porque ni el oro ni las monedas no debemos considerarlos de mayor utilidad o de más aprecio que las piedras. El diablo se ocupa de cegar a los que codician dinero o le conceden más valor que a las piedras. Nosotros que lo hemos dejado todo, no vayamos a perder por tan poca cosa el Reino de los cielos (Mc 10, 24.28). Si en cualquier parte nos encontramos con alguna moneda o dinero, no le prestemos mayor atención que al polvo que pisamos con los pies: porque esto es vanidad de vanidades, y todo es vanidad (Eccl 1,2)... Todos los hermanos se esforzarán en seguir la humildad y la pobreza de nuestro Señor Jesucristo... Deben alegrarse cuando se encuentren entre gente de baja condición y despreciados, entre pobres e inválidos, enfermos y leprosos y mendigos de las calles. Cuando sea necesario irán a pedir en especies. Que no se avergüencen: sino que se acuerden de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo del Dios vivo todopoderoso..., que fue pobre y no tuvo cobijo, vivó de limosna él y la bienaventurada Virgen, y sus discípulos.

Hermanos Franciscanos

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